La prueba del nueve. (Del amor verdadero)

Nada es absoluto −salvo Dios−, y esto que viene a continuación tampoco lo es, pero esa no es razón para que no digamos con rotundidad que se aproxima mucho más a la verdad absoluta que el resto de lo que la corriente ideológica tristemente dominante y en la que todos, en mayor o menor medida, estamos sumidos a pesar de nuestro dominio del crawl −hoy crol− y la braza. Ni Michael Phelps podría escapar a la consistencia de la corriente; así que si te descubres habiendo comulgado con ruedas de molino, no creas que es porque eres un lerdo, sino porque eres uno más de los miles de millones de seres arrastrados por la implacable mainstream −yo incluido hasta que me caí del guindo−; que nadie nace sabiendo más que mamar. 


A vueltas con el desayuno 

Como señala nuestro superhéroe, “...el amor sí es un sentimiento, un sentimiento que engloba otros muchos, una suma que tiene como resultado inequívoco un todo.” y Perseidas coincide en que “...yo pienso que el amor no es un sentimiento, ¡¡son muchos!!”. Lo que es tanto como decir que el café con leche es una mezcla de agua, aminoácidos, carbohidratos, minerales, grasas, cafeína... con inequívoco sabor a café con leche, aunque sin haberlo probado nunca. Eso sí, el agua, la leche, las pastillas de calcio que mamá nos daba por si acaso nos quedábamos canijos, los terrones de azúcar, la mantequilla y la clara del huevo −una de las fuentes más puras de proteína−, sí que han pasado por nuestro paladar. ¿Pero tienen algo que ver esas experiencias con la de tomarse un café con leche? ¿Si las mezclamos nos sale un café au lait o un flan de moka? ¿Cómo podemos deducir, que conociendo el sabor de sus componentes, el resultado inequívoco de la suma de ellos para quien nunca se ha tomado un café con leche es el café con leche? Y más aún, ¿tiene algo que ver la experiencia de tomarse un café con leche con la de hacerlo, aunque a nosotros no nos guste, para que lo disfruten otros? Hemos aprendido desde pequeños lo que es necesitar porque por pura supervivencia nos era necesario comer; también lo que es desear cuando −sin necesitarlo lo convertimos en necesario, lo que lo torna capricho− deseábamos un juguete; a sentir afecto −sentir que nos afecta− la presencia de nuestros padres y sus diferentes estados de ánimo; y a sentir aprecio y estima por −poner precio = apreciar, y poner en valor = estimar− lo que nos dan, por lo que hacen por nosotros, por sus valores revelados en sus conductas. Pero pervertimos el lenguaje y sus conceptos asociados, pervirtiendo la realidad misma a la que se refieren, cuando hemos confundido el necesitar aliviarnos de un calentón propiciado por la cercanía de una persona sexualmente atractiva, con el deseo y aún con el amor. Es obvio que confundimos el deseo con la necesidad, el azúcar con la mantequilla, y así parece que por más que presumamos de conocerlo, no hemos probado el café con leche. Creemos que uno o varios de sus componentes son el café con leche simplemente porque nos gusta mucho tomarlos. 


La parte versus el todo 

Acostumbramos a hablar del amor como algo referido al objeto del amor, pero debiéramos separar ese componente de ese presunto amor para ver qué ocurre en su ausencia y así tenerlo más claro. ¿Y si no hay objeto amoroso? ¿Hay amor entonces? ¿Puede amarse en vacío? 

Los más románticos dirán sin duda que sí, que se puede amar sin ser correspondido, y ésa es justo su trampa, la que les impide la experiencia verdadera de amar, una experiencia que posee una premisa sine qua non: es activa, no pasiva. 

Con esta sencilla prueba del nueve uno puede comprobar si entiende el significado absoluto del concepto amor o lamentablemente y aunque le cueste reconocerlo aún no tiene ni repajolera idea. 

Porque el presunto amor sin objeto no es más que necesidad reproductiva, o de apoyo o cualquier otra engalanada con la bella y hueca palabra amor; deseo, pasión, necesidad, soledad y otras carencias propias que buscan compensarse, que ante la imposibilidad de lograr, se convierten en etérea vinculación sentimental con el otro. Pero nunca hay conducta, y si no hay conducta, nada hacemos por el otro. 

