El matrimonio es absolutamente indisoluble (pero otras cosas no)



Seguro que a más de uno se le ha hinchado la vena al leer el título y no va a seguir leyendo. Lo lamento por ellos, porque la negativa a cuestionarse —Una vida sin examen no merece la pena ser vivida, dijo acertadamente a mi juicio Sócrates— significa que seguirán en la animalidad en cuestiones tan trascendentales como esta, con todos los inconvenientes propios y ajenos que de ello se deriva, especialmente para sus hijos. Son este tipo de gente contumaz, que se empeña en repetir el error porque es su verdad y tienes que respetarla (aquí va una ristra de jajas). 

Como el paisano que vivía en el pozo de estiércol, están tan acostumbrados que ya viven a gusto y no piden más, sólo quieren que les dejes en paz, que no les hagas olas con tus ideas no sea que peguen algún trago; tan acostumbrados que como advertía Morfeo a Neo en el entrenamiento simulado con la mujer de rojo, matarían por defender su mundo virtual.

Porque, les guste o no leerlo, lo cierto es que el matrimonio es indisoluble, y lo es no porque lo diga un obispo o el Vaticano o toda la cristiandad a coro, y mucho menos porque lo imponga una ley instituida por hombres. No, el matrimonio es indisoluble porque no se puede disolver de ninguna forma excepto mediante la disolución de la vida de uno de los esposos, y quizá ni eso aunque no vamos a meternos en esas profundidades trascendentales ahora. El matrimonio es indisoluble igual que la maternidad o paternidad son indisolubles. Pero veamos por qué razones concretas.



Qué significa Matrimonio


Y hay que empezar por advertir que, como es habitual en las cuestiones capitales (amar, felicidad, libertad, racional, emociones...), no sabemos lo que decimos. Creemos que matrimonio es la unión de un varón con una mujer, conocida y bendecida por Dios, o conocida por una administración pública (y por consiguiente rebajada desde las alturas divinas a la condición de contrato mercantil, como quien se compra una lavadora o un gato). 

Ojo que el concepto contrato mercantil no es malo per se si se circunscribe al ámbito de las mercaderías, pero aunque un matrimonio canónico sea también una relación de mutuo beneficio, de ganar-ganar, está mal planteado si lo que cada uno espera conseguir es que el otro le dé, porque los convierte a ambos en vampiros de vida ajena, parásitos uno del otro, en lugar de disfrutar dando lo mejor para la vida y la evolución del otro con la seguridad de recibir si has elegido a alguien que también sabe lo que es y tiene la capacidad de amar porque no es persona animal sino persona humana hecha nada menos que a imagen y semejanza de Dios (en la columna de la derecha tienes la sección El Arte de Amar para que te empapes bien y disfrutes de la vida fuera de Mátrix).




A lo que íbamos, que nos vamos por las ramas: No, matrimonio no significa como la mayor parte de la gente cree Unión de una mujer y un varón, con o sin yugo (que es lo que significa cónyuge, con ge de geranio, Genaro y género, por favor, no cónyugue con gue de guepardo, cagueta, y vaguedad). No, insisto, la palabra Matrimonio no significa unión de varón y mujer, sino Llevar a la esposa al oficio de ser madre (Alfonso X El Sabio dixit). El varón lleva a su mujer al matrimonio. 


¿No te gusta? Pues hay otras palabras, elige la que más te guste, pero matrimonio significa exactamente eso, así que puedes seguir llamando estropajo al agua y aire acondicionado al ordenador, a ver si alguien te entiende, a ver si entiendes algo tú, Humpty Dumpty.


Es decir, para que exista un matrimonio es imprescindible que concurran necesariamente tres elementos, una trinidad: una mujer, que tiene que estar casada con un varón, y tiene que ser madre de los hijos de su marido. Si falta cualquiera de los elementos la unión no es un matrimonio, guste o no al Papa o al Sursum Corda. Formulado esquemáticamente es así:


MATRIMONIO  =  MUJER  +  Casada con un VARÓN  +  MADRE de los hijos de su esposo


Y como es obvio que madre es una subcategoría de mujer, igual que esposa, porque una mujer es mujer sea o no madre o esposa, pero un ser humano no puede ser madre o esposa si no es mujer, se deduce lógicamente que para que exista un matrimonio tiene que haber como condición necesaria una mujer. Una vez tenemos una mujer como base, tienen que darse las otras dos condiciones necesarias, los requisitos sine qua non: que esté casada con un varón que sea el padre de sus hijos. Lo demás es, como dijo Jesucristo, adulterio, adulterar un matrimonio. Más adelante veremos por qué.


