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La Madre de Todos los Orgasmos

Si Saddam Husseín (Dios tenga misericordia de su alma) amenazaba a Los Aliados con “La madre de todas las batallas” en un claro farol que por supuesto no sirvió para amedrentar al ejército más dotado y poderoso del mundo, este humilde creador de la Cienorgasmología servidor de ustedes, pone a prueba los métodos que propone antes de divulgarlos, para no ir de farol. De modo que hoy vamos a hablar con toda propiedad del orgasmo femenino más bestial que imaginarse pueda.

 

La Madre de Todos los Orgasmos

¿Cómo lo imagináis? ¿Más largo que intenso? ¿O más intenso que largo? ¿Uno de esos en los que vuestra mujercita eyacula un potente chorro de ese líquido cuasi indeterminado? ¿O de esos en los que grita como una posesa hasta el punto de desconcentraros a vosotros y alarmar a los vecinos?
 
Para no elucubrar, debería ser la mujer quien lo definiera, así que yo me he dedicado a recopilar los comentarios a posteriori de mi señora. Y lo que refiere la afortunada es un estado de desconexión externa absoluto, −esto ya lo intuíamos, porque sabemos que el placer intenso “atrapa su mente”, disminuye o anula la presencia de pensamientos parásitos saturando la memoria operativa humana− sumado a una sensación de imposibilidad de soportar el placer que llega en la mayor parte de las ocasiones a provocar una sensación de imposibilidad de respirar, una sensación de morir de placer sin posibilidad de detener el tránsito hacia el túnel de luz. 

Sábado sabadete, kiki, siesta y diez minutos de orgasmete



Quizá el sábado es el momento ideal para hacerle a la reina de la casa un orgasmo de más de diez minutos, si te dejan los jodíos críos, claro. Si no, tendrás que esperar a que tengan quince años y se larguen con sus amiguetes al cine, o a las vacaciones para mandarles con los abuelos y poder practicar sin molestias varios días seguidos. Ésta última posibilidad es la ideal, porque si fallamos en el intento el primer día podemos volver a intentarlo el siguiente y así sucesivamente hasta que nos salga. Porque si sólo disponemos de un día y no sale, la posibilidad de que el virus del fracaso se nos grabe en el disco duro es bastante alta; así que estad atentos, y tranquilos, que no se hizo Zamora en una hora. Lo conseguís fijo.

Como ya vimos en la introducción a este tema, conviene aprovechar la siesta para aumentar las posibilidades de lograrlo. Empezaremos después de la comida haciéndole una buena tanda de orgasmos, en este caso utilizando especialmente cienorgásana. Digo especialmente porque si te has metido una suculenta paella regada con un par de jarras de tinto de verano helado en un chiringuito de la playa, tendrás la panza como el bueno de Sancho y corres el riesgo de provocarte una hernia de hiato −no es broma, os lo aseguro− si te tumbas sobre la parienta y empiezas a apretar la barriga. Como en cienorgásana el cuerpo está en posición vertical y no presionamos el abdomen, no corremos tanto riesgo de que parte del estómago se nos salga por el hiato esofágico del diafragma. Esta hernia afortunadamente suele tener fácil solución con una sesión de osteopatía −también os lo aseguro, aunque el centro que aparece en el vínculo no lo conozco y para los amigos lectores de otras partes del mundo mundial es como si nada− así que si bien no hay que alarmarse, más vale prevenir que tener la paella dando vueltas en el estómago hasta la hora de la cena y una acidez que os fastidie el plan.



PRIMERA ETAPA
Bueno, vamos al tajo: dale un repaso cienorgasmológico antes de la siesta, déjala exhausta, y tú resérvate si puedes para no perder ni un ápice de interés. El sueñecito a continuación es como estar en las nubes, abrazándola por detrás o despatarrados sobre las sábanas si hace mucho calor. Una maravilla, pero tú no vas a poder desconectar. ¿¿Qué quéee?? Si, hijo, sí; A quien algo quiere, algo le cuesta, y si quieres hacerle un gigaorgasmo de más de diez minutos tendrás que despertarte antes de que ella lo haga. Esto tiene múltiples compensaciones, de ellas hablaremos en otro post, así que merece la pena el sacrificio, aunque te resulte más duro que ponerte un cilicio, ya verás.
Como ya sabemos, cuando ella experimenta muchos orgasmos se queda como drogada, sin tensión arterial ni muscular, anestesiada. Y como lo hacemos después de la comida, la digestión va a contribuir a secuestrar sangre del resto del cuerpo y el cerebro. O sea, que la tenemos a punto de caramelo.