Y si uno dice amar sin hacer nada por el otro, podemos comprender que eso se parece bien poco al amor −activo− que nos dedicaban nuestros padres, verdadero origen de la adaptativa idea humana de amar. 

Si el presunto amor es ese platónico sentimiento hacia alguien a quien no se puede acceder, no existe conducta, no existe acción, ni hábito, proceso, ocupación, afán, trabajo, cuidado... pero sí sentimientos, afectos, incluso pasiones. Pero si entendemos el amor como “(Pre)Ocupación activa por la vida y el crecimiento de lo que amamos” −Fromm dixit− ¿Podemos amarlo? ¿Puede un ecologista no ocuparse de mantener la biodiversidad? ¿Un pintor des(pre)ocuparse de los lienzos y pinceles? ¿Una madre o un padre no alimentar y ayudar a hacerse más perfectos a sus hijos? Si lo hacen, no aman, sólo utilizan esos objetos para su satisfacción personal. 

No, sin objeto amoroso no puede amarse; uno puede estar enamorado (enajenado transitoriamente) de una prostituta, desearla, apreciar lo que nos ofrece, necesitarla para desahogarnos o para que escuche nuestras penas; puede afectarnos su presencia, su simpatía y cariño, puede llevarnos al más elevado de los clímax, aunque sea a cambio de dinero; pero si creemos que todo ello es una evidencia de que nos ama, es porque estamos confundidos. 

Igual ocurre con las múltiples experiencias esporádicas de enamoramiento que casi todos hemos vivido, creíamos que amábamos porque sentíamos algo muy fuerte, aunque luego todo fue frustración, desilusión. 

Igual que un pintor no ama la pintura si no la practica exhaustivamente, 
si no estudia, investiga, conoce, sino que es un oportunista, uno no puede amar si no es un experto en el Arte de Amar. A mayor maestría, más capacidad de amar, más se puede amar. El inexperto es impotente.






Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no puede hacer nada, no comprende nada. Quien nada comprende, nada vale. Pero quien comprende también ama, observa, ve... Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una cosa, más grande es el amor... Quien cree que todas las frutas maduran al mismo tiempo que las frutillas, nada sabe acerca de las uvas. 
Paracelso.


9 comentarios:

  1. Anónimo10:20

    Me ha parecido que sólo hablas del amor entre hombre y mujer con la finalidad de formar una pareja. Y del objeto del amor, que si no existe o no es correspondido, o es una puta que sólo te da placer sexual, o la compañía (no repito más ejemplos de aguachirri cafetoso, por simplificar)...

    Pero por ejemplo, yo ahora no siento enamoramiento por nadie (ningún chico) en particular, pero sí lo tengo por mi familia, mis amigas del alma, mis perritas, por todos ellos yo mantengo una conducta de amor para que funciones, el dar y recibir, el compromiso y el sacrificio. Eso también es amar. Vamos, que no creo que sea necesario, por lo menos en mi caso, un hombre para amar. Quiero decir que igual lo que he probado es el capuccino, en vez del café co leche.... pero sí sé lo que es, lo único es que no hay sexo.

    Igual no me he explicado bien, (para variar), pero es que ahora no tengo mucho tiempo, y no se si lo tendré, así que dejo un avance.

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  2. En una cosa sí que coincidimos, y es que yo también pienso que para amar, debe existir alguien o algo a quién amar. Amar al vacío es imposible tanto en cuanto los sentimientos nos son producidos siempre al interactuar con algo o alguien, cuando ese algo o alguien nos produce una reacción suficiente para dar lugar al amor.
    En lo relativo al cómo reconocer lo que es amor cuando nunca lo has probado... yo creo que al fin y al cabo todo es mucho más sencillo de lo que los hombres nos proponemos a convertirlo. Cuando amas de verdad, cuando realmente unes en tí los ingredientes del café con leche, lo acabas por saber, es inevitable, lo saboreas y dices: "Sí, esto es café con leche... pero si al final se llama chocolate con churros me da igual, porque está de muerte".
    El amor sin ser correspondido existe, el incondicional y desinteresado sentimiento hacia otra persona existe. Eso sí, el amor es como una planta, si no la riegas cada día, si la dejas secarse... se seca.
    Al final, como digo, creo que todo es mucho más fácil (y a la vez complicado), es sencillo de reconocer, pero muy difícil de llevar, de alimentar y de conservar sano y fuerte.

