Mostrando entradas con la etiqueta refuerzo negativo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta refuerzo negativo. Mostrar todas las entradas

Chingas menos que un casao

Un par de viejos amigos se encuentran casualmente por la calle y tras regalarse los consabidos halagos hacia la barriga de uno y la calvicie del otro, recordando que se casó virgen, el barrigón le pregunta al calvo:
- Oye, macho, y ¿qué tal te va de casado? ¿Chingas más que antes?
A lo que le responde el calvorota con cierta sorna:
- ¡Qué va, macho! ¡Chingo el doble que de soltero!
El otro, estupefacto, le dice:
- ¿El doble? ¡No me lo puedo creer! ¿Cómo es eso?
Y le contesta el calvo:
- ¡Sí, hombre, de soltero no chingaba nada, y de casado nada de nada!







Ya hemos hablado varias veces (aquí) del asunto, pero desde hace unos días le estoy dando vueltas a la cabeza. El caso es que desde hace un tiempo, no sé cuánto, he perdido absolutamente el miedo a irme a la cama por sentirme obligado a cumplir. El asunto tiene su aquel, porque cuando uno asume su papel de "maestro" de lo que sea, y en mi caso es el asunto este de la Cienorgasmología, parece como que está obligado a demostrar cada noche de lo que es capaz, entre otras cosas, para seguir experimentando y poder contaros algo interesante. Pero la verdad es que no tengo mucho más que contaros al respecto, porque la ciencia, técnica y patatín y patatán ésta tiene la ventaja de poder ser explicada en pocas palabras. Bueno, sí que tengo algo más que contaros, pero me temo que va a pasar mucho tiempo antes de poder hacerlo, por razones que aún no puedo desvelar.

Esto no va a ser una lección de Cienorgasmología, sino una ¿simple curiosidad? que quizá pueda servir a alguien para dejar de comerse el coco. La cuestión es que desde hace tiempo me voy a la cama pensando en que no va a haber temita, cuando antes pasaba justo lo contrario, que siempre tenía que haberlo, lo que me ocasionaba alguna que otra incomodidad cuando no me apetecía más que cerrar los ojos, hablar un rato con El Jefe, y dormirme plácidamente. Es como cuando uno gana un campeonato del mundo, o es un figura del deporte, está obligado a hacerlo siempre a ese nivel o será criticado y puesto en duda.

La verdad es que desde entonces me siento liberado de una pesada carga, la frecuencia de encuentros ha disminuido significativamente (teniendo en cuenta que hasta hace no demasiado era desayuno comida y cena, más algún que otro tentempié a deshoras), pero los dos estamos más que satisfechos. Al fin y al cabo, el sexo no lo es todo, ¿no?. Aunque sea sexo cienorgasmológico.

Ahora, cuando nos apetece, lo hacemos, y cuando no, pues no. Ella nota cuándo tengo ganas yo, y yo noto cuándo las tiene ella. Es una de las ventajas de la monogamia, acabas conociendo al otro casi como a ti mismo.


Y para acabar, no puedo dejar de comentar uno de los asuntos más jugosos que nos ha dejado la actualidad, una foto que ha dado más que hablar que la Foto de las Azores, y que no es otra que la foto de La Familia MonZter. Disfrutad de esta y de otras que podréis ver en el blog de Salva y Reyes. Muy (bien) currado.

Buena semana a (casi) todos.





El Castigo Positivo 2. "Decálogo del feliz ex maltratador"

Para continuar con este asunto del Castigo Positivo que ya introdujimos en el capítulo anterior, vamos a intentar dar con algunas pautas de lo que puede usarse como civilizado estímulo aversivo con el fin de mejorar las relaciones conyugales, y lo que de ninguna manera puede usarse. No las voy a dar todas porque no las conozco y porque esto se alargaría en exceso, pero bastan un par para hacer reflexionar a alguien.


