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La ciencia confirma lo obvio: chingando conoces gente

A veces los descubrimientos de la ciencia parecen tonterías. Los científicos se preocupan de cosas que la mayoría damos por hecho hasta el punto de no dedicar un segundo de nuestro tiempo a pensar según qué cosas. 

Por ejemplo, normalmente a la gente no se le ocurre pensar por qué el hielo flota y qué pasaría si no lo hiciera, o por qué ciertos tipos de música nos animan mientras que otros nos entristecen; es así, lo ha sido siempre, y punto. 

A veces apetece preguntar a estos científicos si no tienen mejores asuntos en los que ocuparse, ¿verdad? Sin embargo, en ocasiones, los descubrimientos científicos más absurdos aparentemente no lo son tanto en una sociedad fuertemente ideologizada, a la que ilustres idiotas como Marx, Freud & Cia. con sus respectivas cohortes de admiradores, tratan de imponer a la sociedad paranoias que no sólo no tienen sustento en cualquiera que haya dedicado algo más de dos tardes a pensar en las cosas importantes, sino que son absolutamente falsas desde una perspectiva científica. 

Vivimos en una sociedad cuya moral -el conocimiento del bien y el mal- está manipulada por unos cuantos desarrapados mentales (véase también Bibiana Aído o Pedro Zerolo) que juzgan bueno aquello que coincide con sus intereses más bajos, con sus necesidades, con sus excentricidades, aunque poco a poco -demasiado poco a poco para mi gusto- igual que la ciencia derribó las barreras de un cristianismo preocupado por contener el irracional y violento islam, las religiones primitivas, paganas, bárbaras y brujeriles, hasta convertirlo en su principal defensor, baluarte e impulsor a través de las primeras universidades: la primera del mundo en Constantinopla en los S III y IV dC. y las primeras europeas en Bolonia, Palencia y Salamanca siglos después, fruto de un germen moral: la búsqueda de la verdad científica opuesta a la falsedad. 


Vayamos al grano 

 ¿A quién se le ha ocurrido alguna vez pensar en que para que nazca un nuevo ser humano es necesario el concurso de varón y mujer? Es una obviedad para cualquier crío, hasta para los malinformados niños de los 60, que creíamos en la cigüeña que venía de París. 

Ahora bien, nuestra candidez no nos impedía darnos cuenta de que sólo venía si había un papá y una mamá normales

Hoy en día que uno de los dos papás sea estéril no es un problema sin solución, hay bancos de semen, de óvulos y todo eso, que también son aprovechados por alguna descerebrada que otra que, ante la incapacidad de amar y por tanto de establecer un matrimonio consistente a causa de su desorientación, recurre al método expeditivo de traer al mundo a un hijo sin padre. Vamos, una de esas que presumirá de instinto maternal y querer lo mejor para su hijo. 

Y, sin embargo, hasta una cosa tan obvia como la necesidad de un papá que ponga la semillita en la barriguita de la mamá -además de ser lo correcto desde un punto de vista estrictamente moral- tiene ahora una explicación científica, aunque no la requiriese en absoluto quien tuviera dos dedos de frente. 

Porque según se desprende de la investigación realizada en la Universidad de Oregón, y citada aquí, las plantas y animales que también pueden autofecundarse tienen unos descendientes más fuertes y sanos cuando dejan de mirarse el ombligo, se fijan en sus congéneres y optan por una pareja sexual. 

La nueva generación fruto de esta unión tiene más probabilidades de disfrutar de una vida más larga que los hijos de «familias uniparentales» y sufren menos mutaciones genéticas. Obviamente los bancos de semen son alimentados por "papás", evitándose así mutaciones genéticas indeseadas. 

Además no hay aún mujeres que se autorreproduzcan -iría en contra de la moral, pero también de la ciencia, aunque visto lo visto uno puede esperarse cualquier aberración- para evitar "mancharse" con un macho enemigo, supongo que en el caso de alguna feminista anormosexual. Pero no hay que esperar tampoco a que la ciencia confirme que es amoral y negativo tener hijos sin padre o con familias anormosexuales. La naturaleza sabe lo que hace y por eso fija sus leyes. 

Curiosamente, la Ley de Dios y las leyes naturales descubiertas por la ciencia coinciden.







Las Señoras de los Anillos. (El anillo de la castidad)



T
odo lo que sube, baja. Y viceversa. Quien haya creído que el mundo acabaría pareciéndose a un nirvana islámico se equivoca. Especialmente errados andan los que no han llegado a la cuarentena, para los que la vida es una escalada inacabable en pos de las altas cimas que la imaginación promete, la vida alegre, la utopía del todo es posible, sin fin, para siempre. Demasiados adolescentes eternos han pensado que el mundo se dirigía inexorablemente hacia un paraíso de sexo indiscriminado, buena vida, poco trabajo y menos esfuerzo, auspiciado por papá Estado con los impuestos de los pobres necios currantes, los que piensan a la voz de su amo.