SEGUNDA ETAPA
Déjala dormir, quédate con ella un rato porque se dormirá más a gustito aún, tú relájate pero no desconectes totalmente −o si sabes usar tu despertador interno prográmalo para que te avise una media hora después (esto es facultativo)− porque toca volver al trabajo mientras ella duerme o está justo despertándose.
Este es un trabajo fino, en el que tienes que adaptarte lo más posible a ella, a sus ritmos y movimientos, así que pon todo tu amor y tacto en la obra, porque a estas alturas ella tiene desconectado el Sistema Nervioso Periférico (SNP) y si haces el zarpas frustrarás el plan reconectándolo otra vez. Si está tumbada de lado −la postura ideal para este menester− o boca abajo, actúa desde atrás; si boca arriba desde delante. Toca con cuidado, como si fueras a desactivar una bomba; si tocas cualquier parte del cuerpo ajena a su rajita estás haciendo que conecte su Sistema Nervioso Central (SNC) con esas sensaciones de esas partes del cuerpo, la sacarás del trance y a tomar por saco el experimento.
Toca suavemente su vulva, pero no el clítoris, sino más bien la entrada a la vagina, acariciándola con consistencia (suaveee) e intención, no vaya a pensar que tiene una mosca rondándole por ahí; recuerda que estará saliendo del plácido sueño y no sabrá muy bien qué está pasando. Ahora que todo su SNP duerme, su SNC sigue en stand by, por lo que estás activando únicamente la parte del SNP que inerva el área genital, con lo que su experiencia de la realidad se reduce únicamente a los inputs que le llegan por ahí. ¿Te imaginas lo que puede estar sintiendo? ¡Puff! Ella no está, ni tú, no están sus brazos, ni sus piernas, ni su cuerpo, relajada completamente, desconectada... Y ahí está únicamente su sexo enviando información placentera al cerebro. Alucinante ¿verdad?.
Sigue tocándole como tú sientes que tienes que hacerlo en cada instante, incluso metiendo uno dedo en su agujerito, para estimular la conexión chochete-cerebro; pero no aceleres ni seas brusco en ningún momento o le provocarás el típico orgasmo de pico con su consiguiente caída rápida. No te preocupes de si está teniendo o no orgasmos, recuerda a Bruce Lee. Simplemente sé agua por el cauce que ella te va mostrando.

TERCERA ETAPA
Es el momento de la penetration. Smooth penetration más bien. Trata por todos los medios de que la única parte de tu cuerpo que toque el suyo sea tu cola durante los primeros tres o cuatro minutos. Mójatela bien con saliva para asegurarte de que no haya ninguna tirantez desagradable producto del secado de los flujos del kiki pre-siesta. Penetra y muévete suavecito sin hacer tope con su pelvis. Recuerda: olvídate de su orgasmo y concéntrate en lo que ella te transmite en cada momento. Relájate tú también para aumentar tu sensibilidad a sus señales. Tarde o temprano entrará en un suave orgasmo que continuará durante su ensueño hasta que quieras.


Ah, recuerda que debes advertirle antes de la siesta lo que te propones, porque puede asustarse si siente que no puede moverse mientras el éxtasis le lleva a las puertas de la pérdida de consciencia. Si tras unos minutos de suave orgasmo sientes que está empezando a sentir ansiedad o miedo porque le es imposible bajarse de la nube voluntariamente, tú tranquilo, no pasa absolutamente nada; acelera, profundiza, hazle subir a un pico orgásmico intenso y déjala caer o, según percibas cuál de las dos será mejor estrategia, para. Háblale suavemente dándole confianza, acaricia su cuerpo y prepárate para alucinar con su relato de la experiencia. La primera vez es para recordar toda la vida.


¡¡Advertencia importante!! 

No empieces a practicar estas técnicas sexuales in antes leer este post. Podrías sufrir serios inconvenientes en tu vida sexual.

 



La tontería sexológica de la semana (Inauguramos nueva sección)

Dicen en elconfidencial que ya no hay lugar para los tópicos (Y para demostrarlo van y nos atizan con uno más). El resultado de una investigación científica publicada en la revista médica Journal of Sexual Medicine no deja lugar a dudas: el coito ideal o "perfecto" dura entre 7 y 13 minutos, aunque, si supera los tres minutos, también se considera "adecuado" (¿Adecuado? ¿Para quién?), según recoge el portal JM Noticias.com. El informe surge de la opinión de varios sexólogos (Vade retro, Satanás) de Estados Unidos y Canadá y busca derribar el viejo mito de que las relaciones sexuales deben extenderse durante el mayor tiempo posible para resultar satisfactorias. (Pues nosotros buscamos y logramos lo contrario, mira tú; más y mejor)

Así, todo lo que supere los trece minutos debe considerarse demasiado largo (Se supone que en 13 minutos habrá que hacerle al menos un orgasmo a la doña, ¿no?. Nosotros no tenemos problemas, pero... ¿los no cienorgásmicos pueden hacer un orgasmo en 13 minutos?), al igual que cualquier coito por debajo de los tres minutos es excesivamente corto (vaya, menos mal que nos habéis iluminado con este valioso dato, porque si no lo llegáis a decir, hubiéramos creído que con treinta segundos bastaba ;-)).