 

Hay que recodar antes de continuar que de las Cuatro Reglas, los dos tipos de Refuerzo son los más eficientes para hacer nuestra vida más fácil. Dejar de reforzar positiva y negativamente una conducta indeseada es a menudo (si no siempre) condenarla a su extinción, por lo que en la mayor parte de las ocasiones la estrategia ideal es no entrar al trapo, ni a la muleta de la manipulación emocional que pretende doblegarnos mediante el manido recurso al típico victimismo femenino −cuidadín: la mujer es el sexo débil, no el sexo tonto, ése lo somos nosotros, y ella tiene sus propias estrategias de combate−, ni al capote del chantaje sexual que nos agita cuando está enfadada. Ni caso. 

Es muy importante destacar que hasta los expertos en neurociencia de la salud recomiendan no hacer excesivo caso −o ninguno si la cosa viene de lejos− a los dolores psicosomáticos, exagerados o fingidos, porque hacerles caso no es sino reforzar positivamente los problemas y contribuir así a convertirlos en enfermedades reales. 

Sin embargo, una infidelidad puede ser la manifestación de un síntoma que aqueja a la pareja: el refuerzo positivo y negativo que proporciona la sexualidad a la relación es muy débil o no existe, bien porque la sexualidad no es suficientemente gratificante como para desear que se repita o porque es tan mala que lo que no se desea es tener cerca al otro. 

Es evidente que una buena sexualidad puede hacer soportable una relación poco satisfactoria, ahora bien, si las dos cosas fallan, apaga y vámonos. En cualquier caso, repito, el refuerzo positivo y negativo de nuestra consorte son la clave de una relación fructífera y satisfactoria. 

Este post puede generar −si nuestras queridas lectoras lo desean− un interesante debate, −qué digo interesante, ¡enormemente interesante!−, que dé lugar a otro post de respuesta en el que ellas cavilen sobre la aplicación del Castigo Positivo al varón con vistas −hay que advertirlo− a la misma mejora de las relaciones conyugales y con la misma premisa de únicamente utilizar métodos civilizados. 

Quizá haya alguna acémila que me acuse de dar pistas al enemigo o tratar este asunto con frivolidad, pero en realidad hago lo contrario de lo que propugna la actual −y ahora puedes entender que necia− política sociata contra la “violencia de género” de los bobos Aído, de la Vega, Zp y compañía: en lugar de ineficaces Castigos Positivos a estos delincuentes, doy pautas a los potenciales maltratadores sobre las estrategias más adecuadas a utilizar, les doy opciones más eficientes que quizá no usen por mero desconocimiento. 

En todo caso, estas estrategias son igual de eficaces independientemente de quien las use, sea varón o mujer, moros o cristianos y supongo que necesarias para ambos alguna vez, pero en este caso podemos considerarlas “El decálogo del feliz (ex)maltratador”.


 

 Consecuencias de la aplicación del Castigo Positivo
  • Puede provocar una respuesta agresiva. Lo normal es provocar una respuesta agresiva, porque la mujer siente amenazada su dignidad personal. Se puede definir a las mujeres que reaccionan así como "dominantes", pero el problema real no son ellas, eres tú: estás aplicando un procedimiento incorrecto, so animal.
  • Deterioro de la relación. Si te relacionas en base a castigos, tu cónyuge te asociará con los castigos, estímulos aversivos. Entonces, la relación se deteriorará. Una relación conyugal (y casi todas las demás) debe asociarse con ayudas, con refuerzos, apoyos, alientos, ánimos... no con castigos. Obras son amores.
  • No proporciona mucha información. Sirve para eliminar conductas, pero no sirve para generar nuevas porque no proporciona suficiente información. Es como el “mal” escrito en rojo en la corrección de exámenes: no te dice qué debes hacer para mejorar.
  • No es específico. Aún cuando tengas un buen timming para aplicarlo contingentemente con la conducta que quieres suprimir, puede asociarse a diferentes conductas, a opiniones, e incluso a la identidad sustento de la autoestima. Por tanto, cuando castigas una conducta inapropiada, también estás castigando otros elementos que sí pueden ser apropiadas.
  • Habituación. A base de castigos ligeros (insultos, descalificaciones), tu mujer se acostumbrará hasta el punto de que le dará igual, por lo que de persistir en tu conducta inadecuada cada vez necesitarías castigos más intensos para conseguir tus objetivos, hasta llegar a la agresión.