Pero cuando uno ya lleva suficientemente −cronológica y psicológicamente− fuera del útero materno y ha llegado a divisar todo el panorama que queda por detrás y por delante desde la cumbre, se da cuenta de cómo han cambiado las cosas, y más aún, del cambio que viene inevitablemente. No, no estoy hablando de Obama. Hace justo treintaaños éste que les escribe corría en una de las zonas más calientes de España −no, no; tampoco es lo que estáis pensando− perseguido por aquellos grises que, a lomos de sus Sanglas (¿os acordáis del chiste?), transportaban a otro que sentado hacia atrás, disparaba sus pelotas de goma contra todo aquel que asomase la nariz. Yo era muy machote, muy ágil y corría muy rápido, por eso me salvé de lucir una de esas heridas de guerra, pero no era muy consciente de lo que hacía allí; es más, visto desde hoy era un crío necio e idealista con el seso sorbido por fantasías cheguevarianas. Pero había que luchar por La Libertad, así con mayúsculas, de modo que no había demasiado que dudar, estabas con Franco o contra Franco. Ni tus padres te lo impedían.



Supe después que en esas llegó a España lo que llamaban amor libre pero no lo caté −porque en mi pueblo decían que decía el obispo que allí chingar no era un pecado, sino un milagro− y con él aquello de “La virginidad produce cáncer, vacúnate”. Se suponía que la libertad implicaba que una debía abrirse de patas tranquilamente ante el primer salido que pasase a su lado, so pena de excomunión. Por la misma regla de tres a uno le debía dar igual cagar en público cuando le viniese el apretón porque ¡qué era aquella mojigatería de las inhibiciones y el pudor!. ¡Ah, cuanta inteligencia oprimida liberó la democracia!

Hemos pasado de alejarnos como de la peste de cualquier chica que no fuese virgen a ir a Bayona a ver a Marlon Brando El último tango en París (yo no, que era quitito), y de ahí a poner a nuestros hijos delante de un aparato que vomita sexo más o menos explícito y más o menos normal, hasta en los anuncios de gaseosa; y eso por no hablar del antiguo payaso (¿o es ahora cuando realmente lo es?) Emilio Aragón & friends y su repulsiva La Secta, ésa que vamos a salvar todos de la bancarrota con nuestros impuestos. Hoy en día está de moda ser adictos al sexo, anormosexuales, exhibicionistas... y ¡hay de quien no comulgue con el credo que imparten sus obispos!.

¡Cómo se le va a ocurrir a uno ir en contra de la corriente de fondo dominante! Te tacharán de conservador, teocon, meapilas y retrógado si les pillas en un día bueno, de machista, homófobo, ultraderechista o facha si en uno regular, o te silenciarán si les tocas las pelotas. Su poder es tan hegemónico, tan abrumador que llega a asfixiar; imponen su siniestra moral, sus catecismos, biblias y profetas en todos los aspectos de la vida. Estos, los de alma perversa que dijeron luchar por la libertad entonces y ahora no quieren dejar de darse la buena vida, o se sienten tan mal en su pellejo que necesitan dominar a los demás como si fuesen sus perros, se aferran a muerte a su poder. Mientras tanto, los que entonces nos la jugamos (yo poco, todo lo más un par de mamporros) por la libertad, volvemos ahora, con poco pelo, algo de barriga y muchas canas, a volver a provocar a los grises −éstos no de uniforme, pero sí de alma− y desafiar el riesgo de llevarnos un pelotazo en la boca.

Para seguir avanzando todo vuelve, los tiranos de entonces son los oprimidos de ahora, y los oprimidos de antes, los nuevos dictadores. ¿Lo malo? que ahora también nosotros, los que nunca hemos mandado y a pesar de ello hemos defendido la libertad, vivimos bajo su bota, o mejor, bajo su ZaPato. Y si algún día la nueva corriente resulta asfixiante, los que no estemos criando malvas y otros nuevos seguiremos defendiendo la libertad individual, una vez más algunos volverán a aferrarse a su poder... y así hasta la eternidad. Es agotador, pero ¿y si no lo hiciéramos?.

Mientras tanto, disfrutemos con el espectáculo y del artículo: Vuelve la castidad.


Gracias a Lady Godiva por darme la pista del artículo en su blog.





La aberración sexual progre de la semana (y lo que nos espera)

(Libertad Digital) Chicos de 14 años de un instituto de Móstoles (Madrid) son obligados a responder a un cuestionario tendencioso, construido como una caricatura de los prejuicios homofóbicos, para forzar latencias homosexuales en los chicos o para que acaben reconociendo la superioridad moral, psíquica, incluso económica de la homosexualidad.

