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El orgasmo sísmico

En una reciente sesión cienorgasmológica, una de mis partners y yo descubrimos una nueva variante orgásmica femenina. Una variante, que no un tipo de orgasmo, para añadir a la lista que elaboramos en este post anterior, y al que pusimos por nombre "orgasmo terremoto" u "orgasmo sísmico", cuando nos pusimos a recapitular sus características, en un momento de descanso.

La sesión comenzó de forma magistral, con un orgasmo brutal producido simplemente por manipulación oral de uno de sus pezones ―así, de entrada―, que comenzó en menos de un minuto después de iniciado el trabajito. Todavía estábamos en pie, ya sin ropa, pero yo estaba lo suficientemente atento para darme cuenta de que aquella cienorgasmology session iba a ser gloriosa. Y ambos muy, muy excitados, deseosos de encontrarnos después de quince días sin vernos, lo cual, por supuesto, ayudó en cierta medida a que se resolviera tan rápida y fácilmente, aunque no de forma decisiva. En otras ocasiones me ha costado algo más, para ser sincero, pero nunca más de cinco minutos; me aburre mortalmente dedicar más tiempo a generar un orgasmo del tipo que sea.

El caso es que el abrumador éxito inicial me llenó de seguridad y confianza, las suficientes para permitirme centrarme sin miedos bloqueantes ―es importante que vayas quitándotelos a medida que entrenas― en la que ha sido una de las mejores sesiones de nuestra corta historia, con una gran variedad de orgasmos manipulados a mi voluntad, alguno dejado al azar... y la mayoría brutales, algunos de ellos de esos en los que te pide por tus muertos que pares, incapaz de seguir soportando tanto placer. Y entre ellos, el que nos ocupa hoy: el orgasmo sísmico.

Seis orgasmos en una hora. ¿Demasié pa'l body?

Esto es lo que hubiese dicho Fernando Esteso puesto en mi lugar ayer.

La verdad es que no
soy precisamente un gordito ni un enclenque, me pego palizones de seis o siete horas en bici por la Sierra Madrileña acumulando desniveles kilométricos, otras seis -también, hoy va de seises- horas semanales de gimnasio. Y aunque fumo, no bebo más que socialmente y con moderación y me cuido todo lo que puedo,. En fin, que pudiéndome considerar un tipo en buena forma, reconozco que ayer me preocupé, fue la primera vez -que recuerde- que mi body dijo basta; pero no un basta cualquiera, sino en mayúsculas y con signos de admiración: ¡¡BASTA!!

Es lo que tiene la ultraorgasmología en época pre-veraniega, hace calor hasta de noche, y mantener un orgasmo de más de quince minutos se convierte en una heroicidad mayor que correr un maratón en una sauna finlandesa. Los dos primeros fueron orales, pero los siguientes cuatro a lo macho.

Al machote el sudor le chorreaba por todas partes, tanto, que más que la fatiga -mi corazón debía andar por las 130-140 pulsaciones por minuto constantes con algún pico superior- del puro esfuerzo físico, la falta de adaptación al calor recién salidos del invierno pudo con mi resistencia.


Ella hubiera seguido en la cumbre del gozo a pesar de que el vecino de arriba empezaba a dar muestras de que le estábamos jorobando el sueño, pero yo no podía más. Aún recuerdo cláramente cómo los cuatro ríos que de sudor que me corrían por la cabeza amenazaban con inundarme los ojos y la boca desconcentrándome, disminuyendo peligrosamente mi excitación mientras ella parecía -una vez más- que disfrutaba como nunca antes lo había hecho.


No, no fue la falta de fuerza o de resistencia físicas lo que me rindió; la derrotada fue mi mente, mi resistencia mental al sufrimiento, al calor y a la desconcentración. Visto el panorama, esta misma noche voy a poner el ventilador en la habitación.



Por cierto, ayer usamos un lubricante nuevo. Probablemente haya influido en el asunto por sus buenas cualidades, que nos permitieron despreocuparnos del tema. Y como os prometí, en unos días os contaré cómo nos ha ido con él -parece que genial- y lo compararé con los otros dos que hemos usado en el laboratorio de la Cienorgasmología (Editado: Aquí tenéis el análisis). 




Buen fin de semana



Advertencia importante: No empieces a practicar estas técnicas sexuales in antes leer este post, podría causar serios inconvenientes a tu vida sexual.