En consecuencia, sin ánimo de ser exhaustivos, estas son algunas de las cosas que sí puedes hacer como Castigo Positivo −o mejor, “Castiguitos Positivos”− y otras que no debes hacer, supongo que la mayoría son de sentido común, pero si sólo una puede hacer que mejore la relación de una sola pareja, me daré por satisfecho. De paso reafirmo mis principios.
  • SÍ evitar refuerzos. Para evitar enredarte en chácharas vanas o caer en las hábiles trampas lingüísticas o emocionales que acostumbran a tendernos las féminas, puedes pasar olímpica y educadamente de lo que te diga, o aplicar un poco de sentido del humor haciéndote el tonto como si hubieras entendido otra cosa −hacer una gracia con alguna palabra que surge en la discusión es mi favorita; además de cortar por lo sano, suele provocar alguna que otra risa− o el sordo; de esta manera evitas reforzarlo positivamente. Coherente con esta norma es el refrán: “no hay más desprecio que no hacer aprecio”; a nuestra “querida enemiga” ni agua.
  • No aplicar CP. Mandar callar de malas maneras a tu mujer, sin consideración a su dignidad de persona que no es ni más ni menos la misma que la tuya. Si no sabes discutir sin que se te hinche la vena, vete a un psiquiatra y pídele algo fuerte para calmarte.
  • Sí aplicar CP. “Forzar” hábilmente el contacto sexual aunque no le apetezca si se queja de que tiene dolores menstruales o si está algo enfadada y tú ya eres un experto en Cienorgasmología. Un buen montón de orgasmos son el mejor analgésico y relajante. Casi te aseguro de que te lo agradecerá.
  • No aplicar CP. Forzar el contacto sexual cuando ella no se sienta bien de verdad, cuando está agotada, muy enfadada, o lo que busques sea un ejercicio de dominación animal en lugar de calmarle un dolor menstrual o alegrarle un día triste, etc.
  • Sí aplicar CP. Dirigir la crítica o reprimenda al elemento concreto que crees que la merece, no a la totalidad de la persona.
  • No aplicar CP. No es lo mismo decir “eres tonta” o “no dices más que tonterías” que “eso es una tontería”. Concreta o especifica bien y no dejes a la persona con mal rollo. Unas palabras de comprensión ayudan a que la persona no se sienta agredida en su orgullo. Si le dejas con el mal rollo, además de no tener garantías de que la conducta no se repita, debilitas su autoestima.
  • Sí reforzar el autodominio. Razonar significa razonar, no levantar la voz; es mejor dejar la discusión para otro día que enzarzarse en una pelea dialéctica. Tomar un poco de aire si la discusión se encona, mañana las cosas se verán con más desapasionamiento y puede que cada uno haya comprendido por separado sus errores y concluya que el asunto realmente no es tan importante.
  • No aplicar CP. Nunca discutir cuando los ánimos están exaltados o delante de los niños.
  • Sí aplicar CP. Puedes hacerle rabiar sacando la cola del todo para recuperar el control de su mente.
  • No aplicar CP. No debes golpear como un salvaje con tu pilila contra el fondo de su chirri con el mismo objetivo, o entrar sin que esté preparada, porque le harás daño.
¿Hacemos una lista más amplia? ¿Cómo utilizáis vosotros las Cuatro Reglas para mejorar vuestra relación? Venga, animaros, a ver si nos lee algún moro cerril o algún potencial maltratador y le hacemos un bien.


A la cama... ¡a leer!

Durante estas cortas vacaciones he dedicado algún rato a profundizar en la 2ª Regla: el Refuerzo Negativo. Me quedé con la sensación de que se me quedaba algo importante en el tintero y como no me proponíais ningún truco más, seguramente porque sois jóvenes y la combinación de pasión, novedad y etapa de vida os impide gustar las hieles de la monotonía, acabé por encontrar yo solito la idea que se me escabullía.