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  3. Anónimo23:02

    Tengo una compañera de trabajo que siempre dice que el único amor incondicional es el que siente una madre por su hijo y yo siempre le matizo sobre todas esas madres que abortan...¿acaso eso es amar un hijo?¿matarlo? En esta vida todo es muy relativo, las cosas se relativizan según las propias experiencias, las experiencias ajenas o por puro egoísmo propio.

    Creo haber entendido lo que dices Maestro, ya lo hice saber en el post anterior. Pero a mi modo de ver el café con leche hay que arriesgarse a probarlo sin tener la certeza de que nos gustará aún sabiendo (o no) los componentes. Si al final resulta que es chocolate con churros, pues mira, habrás disfrutado de un buen manjar y luego te tiras de los pelos por haber engordado...así es la vida....

    Lo que no se puede hacer Maestro es renunciar a probar el café con leche por no saber los ingredientes...lo que pasa es que tienes que ir probando de uno en uno hasta que des con el idóneo no crees?Y ya de paso vas conociendo los ingredientes.

    A mí la verdad es que me ha costado mucho saber los ingredientes, hubiese agradecido saberlos antes porque me hubiese ahorrado muchas cosas....como la mayoría de la gente supongo...

    De todas formas según tú, Maestro, todos estaríamos desorientadísimos en este tema porque no leemos a Fromm (bueno, yo sí lo he leído pero no cuenta porque lo leí cuando ya sabía los ingredientes de tu café con leche...).

    Al final es como todo en la vida, creo yo.Y a veces no vale de nada leer tanto si no lo vivimos para experimentarlo.

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  4. Anónimo22:40

    Bueno a ver, sobre qué preferís que escriba, sobre Cienorgasmología o sobre VPH,cáncer de cérvix e historias de esas...

    Jefe, desde mi consulta ya no puedo entrar en el blog, me crea un error de no sé qué y antes de que me acabe de cargar se me cierra, pero de todas formas, estoy por escribir algo cuando mis dos horas de trabajo por la tarde estén más menos libres, que macho, basta que quiera escribir algo guay pa que se me complique to...

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  5. Yo prefiero no opinar, que sean los chicos quienes elijan tema.

    ¿Puedes entrar ya? A ver si nos han metido en el saco de "temas de contenido sexual" y nos han censurado.

    Tranquila, no te agobies, que ya llegará el momento, ya tengo preparados unos cuantos post más, así que relájate.

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  6. Anónimo12:06

    A mi, Traserete, de lo que hables me parece interesante, pero a nivel personal, me gustaría saber qué pasa con las mujeres de 35 en adelante que no tienen hijos aún. Tanto de qué medidas tomar para quedarse embarazada, como en caso de no ser así, qué perjuicios físicos conlleva y esa cosas, si se es menopausica antes, si se tiene más propensión a enfermedades y/o cánceres, y todo eso. No es que no sepa nada sobre el asunto, pero en este momento me inquieta más.

    Y ahora volveré a leer el último post, Maestro, que en primera instancia me ha parecido muy interesante, y que curiosamente, coincido en muchas cosas, y qué gracia me hace, jejeje. Pero que voy a volver a leer (si me dejan porque voy de cráneo), por si no fuera así, :-)

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  7. A ver, traserete, puedes hablar de todo y así tos contentos, no te me vuelvas vaga que luego te nos desentrenas y no puede ser.
    Yo prefiero hablar de la "cienorgasmenería", pero no hay inconveniente en tocar el tema que propone perseidas, que bien es cierto que parece muy interesada en él.

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  8. Anónimo23:12

    Muy bien Perseidas, veré lo que puedo hacer, pero a priori me parece algo complicado de explicar para mi, tengo unos conocimientos muy limitados sobre ese tema. Yo empezaría por intentarlo con el método tradicional, osea, el kiki...

    Ya he escrito esta tarde un post conceptualmente interesante, a ver si gusta.

    Respecto a lo de mi consulta, no tengo ni repajorela idea de lo que pasa,pero bueno.

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  9. Anónimo11:01

    Jajaja, lo del kiki, está molt bé!
    mujer, que tendría más dificultades y necesitaría más kikis. Pero no me refiero sólo a cómo quedarse, sino al hecho de quedarse en sí. De todas formas no te preocupes, lo que sí me interesa más es en caso de no tener nunca. Transtornos y esas cosas. En cualquier caso, lo que me cuentes, bienvenido será. - gracias -

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