Quien repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y quien se casa con una repudiada por su marido, comete adulterio. 

San Lucas 18


Así que despierten los anormosexuales-marioneta de su sueño, salgan del todo del armario porque se han dejado una patita dentro para ser anormosexuales sólo cuando les apetece y cuando no exigir que se les considere normales, e independícense de los que les mueven los hilos, que no porque lo diga un papel su relación tiene absolutamente nada —y nada es nada, es decir, que no tiene ese ser— que ver con un matrimonio, razón por la que lo rechazan los anormosexuales que disponen de una cabeza mejor amueblada.

Porque el hecho de que la palabra Matrimonio implique Llevar a tu esposa a la calidad de ser madre significa que —en su sentido estricto— incluso un matrimonio bendecido por Dios que no se haya reproducido no es realmente un matrimonio, sino un matrimonio frustrado, por no haber conseguido su requisito/objetivo fundamental, fundacional, que es hacer madre a la esposa, dado que su raíz viene del latín mater, matris, que significa exactamente madre. Es una pareja, pero no un matrimonio. Es duro, hasta triste, pero así es. Uno no está sano, es rico, o campeón del mundo de F1 por ponerse ese atributo, sino por estarlo o serlo verdaderamente.

Pero también significa que cualquier unión normosexual, canónica o no, que no se haya constituido con el fin de Llevar a una mujer al oficio de ser madre, sino para disfrutar de una relación sexual satisfactoria —mientras dura—, o por evitar la soledad —hasta que se descubre que piel adentro sólo está uno—, o por mejorar el nivel de vida —hasta que se rompe y se vuelve a la estrechez agravada por el coste de los abogados—, no es un matrimonio, sino una parodia de matrimonio, un paripé de matrimonio, un matrimonio falso como la falsa moneda, un farsamonio.



Diferencias entre una madre y una mera progenitora o una progenitora furriel


Una vez aclarado el significado de la palabra Matrimonio, y recordando una vez más que significa Llevar a una mujer a la calidad de ser madre necesitamos saber qué es ser madre, para lo que necesitamos comparar el término con otros que poseen alguna relación con él. 

La progenitora se limita a poner su óvulo para concebir al nuevo ser humano, pero no desarrolla más funciones. Es el caso de las madres de alquiler, que ceden no ya su capacidad incubadora de su propio óvulo sino también su propia esencia y la de sus ancestros vía ADN. También es el caso de las mujeres que renuncian a sus hijos. Es un caso raro, así que no vamos a dedicarle más tiempo.

La progenitora furriel, por su parte, es la progenitora que, además, cuida a sus hijos, les viste, les alimenta, les lleva a la escuela, les proporciona mimos (cuando a ella le apetece), y les riñe, les grita, les insulta más o menos veladamente, les desprecia, a menudo les odia, les maltrata... Es una progenitora que provee de lo básico a sus hijos para que sobrevivan.

Por su parte, una madre es aquella progenitora que es furriel, y por tanto responsable de la intendencia, de los suministros, etc., pero también sabe lo que es amar y ama, y por lo tanto ama a sus hijos, ayudándoles a perfeccionarse, a evolucionar por encima del nivel que ella misma ha alcanzado, hacia la cumbre de la humanidad (Jesucristo).  



Qué significa indisoluble


Indisoluble significa que no se puede soltar, que no se puede dividir. No significa que nadie te obligue a seguir conviviendo con tu coprogenitor, en absoluto. Y estoy seguro de que cualquiera que haya tenido el cerebro en suficientemente buenas condiciones para llegar hasta aquí ya ha visto entero el puzle que quiero mostrar.

No, el matrimonio no se puede romper porque está unido por algo externo al matrimonio, su fruto: los hijos. Los hijos mantienen el vínculo entre sus progenitores para siempre. Aunque te se separes, te divorcies o simplemente cojas las de Villadiego, vas a estar unido, hasta que la muerte termine la relación, con la progenitora o madre de tus hijos, y la mujer va a estar unida quiera o no al progenitor o padre de los hijos comunes. Te guste o no, rabies o no, te rebeles o no, seas una bestia atea acérrima o no...