Seguramente todos recordaréis la imagen que me vino a la mente y que dio lugar a este post si os doy una pista: la típica película americana de familia feliz, tipo El padre de la novia, en la que aparece el matrimonio formado por el simpático Steve Martín y la fantástica Diane Keaton leyendo en la cama recostados en mullidos almohadones. ¿Sí?




PEDAGOGÍA MATRIMONIAL 

Pues ese es un claro ejemplo de truco de esta 2ª Regla. ¡Olé (algunos) los americanos haciendo pedagogía matrimonial!, igualito igualito que el cine basura que financiamos aquí los españolitos con nuestros desorbitados impuestos, ¿No entiende el desgobierno éste que si no hay competencia la gente no espabila y nuestro cine termina de deteriorarse? ¿No entiende que subvencionar mediocres es el mejor método de crear cine de pésima calidad? ¡Qué va a entender!

Ya hemos comentado anteriormente que el momento de irse al catre suele ser uno de los más desagradables de la jornada cuando una relación ya es añeja como un reserva de Rivera del Duero. 

Claro, la pasión ya se ha apagado; la piel es la misma de todos los días aunque con alguna arruga o imperfección más que contribuye a echar más agua a los rescoldos; iguales son los olores, los sabores... pero uno quiere seguir satisfaciendo a su mujercita... algo que no ocurre si el invento no se pone en formación de combate. 

Y no hay nada más antilujurioso que la perspectiva del sexo cuando uno no tiene ganas. El círculo vicioso desgana -> obligación -> flaccidez -> mal resultado -> más desgana... se consolida y termina con el superhéroe más invulnerable.



A LA CAMA... A LEER

Por eso seguramente este sea el truco definitivo para mantener una sexualidad activa por muchos años. Porque si nos vamos a la cama a dormir y percibimos una insinuación de la doña, nos aterrará tener que ponernos a cumplir; si es a chingar, nos apetecerá aún menos si es tarde, mañana toca madrugar y la cosa no promete más que un monótono raca-raca-raca... 

Pero si nos vamos a la cama a leer incrementaremos nuestra cultura, mantendremos la mente activa si somos mayorcitos o nos distraeremos de lo cotidiano y si surge la oportunidad por la razón que sea de echar un buen kiki, pues perfecto. Nuestra autoestima de machotes quedará intacta porque a la cama se va principalmente a leer y a dormir y nuestra mujercita no se sentirá no querida porque ya no nos pone cada noche como al principio.

Así, quitando uno de los principales miedos que pueden surgir con el paso de los años, conseguimos reforzar negativamente la actividad sexual y de paso, obtenemos los beneficios de una lectura interesante.




2ª Regla – El Refuerzo Negativo: Te quito lo que NO quieres

Las cuatro reglas son esenciales, pero esta es una de las que más amor verdadero hacia los demás demuestra porque implica cierto sacrificio personal, especialmente con los hijos; es obvio que necesitan de nuestra ayuda hasta que poco a poco van haciéndose independientes. Quitar a alguien lo que no quiere significa por lo tanto eliminarle los inconvenientes, las incomodidades, las cargas añadidas a los aprendizajes, para acelerarlos y hacerlos más gratificantes, cargando nosotros con ellos.



Os ofrezco un ejemplo ilustrador de esta 2ª Regla: vais a enseñar a vuestra mujer a esquiar. Lo lógico es que se caiga muchas veces al principio y no pueda levantarse, que sude tinta cargando con los esquís hasta el remonte, que se le escape una tabla ladera abajo, que se desespere... en estos casos, “quitar lo que no quiere” se traduciría en ayudarle a levantarse, cargar con sus esquíes, recogerle el perdido y llevárselo, ayudarle a ponérselo, ayudarle en el remonte, aflojarle las botas... porque lo que realmente interesa es que aprenda rápido, no que forje un espíritu de sacrificio de legionario; en parte por puro egoísmo porque cuanto antes aprenda, antes se puede tirar por las pistas más divertidas con nosotros; pero sobre todo porque disfrute al máximo con el menor fastidio. Hacer lo contrario es de idiotas, no querrá volver a ver la nieve ni en la televisión. ¿Vamos entendiendo?