La conclusión de los expertos (Juasjuasjuas ¿En qué? :-) :-):-)) consultados debe tranquilizar a quienes piensan "que no son capaces de alcanzar las irrealistas prestaciones sexuales que se han creado en la sociedad actual" (Estos ya se han enterado de que existimos). Por ejemplo, el estudio señala que los estadounidenses están convencidos de que el coito debe durar entre 15 y 20 minutos. (¿Los prolegómenos más el coito o sólo el coito?)


Eric Corty, director del proyecto (ya sabemos a quién no pedir opinión), explicó que "es una situación que necesariamente conlleva a que muchas personas sufran decepciones e insatisfacciones" (Y para evitarlo no hay nada mejor que el mal de muchos consuelo de tontos: "tranquilos, sois unos pobres desgraciados, pero no pasa nada, que lo vuestro es normal"). Corty cree que la imagen de sexualidad que se da en los medios, así como la idea de cómo tiene que ser el acto sexual y cuánto tiempo debe durar inducen a equivocaciones y a disminuciones de la función sexual. (Hombre, si estás media hora dándole la paliza a la mujer y... no se entera de nada, pues mejor que dure menos de tres minutos ¿no?)

"En un modelo de fantasía, los hombres tienen que tener un pene grande, unas erecciones duras como las piedras y aguantar toda la noche. Y parece que hay muchos hombres y mujeres que comparten esta opinión", agregó. (O sea, que el Corty es pichacorta, eyaculador precoz y no se te pone dura ni con viagra, así igual convence a alguna para que se acueste con él y se sienta satisfecha aunque no se entere de la misa la media)

La doctora y terapeuta sexual australiana Jane Howard afirma en el periódico Sydney Morning Herald que los hombres y las mujeres tienen diferentes expectativas del acto sexual (Ya estamos extrapolando la vivencia personal a la generalidad de la gente. Cambia tu Tarzán por uno cienorgásmico, Jane, y verás como afirmas lo contrario). Normalmente, las mujeres se sienten satisfechas tras un coito corto y no les gusta alargarlo (Jajajajajaja). Por el contrario, casi todos los hombres desean que el acto sexual dure mucho tiempo. La doctora aconseja intentar olvidarse del tiempo (Estará de coña ¿no?)




En fin, estos problemólogos, además de no aportar ninguna solución, se quedan tan anchos descubriendo la fórmula de la pólvora mojada, inflados de orgullo por el fruto de su valiosísimo trabajo. En nada de tiempo nos recomendarán las luces apagadas, los camisones con agujero en la entrepierna y en lugar de disfrutar, repetir incansablemente el mantra: "Estoy satisfecho, Om, estoy satisfecho, Om".


¿Qué os parece? Fijaos que se refieren al "coito ideal", y no sé qué entenderán ellos por "ideal"; si ideal para el día a día o ideal para el viernes por la noche o el sábado en la siesta.


¿Qué pensáis vosotros? Estaría bien conocer la opinión de los Cienorgásmicos y los que estén en vías (que ya he visto en la encuesta que otra pareja de máquinas han llegado a superar los 50 por hora y una anda por los 30) ¿Cuánto tiempo dedicáis al sexo? ¿Con tres minutos de coito os sentiríais satisfechos? ¿Depende de la edad? ¿Del tiempo de casados?



Capítulo 1 - Atrapar la Mente de tu Mujer (para hacerla orgasmear)









INTRODUCCIÓN

Para empezar a aprender a atrapar la mente es necesario hacer un breve repaso de cómo funciona la mente aprovechando para ello la metafórica similitud persona-hiperordenador:

Tu ordenador tiene un disco duro con una capacidad de almacenamiento de un montón de Gigabytes (Gb) de memoria, sin embargo no puede operar con toda a la vez ¿verdad? ¿Por qué? Primero porque el procesador tiene sus limitaciones de velocidad de procesamiento aunque te hayas dejado el sueldo en un QuadCore. En segundo lugar porque toda su información no puede ser ejecutada simultáneamente (¿te imaginas todas las fotos, los programas, la música, los vídeos, los email... apareciendo a la vez en tu monitor? Obviamente no verías nada y además el exceso de carga de trabajo lo fundiría), y además no puede porque su memoria RAM o memoria operativa —la información que puede manejar en cada instante— es más limitada que la del disco duro, normalmente de 1 ó 2 Gigabytes. Mira tú qué cosas.