El hermano de uno de estos alumnos es Pablo L. Torrillas, redactor de Diario de América, el periódico on line editado por Alberto Acereda, corresponsal de Libertad Digital para las Elecciones presidenciales en Estados Unidos, junto a David Jiménez y Pablo Kleinman.

Torrillas ha publicado en Diario de América la experiencia de su hermano escolar en el taller sobre Prejuicios y Estereotipos para chicos y chicas de 14 años en un instituto público de Móstoles.

Los alumnos –según cuenta este periodista– deben someterse a un interrogatorio del profesor con preguntas como "¿Es posible que la heterosexualidad sea sólo una fase que puedas superar?" o "¿Por qué insistes es ostentar tu heterosexualidad? ¿Por qué no puedes ser simplemente quien eres y mantenerte tranquilo?".

El cuestionario se denomina Invertir la situación: cuestionario para heterosexuales, del taller escolar Prejuicios y estereotipos, impartido en el instituto de Móstoles al que asiste el hermano del periodista Pablo L. Torrillas. Consta de 12 preguntas. Son las siguientes:



Taller: Prejuicios y estereotipos


Invertir la situación: cuestionario para heterosexuales (yo habría contestado como veis en las cursivas)
  1. ¿Qué piensas que causó tu heterosexualidad? - ¿Y a ti la lobotomía?
  2. ¿Cuándo y cómo decidiste que eras heterosexual? - ¿Y tú cuándo decidiste que eras un cerdo y enfermo mental malnacido?
  3. ¿Es posible que la heterosexualidad sea sólo una fase que puedas superar? - ¿Y tú la psicosis, la superarás algún día o serás siempre así de hijo de satanás hasta que te mueras de Sida?
  4. ¿Es posible que tu heterosexualidad se derive de un miedo neurótico a las personas de tu mismo sexo? - No, me sirve de miedo para alejarme de la basura como tú.
  5. Si nunca tuviste relaciones con una persona de tu mismo sexo, ¿no podría ser que lo que necesitas es un buen amante de tu mismo sexo? - Me basta con ver tu sucia intención para despreciaros, feo hijo de perra, ¿no te comes un rosco ni entre los moritos chaperos, verdad?
  6. ¿A quién has confesado tus tendencias heterosexuales? - ¿Pero no dices que no tengo que ser yo mismo, descerebrado? No necesito confesar nada, simplemente soy.
  7. ¿Por qué los heterosexuales se sienten obligados a llevar a los demás a su estilo de vida? - Yo no pretendo nada, aborto de batracio, eres tú el que está intentando reclutar carne joven.
  8. ¿Por qué insistes en ostentar tu heterosexualidad? ¿Por qué no puedes ser simplemente quién eres y mantenerte tranquilo? - ¿En qué quedamos, cerdo repugnante? ¿Soy, no soy o qué cojones?
  9. ¿Por qué ponen tanto énfasis en el sexo los heterosexuales? - Será porque tú lo digas, nosotros no nos metemos en cuartos oscuros, pedazo de sapo.
  10. Parece haber muy pocos heterosexuales felices. Se han desarrollado técnicas que podrían ayudarte a cambiar. ¿Has considerado la posibilidad de realizar una terapia de aversión? - ¡Qué va, si me encanta tener aversión a la gentuza como tú!
  11. Considerando la amenaza que suponen el hambre y la superpoblación, ¿podría sobrevivir la raza humana si todos fueran heterosexuales como tú? - ¿No has encontrado otra excusa más estúpida para llevarte al huerto a un chaval de 14 años, cerdo miserable?
  12. A pesar de la aprobación social del matrimonio, la tasa de divorcio es todavía del 50 % ¿Por qué hay tan pocas relaciones estables entre los heterosexuales? - Porque la mayoría de la gente ha perdido los valores hasta tal punto que los padres no linchan directamente a un pedófilo como tú.
Y luego dicen que estos maricones (algunos, los menos, afortunadamente) no buscan reclutar carne fresca. Aquí podéis ver alguna de las ilustraciones de los libros de texto de la asignatura Educación para la Ciudadanía. Aquí podéis ir a un post anterior relacionado con esta temática. Y aquí las disertaciones del homosexual antiprogre Luis Margol sobre el asunto. 

Y la cuestión final es: ¿Por qué estos iluminados se meten donde nadie les llama? ¿Por qué se empeñan en meterse en nuestras vidas? 


De un gran gobernante, los de abajo sólo conocen su existencia; al que no lo es tanto, le aman y le elogian; al que menos, le temen; al de inferiores cualidades, le cubren de denuestos. Si (el gobernante) no es hombre de palabra, nadie le tendrá confianza. El (buen gobernante) es cauto, mide en extremo sus palabras. Remata con éxito los negocios todos, y el pueblo llano dice: estamos en armonía con la Naturaleza. Lao Tse