Fundamentos científicos del orgasmo de más de diez minutos


Una de las ventajas de la Cienorgasmología es que te brinda la posibilidad de modular a voluntad los orgasmos de tu mujer, encadenarlos, alargarlos, modularlos en intensidad.... Es importante empezar por advertir que aunque no es imposible hacer a tu mujer un orgasmo de más de diez minutos si aún no es cienorgásmica, es mucho más fácil conseguirlo si ya lo es o casi.

Para lograrlo es necesario entender algunos hechos fisiológicos y neurológicos que lo explican, posibilitan y facilitan.

1. Es preferible intentarlo cuando ya ha conseguido un buen número de orgasmos en la sesión, cuantos más, mejor. Uno de los efectos fisiológicos que produces al hacerle orgasmos es la secreción de betaendorfinas al torrente sanguíneo. Ten en cuenta que las betaenforfinas son opiáceos naturales cientos de veces más potentes que la morfina, con lo que lograrás en ella un estado de anestesia y analgesia intensos. Es fácil entender que si le has hecho ya cincuenta orgasmos, ella está “como drogada”.


2. Cuando la mujer alcanza ese estado, sumado al cansancio lógico de un traqueteo sostenido y la dejas descansar, se quedará en la misma posición, sin posibilidad de moverse e incluso se dormirá o dormitará en un estado de suave placer, una sensación de paz y seguridad cercana al gozo. Es también un estado similar al que se obtiene después de un buen rato de meditación en silencio, oración e inmovilidad: el Sistema Nervioso Periférico (SNP o nervios sensitivos y motores del cuerpo) deja de enviar señales de existencia (sensaciones de contacto, temperatura, posición, peso...) y se desconecta del Sistema Nervioso Central (SNC o encéfalo), quedando aislado del resto del cuerpo anestesiado porque no como recibe información, no existe para él. Algo parecido pero sin el recurso al sexo les ocurre a los grandes místicos como Santa Teresa de Jesús, a quienes las largas e intensas sesiones de oración e inmovilidad producen esa misma desconexión de su SNC del resto del SNP. Los místicos y santos suman normalmente a esta estrategia el ayuno prolongado y la mortificación. Cuando el ayuno prolongado se produce, el cuerpo desencadena una respuesta de supervivencia que retrae el flujo sanguíneo del cuerpo al SNC para ahorrar energía porque en el resto del cuerpo no es necesaria, contribuyendo a la desconexión del SNP. La mortificación hay que entenderla como práctica del Hatha Yoga, un método para trascender el cuerpo y sus sensaciones, como dicen los hindúes, para hacer al cuerpo permeable al prana, la energía universal. Entonces uno (la mente pura, el alma de cada uno) se queda sólo con su mente, el resto no existe para el SNC ni para la mente pura. Es una experiencia sin igual, de modo que es muy aconsejable experimentarla al menos una vez en la vida, sobre todo para entender lo que es el amor verdadero incluso a los enemigos.



3. De persistir ese estado de aislamiento del SNC, éste desplegaría estrategias para mover automáticamente alguna parte del cuerpo y recuperar la consciencia del mismo, retomar referencias de dónde estamos y lo que somos (seres físicos); lo habrás visto alguna vez en esos movimientos circulares de la cabeza y cuerpo que se producen en personas que han entrado en trance con ayuda de psicotrópicos, la danza de rituales iniciáticos y chamánicos, etc. En caso de persistir mucho tiempo (varias horas) el aislamiento del SNC, puede llegarse incluso a alcanzar la muerte voluntaria. Así que hay que poner atención, pero no preocuparse ni asustarse porque es un límite difícilmente alcanzable y de él se puede salir voluntariamente o impulsados por el miedo a entrar en el “túnel de luz”, también con la ayuda del marido que inducirá cariñosamente a su mujer a volver a un estado de consciencia ordinario si ella se queda en su gloria particular un tiempo sospechosamente largo, obviamente. Es importante que nuestra mujer esté advertida, porque puede asustarse al sentirse incapaz de salir de ese estado alterado, puede tener miedo si no sabe lo que le está ocurriendo. Lo mismo ocurre en los trances hipnóticos inducidos: la persona no puede mover ninguna parte de su cuerpo aunque lo intente y puede ser, incluso, intervenida quirúrgicamente sin notar el más mínimo dolor ni sensación.

Teniendo todo esto en cuenta, podemos pasar en un próximo post a explicar como provocar un orgasmo de más de diez minutos a tu mujer.