Al cerebro le ocurre lo mismo; almacena millones (o más) de Gb de información, pero no puede operar con todos a la vez porque nos atizaría una especie de ataque epiléptico que nos mataría al instante. Estamos afortunadamente limitados por la velocidad de procesamiento de nuestro cerebro y por la cantidad de información que podemos manejar en cada momento (¿te habías creído la chorrada esotérica esa que dice que si pudiésemos usar más del 10% de la capacidad mental que usamos el mundo sería mejor y nosotros semidioses?). Si la memoria RAM de tu ordenador se mide en Gb, la de tu cerebro se mide en “cosas” o procesos. Esto es a lo que se refiere el famoso chiste con el que las féminas nos suelen tratar de humillar: “Tú no puedes caminar y comer chicle a la vez”.

¿Cuántos procesos se pueden poner a funcionar a la vez? Pues mira, un tal Miller estableció una ley sobre la cantidad de cosas que puedes hacer a la vez; según él, sólo podemos procesar 7 +/- 2 (entre cinco y nueve) “cosas” a la vez.

¿Por qué narices te cuento todo este rollo si lo que tú quieres es hacerle cien orgasmos por hora a tu mujer? Pues porque es precisamente en esa limitación neurobiológica del cerebro para procesar información es en la que te tienes que apoyar si quieres conseguirlo, no en el tamaño de tu aparato, chato.



CÓMO ATRAPAR LA MENTE (1)

O, para seguir con el rollo cibernético, ¿cómo saturar la capacidad de procesamiento del cerebro de tu mujer? Y ¿para qué narices quiero saturarla? ¡A ver si se me va a fundir y no me va a servir para nada!, me dirás con angustia. No, hombre, no; no le va a pasar nada malo, tranquilo.

Empiezo por responder a la segunda pregunta. Quieres saturar la memoria operativa de tu mujer porque si la dejas bajo su control se pondrá a pensar en la colada, en que no ha puesto los garbanzos a remojo (si eres hembrista te jodes, este es mi Blog y digo lo que me da la gana) o en que la tienes ya más que aburrida. Hablando más en serio, su pensamiento se dispersará por cualquier lugar de su disco duro, lo atrapará cualquier sensación o idea que tenga almacenada o construya y tú tendrás que ponerte a frotar y frotar a ver si consigues encenderle el fuego, y si ná de ná, usar un cachivache, litros de lubricante o escornarte haciendo numeritos acrobáticos. Así que como su mente seguirá por los cerros de Úbeda en lugar de estar a lo que está, necesitarás un milagro para hacer que se corra antes de que a ti te de un patatús y dejes a la pobre escocía, viuda y encima con las ganas. Así que tienes que “distraer” su pensamiento para conseguir imponer tus pautas a su cerebro, que eres tú el responsable de darle placer, mamón.

Vamos ahora con la primera pregunta ¿cómo narices atrapo su mente?. Ahí van las primeras pautas: con sensibilidad y consciencia de lo que tú haces y su respuesta a lo que tú haces, cacho tarugo. Pero tranquilo, no te vas a volver marica ni nada raro.

Nada entonces de ñaca-ñaca mecánico y aburrido. Se acabó. Si crees que con frotar ella va a acabar, lo llevas crudo. Todos hemos visto cómo chingan los demás en pelis cochinas, más o menos como la mayoría, nada especial; si tienes una por ahí, échale un vistazo: mete-saca-mete-saca-mete-saca invariablemente. Por ese camino no se va a ningún sitio si quieres igualar o superar mi récord.

Así que pon la cabeza en lo que estás haciendo, en cada empujón, en cada retirada, así de paso te distraes tú de tu avidez de correrte. Si vas a practicar hoy mismo, hoy no te tocan corridas, lo siento, machote (ella sí puede si tú se lo provocas, claro, pero nada de tocarse el clítoris ni usar cachivaches). Adopta la postura cienorgásana que expliqué en otro post anterior y usa tus manos o simplemente un dedo para tocar, pero no tocar para satisfacer tu morbo, so guarro, sino con intención. ¿Que con qué intención? ¿Pues con cuál va a ser, merluzo? Con la intención de distraer su mente. ¿Qué dónde tocas? En cualquier sitio, pero no para quedarte ahí diez minutos, sino para que tenga otra sensación que atrape su mente un momento... y así sucesivamente, es sólo un toque cuando lo sientas necesario. Vete practicando lugares (no necesariamente zonas erógenas), duración, intensidad... ¿No se corrió? ¿No has conseguido atraparla y marcarle el ritmo de la excitación? Tranqui, no se hizo Zamora en una hora.

Bueno, basta por hoy, mañana más (lo prometo) que si no, se alarga demasiado el post. Hala, empezad a practicar ¡y nada de orgasmos hoy! ¿eh, amigo?, sólo intención de dar placer a tu mujer. No me odies, es por vuestro bien.

¿Alguna pregunta? Aquí estoy para lo que necesitéis.