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Crear ondas hacia el orgasmo

Hoy, además de lo de siempre, vamos a culturizarnos un poco más, que no todo va a ser chingar. Veamos: la física afirma que los orbitales de los electrones que rodean el núcleo de los átomos deben ser coherentes, porque en caso contrario será rechazada la partícula que pretende formar parte de él sin que exista esa amistad.

Como se ve en la imagen de la derecha, en su parte izquierda, las ondas coherentes entre sí generan (la parte de abajo) una onda mayor con los mismos patrones que sus sumandos, mientras que a la derecha puede observarse cómo las ondas incoherentes se interfieren unas a otras hasta anularse (abajo nuevamente). Como veremos un poco más abajo, en la génesis de los orgasmos subyace la misma mecánica.

Capítulo 7 - Atrapar su Mente: Rhythm and Blues

Ahora que llegan los carnavales (de carne), vamos a aprovechar para aprender a dominar el ritmo corporal. ¿Os acordáis del famoso “tete-teteteté, teté-teteteté-tetée” brasileño? Si no lográis recordar el título de la canción como me ocurre a mí y no os hacéis una idea, (me ha costado, pero al fin la he encontrado, es esta canción de Carlinhos Brown)



seguramente os será más fácil recordar el tarareo del himno nacional tan de actualidad últimamente: “Chunda, chunda, tachunda chunda chunda... O más fácilmente aún, el eurovisivo Lalalá de Massiel: “Laa-lalaláa-lalaláa-lalaláa...

Como para un lego musical es difícil transcribir los tempos y los ritmos, las pausas y las intensidades, no me queda más remedio que tirar del mismo código para explicar los ritmos del concierto sexual, así que os pido un poco de imaginación. Voy a utilizar un código con la base del “tam-ta”, en el que:

· El primer movimiento de la serie “tam-ta” siempre es un empuje (tam), el momento de introducir la batuta en el cuerpo de la mujer: meter. El segundo es el de salida (ta): sacar.

· Las mayúsculas significan más intensidad; “tAm” significa entonces que el movimiento es más intenso que si fuera un “tam”. Si es “tAaaam” es que el movimiento empieza muy intenso pero se atenúa hacia el final.

· La repetición de la “a” significa que el movimiento es más largo; así “taaaam”, es más largo que “tam”. Cuantas más “a” existan, más largo es el movimiento.

· La repetición de la “m” significa que una vez llegado al tope pubis-pubis, se mantiene la presión.

· Si el movimiento no lleva “m”, es que es aún más rápido, especialmente rápido. Pero si sólo lleva la “t” es que es como un tiro.

· Si no lleva guión “-” es que el movimiento mete-saca o saca-mete no tiene solución de continuidad, en cuanto llega a un extremo el movimiento, se pasa al movimiento inverso.

· Más guiones significan más pausa “---”, es decir, hay que parar un instante antes de empezar el movimiento opuesto.


Voy a poner algunos ejemplos musicales sobre las series de movimientos que vimos en el Capítulo 6 y que aparecen aquí en cursiva; con ellos ya es posible extrapolar la técnica a otros momentos que le surgen a cada uno. Recordad que manejar los ritmos es esencial para atrapar la mente de la mujer, pues nos permite romper la posibilidad de que ella entre en una dinámica monótona de aserradero raca-raca y se le vaya la olla a la lista de la compra, al chico de la Cocacola Light o empiece a preguntarse por qué demonios no se ha ido ella primero a la cama con la excusa del dolor de cabeza. Ahí van:

· Un par o tres de empujones lentos, intensos, profundos y conscientes más para darle tiempo a que disfrute la sensación... y cuando toque salir (en este ejemplo es al tercer empujón) retrocede sólo un centímetro o menos y vuelve a empujar, describiendo a la vez con tu pelvis un amplio semicírculo de lado a lado que frote pubis contra pubis. (taaamm-taaa-taaamm-taaa-taaamm-t-tammmm) Has visto cómo el retroceder sólo un centímetro se describe con una sola “t”, y como no hay recorrido de empuje, sólo hay una “a” y cuatro “m”.

· Empuja tres o cuatro veces profundo y apretándote contra su pubis en cada final. (taAammMM--taaa-taAammmM-taaa-taAammMM--taaaa-taaAmmmm) Como podéis notar, he intercalado una salida, la tercera, algo diferente de las otras dos, más larga. También hay variaciones en las “m” y “-” de las tres primeras ¿te habías dado cuenta?. Aunque el enunciado diga “tres o cuatro veces así o asá” eso no significa que tengamos que prescindir de introducir matices sutiles si es conveniente, que casi siempre lo es.

Es muy útil llevar el ritmo en la mente, incluso los deportistas de élite de algunas especialidades técnicas se repiten onomatopeyas semejantes mientras elaboran imaginariamente el movimiento que van a ejecutar. Si te dices a ti mismo mentalmente el ritmo, contribuyes además a aislarte de tu propio placer y centrarte en el suyo hasta que llegue el momento en el que consideres que es hora de ir cerrando el chiringuito; o de tener un poco de piedad de ella, que la vas a matar a polvos.