Pues si me habéis seguido hasta aquí, comprenderéis otro de los fundamentos de la Cienorgasmología, porque ¿qué pretendemos al atrapar la mente de nuestra mujer? ¿multiplicar el número de orgasmos y su duración? Efectivamente, como entrenamiento para alcanzar la maestría cienorgasmológica, pero aún más allá; en esencia buscamos que el tiempo que dure el kiki sea más satisfactorio, con menos tiempo de preparación y menos reticencias a iniciarlo. 

Una vez la mujer consigue tener orgasmos múltiples de varios minutos de duración, ya no es necesario el esfuerzo de mantener la atención del principiante, todo fluye automáticamente porque la técnica ya ha sido aprehendida. Puedes vaciar tu mente y fluir como el agua, el esfuerzo ha merecido la pena.



En el tema que nos ocupa, quitarle lo que no quiere puede traducirse en variadas conductas, algunas tan obvias como:

  • No seas idiota como el torpe profe de esquí aficionado, ten toda la paciencia del mundo o no querrá volver a ir a esquiar contigo.
  • Mójate bien la cola con saliva y moja sus agujeritos si es necesario para evitar fricciones desagradables o dolorosas.
  • Ríete de los pedos vaginales que puedan suscitar una reacción de vergüenza, y coméntalo tranquilamente igual que comentas lo bien que te lo estás pasando. Aquí los diminutivos cochinota, peditos, etc., están aconsejados.
  • Alaba cualquier detalle de su cuerpo. Es una persona y puedes herir sus sentimientos, además probablemente seas tú bastante más imperfecto que ella, so Adonis.
  • Trata con naturalidad un resto de suciedad tras una incursión por la puerta de atrás. Si te da asco a ti, se lo contagiarás a ella y no querrá repetir la experiencia por vergüenza.
  • Aplica un toque apropiado si notas que se escapa su mente.
  • Sacrifica tus caprichos sexuales si no son de su agrado hasta que esté preparada.
  • Igualmente evita rarezas, no es necesario torturar a nadie para disfrutar al máximo.



  • Encárgate tú de la limpieza posterior de las partes nobles, de abrir o cerrar las ventanas, de encender o apagar la luz o la música... para que sea ella la que se quede relajada tras la sesión.
  • Evita fastidiarle el sueño, si eres torpe y ella durilla, puedes conseguir que se desvele para nada significativo y consecuentemente que no descanse lo suficiente. Por la mañana te odiará y sin que te des cuenta empezará a irse a dormir dos horas antes que tú con el camisón de siete cerrojos y los rulos puestos.
  • Alégrale un momento difícil con un rápido dedito. Así paras su mente limpiando su memoria operativa; después verá las cosas con otra perspectiva más clara y positiva.
  • Evita ser insistente, si no tiene ganas no es su culpa, sino tuya.
  • Prepara la calefacción en invierno, caliéntale su sitio de la cama o enciende el aire acondicionado en verano, para que no pase frío ni calor excesivos.
  • Métete en la cama en bolas, no hay nada más molesto que tener que cortar la excitación para quitarse el pijama.
  • Mantén tu aliento lo más agradable posible, usa hilo dental para evitar el mal olor de restos de alimentos que se pudren entre los dientes. Cepíllate la lengua a conciencia y usa colutorio.
  • Por supuesto dúchate a diario prestando especial atención a tus partes y usa desodorante en las axilas.
  • Nunca repitas ropa interior ni camisa y asegúrate de echarlos cada día al cesto de la ropa sucia.
  • Gástate un poco de dinero en unos calzoncillos algo favorecedores.
  • Déjate de excusas, puedes quitarte algunos pelos horrorosos de la nariz y la cara sin que por ello seas menos machote.



¿Alguna cosa más que quitar? Las féminas tenéis la palabra.