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(1) Crónica de una muerte anunciada (del deseo sexual)

¿Pero muerte de qué? Mis amigos Cienorgásmicos y los que practiquen este completo arte sexual que mi amigo Jack Hammer ha desarrollado creo que entienden el título. Para los que no me hayan entendido, me refiero a viejos y asquerosos tópicos sobre el sexo que la Cienorgasmología manda al garete sin mucho esfuerzo. Empezando por eso de que las mujeres sólo “debemos” tener un orgasmo. 

Y digo “debemos” porque normalmente cuando el hombre no practicante de la Cienorgasmología ve a su mujercita llegar al climax, se conforma y se concentra en lo suyo, dándose prisa en cumplir su parte de llegar él también sin importarle mucho más si ella quiere seguir teniendo orgasmos. Y ojo, no es culpa de los hombres sólo, sino también de las mujeres, que estamos acostumbradas a pensar que es así…y es así. Creo que todas hemos oído alguna vez que somos multiorgásmicas pero, como no es tan fácil que nos hagan más de uno, lo consideraríamos más bien casualidad tener más mientras “él llega”.

Por eso no quiero obviar que es tan importante tener claro desde el principio que tanto una como otro que, no sólo es posible hacerle cien orgasmos a una mujer, sino que no es para nada difícil para el hombre si ambos miembros de la pareja tienen la predisposición adecuada, una mente abierta dispuesta a escuchar y experimentar cosas. De ahí hay que partir para empezar a practicar este arte, porque el que no tenga claro esto y no crea que es posible de verdad no lo conseguirá, como todo en esta vida. Hay que tener disposición para aprender, pero hay que esforzarse un poco.



En mi caso, como no se podía esperar de otra manera, mi predisposición a aprender era total, jajajaja. Eso sí es obvio, he creído siempre en la Cienorgasmología al 100%. Respecto a mi novio, que es el realmente importante, no ha sido difícil convencerle porque es muy activo en el tema sexual y se interesó mucho sobre todo cuando descubrió que lo soy tanto como él ;-). Hay que tener en cuenta que haremos 3 meses apenas dentro de una semana y parece que llevamos años, tenemos unas estadísticas semanales en esto del arte amatorio que superan con creces las de muchos casados… Eso supongo que es un dato también bastante importante. Y seguramente diréis que eso con el tiempo irá disminuyendo por diversas cuestiones de la vida, y yo os digo que mejor aprender ahora que somos jóvenes, así luego cuando estemos casados y tengamos hijos y menos tiempo lo disfrutaremos aún más. 

Es más, los lectores que piensen eso son bastante cortos de entendederas porque no se dan cuenta de que este arte puede dar un vuelco impresionante a su relación… como les pasó a algunas parejas amigas mías, casadas y sin casar, con y sin hijos... en fin, no insistiré en la creencia cada vez más fuerte que tengo de que la monotonía en el sexo se traduce en monotonía en el resto de la relación y por tanto, ahí puede haber tentación de poner cuernos, independientemente de la edad y de las circunstancias de la relación.



El segundo paso que yo he llevado a cabo con mi maravilloso novio ha sido leer los capítulos de Jack los dos juntos, entendiéndolo ambos, poco a poco, personalizando algunas cosas con ideas de cada cual. Hombre… tampoco hace falta ponerse a estudiar ¿eh? Pero la experiencia de pareja ha sido, es y será sumamente interesante porque nos divertimos mucho. La ventaja es que partimos de la base de que su postura favorita es muy parecida a Cienorgásana, así que casi como que empezamos por esa postura e introducimos algunos toques pélvicos… El mayor dilema que tenía yo era cómo debía colocarme porque Jack no habla mucho de la postura de la mujer, pero eso va según la comodidad de él creo yo, en mi caso me abro de piernas y las coloco hacia arriba, flexionadas por encima de sus brazos o estiradas encima de sus hombros, o sea, algo parecido a la foto de la izquierda del capítulo 0.



Aún no nos hemos introducido en el mundo del sexo anal, ni siquiera le hago mamaditas a menudo ni él me chupa “la almejilla” porque con esa postura y los toques pélvicos he sido capaz de aumentar considerablemente el número de orgasmos a los que estaba acostumbrada, he pasado de uno o dos como mucho a tener cinco o seis en el mismo tiempo en el que alcanzaba uno o dos. Pero la cuestión no es el número, como se ha insistido mucho en el blog, sino en la impresionante calidad e intensidad de los que tengo. Y no os digo nada de las consecuencias posteriores… muchas veces acabo totalmente amodorrada… debe ser a propósito de las betaendorfinas de las que Jack habla aquí.

Pero creo que no habla del tembleque de piernas ni de que de cintura para abajo se quedan todos los músculos relajados… sencillamente, IM-PRESIONANTE, que diría “Jezulin”.

En fin, aún nos queda mucha práctica para llegar a los 100 orgasmos/hora pero estamos en ello, no hay ninguna prisa, hay que coger el ritmo poco a poco, que me queda la zona genital caliente caliente. Y si estamos poco rato parece que el chichi hasta lo pide porque lubrico más y durante más tiempo….la cosa es que cada vez que introduce un toque pélvico nuevo la cosa mejora con creces.

Bueno, hasta aquí mi primera crónica cienorgasmológica para nuestros lectores, seguiremos informando ;-)