 


NO TIENES ESCAPATORIA



Ya lo ves, ¿verdad? Divorciado o no, vas a seguir discutiendo con tu coprogenitora, cara a cara, por teléfono, por correo electrónico o mensajería digital, a través de tus hijos o de tus abogados, te vas a seguir peleando con ella, tus hijos te van a seguir contando sus cosas, vas a rabiar hasta el día en que te mueras si no eres misericordioso y te das cuenta de que la pobre es una pobre esclava de la ideología dominante, una ignorante, y que sabiendo no actuaría como actúa (o viceversa si eres mujer). Más allá de cuestiones pecuniarias, no te vas a librar de ella aunque te vayas a vivir a las islas de la Bajamar (Bahamas) o te alistes con Elon Musk para colonizar Marte y nunca más volver. Te olvidarás de tus novias, de tus líos, de tus ligues, de tus aquí-te-pillo-aquí-te-mato, pero un coprogenitor nunca pierde la relación con el otro mientras los hijos sigan vivos (hay excepciones seguramente, pero las excepciones son las que confinan y confirman la regla, no las que la constituyen, las que constituyen la regla son las similitudes).

De modo que lo llamemos matrimonio, pipirrana o jota aragonesa, no vas a haber dejado de contraer esa relación indisoluble con tu coprogenitor a través de los hijos aunque contraigas matrimonio de nuevo diecisiete veces y tengas más hijos que Gengis Khan. Y las consecuencias inevitables que vas a sufrir son derivadas del coste de la oportunidad: que no vas a poder atender (de amar ya ni hablamos) adecuadamente a ninguno, y tú mismo te complicarás la vida para siempre, te tocará ir con la mochilita de casa en casa a recoger y devolver niños aquí y allá para el fin de semana, repartir tu sueldo y tu tiempo, y que el resto de la semana tus hijos lo sean de otro y reciban su influencia teniendo en cuenta que nadie les va a cuidar como tú (a no ser que seas un acémila). Y si eres la madre tendrás que soportar que tu esposo vía paternidad conjunta descuide a tus hijos, que la otra ejerza de cuco y haga todo lo posible por echar a tus polluelos de su nido, y ambos que los hijos adquieran hábitos que no te gustan porque son de otro hábitat. Eso es lo que significa adulterio: falsificación, alteración, corrupción. Te guste o no, quieras mirar para otro lado o no, quieras echar la culpa al destino, a Dios o a Brahma, eso es una corrupción del matrimonio, y tiene dos claros responsables humanos y uno no humano.

Así que haberlo pensado antes. Ahora, si ya te has reproducido sólo puedes hacer una cosa estúpida y otra inteligente: la estúpida es perjudicar a tu coprogenitor, en este caso no serías padre o madre sino mero progenitor y no harías más que amargarte el matrimonio para toda la vida, en las alegrías y las penas, y amargar a tus hijos. La inteligente es mejorar la vida de tus hijos amando a tu coprogenitor en la salud y la enfermedad, hasta que la muerte os separe. Como Dios manda (que por eso es Dios, estúpidos, porque lo sabe todo).



RESUMEN:


¿Qué es disoluble?

  1. El noviazgo
  2. El concubinato, amancebamiento, arreglo, apaño, barraganería, amontonamiento, asunto, lío, contubernio... o sea, la unión de personas no casadas sin hijos
  3. La relación extramatrimonial (adúltera) sin hijos
  4. El matrimonio sin hijos



¿Qué no es disoluble?
  1. La unión de una madre y un padre con los hijos de ambos



Así de sencillo. Esto es lo que la palabra Matrimonio ES, y por esto sabemos y decimos que es indisoluble; no es mi opinión ni la de nadie en particular sino la palabra concreta que nombra una realidad muy concreta y no otras; y no significa que cada cual pueda hacer de su capa un sayo. Lo que significa es que ya no vas a tener una capa si con ella haces un sayo, así que sé bien consciente de lo que quieres hacer, porque luego las cosas no salen bien y vienen los lamentos y las protestas, y como siempre pagan los hijos, con cualquier excusa, pagan tu ignorancia, tu animalidad, entonces no eres mujer madre o varón padre sino progenitor furriel. 

Cada conducta tiene sus consecuencias, así que mira bien qué semilla siembras no vaya a ser que coseches cardos borriqueros soñando recoger rosas y vivas una vida llena de pinchazos y heridas por haberte creído que tú habías creado el mundo y que las reglas son las tuyas, que es el típico pensamiento anticristiano (ateo para los amigos), animal.

Y esto lo mismo sirve para las madres que para los padres, claro. Sólo un mierda, una basura humana, un despojo humano, es capaz de abandonar o hacer mal a un hijo suyo, a la sangre de su sangre, directamente o a través de la madre. El requisito necesario para ser padre es ser persona, los animales no son padres.


Una reflexión para terminar: ¿Son conscientes los sacerdotes que cuando dicen hasta que la muerte os separe no están haciendo una recomendación o exhortación, sino afirmando que a partir de su paternidad ya no los separará nada hasta que Dios que los separe con la muerte? Me temo que no.




 



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