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Sin piedad. El encadenamiento de orgasmos (y 2)

En este segundo capítulo del encadenamiento de orgasmos femeninos vamos a profundizar con varios ejemplos prácticos de como lograr anular sus periodos refractarios para que nada más terminar un orgasmo tenga ganas del siguiente. Y si en anteriores capítulos hemos utilizado la metáfora de las orquestas, en este daremos una alegría a los más jóvenes discotequeros con algo más movidito.


Dj Cienorgasmos ??


La técnica del scratching cienorgasmológico requiere un buen dominio de los ritmos, para que nuestra mujercita no sienta paradas bruscas −no realizadas ex profeso− que le hagan perder el compás y a nosotros el control de su mente. Para empezar a practicar deberías combinar ritmos lentos, intermedios, rápidos, suaves, rotundos, etc., de manera que quede un todo continuo como en esta discotequera pieza. Por ejemplo:


  • Utiliza un orgasmo suave −es más fácil empezar con este tipo−, uno de esos a los que le llevas con toques cariñosos y blanditos que tanto les gustan a veces, y cuando sientas que está terminando pon atención; justo cuando acabe (más o menos) aplica un toque de pelvis más intenso y rápido, para un instante frenando la retirada a la mitad, mira, y si ves que le ha cogido por sorpresa y gustado, sigue con otro igual de intenso y rápido, para un instante, mira, y si sientes que te sigue ya la tienes dispuesta para el encadenamiento del siguiente orgasmo.

  • También con un orgasmo suave y superficial, aprovecha que esté acabando para hacer una penetración muy profunda −una de esas con las que empujas hacia arriba todo su cuerpo cuando ya has hecho tope con su pubis− pero sin brusquedad. Para un instante, mira, si ves su cara de sorpresa (y no de desagrado), sigue con otro más o menos igual hasta que sientas que entra otra vez en barrena.


  • Puedes también hacer una travesura, siendo menos sutil, y probar a no tener piedad, como avanzamos en el capítulo anterior. Utiliza un orgasmo cualquiera, por ejemplo uno normal o intenso, y cuando acabe, sigue como si nada, atízale una sucesión de mandobles pélvicos ponga la cara que ponga; si te pide que pares, no lo hagas, sigue dándole hasta que le arranques el siguiente. Es muy importante que pongas intención de hacerle otro orgasmo −no la puñeta− y que conectes tu cola con tu cabeza en lugar de moverte mecánicamente, sintiendo cada empujón, con sonrisa de suficiencia y expresión de dominio de la situación. Quizá no te salga perfecto pero ya estás sembrando la semilla del encadenamiento.

  • Es muy útil probar con un toque diferente, por ejemplo, si ha tenido su orgasmo con toques pélvicos rectos, utiliza uno circular amplio restregando tu pubis contra el suyo, corta bruscamente y sigue por el otro lado. En cuanto sientas que te sigue, continúa con toques rectos o combina rectos con circulares.



Ahora unas advertencias importantes para tu tranquilidad:

- No intentes encadenar todos los orgasmos, a estas alturas ya sabes que para conseguir formar parte de la élite cienorgasmológica no debes ser mecánico sino director de orquesta, de modo que debes intentarlo sólo cuando percibas que vas a tener éxito, porque tu intención será más consistente que si lo haces por sistema, se la transmitirás mejor y tendrás mayores posibilidades de éxito.

- Si ves que no lo enlazas en unos diez segundos (diez empujones), no sigas intentándolo, tu capacidad de atrapar su mente −y la tuya− ha fallado en esta ocasión.

- No te va a salir siempre bien, tranquilo, a todos nos ocurre. Tampoco pasa nada, al fin y al cabo, a los quince segundos ya le has hecho otro nuevo aunque haya pasado por la fase refractaria.

- No por hacer el animal y dislocarle la cadera vas a conseguir recuperar un eslabón perdido, también aquí hay que advertir que en ocasiones esta estrategia funciona, pero en otras no, así que trata de no hacer el ridi empujando como un Miura o golpeando su pubis como un salvaje si no te sigue. Alguna vez puede funcionarte, pero si abusas infrustuosamente perderás tu aura de dominator y te ganarás la de zarpas.


Hala, ahora a practicar.




Sábado sabadete, kiki, siesta y diez minutos de orgasmete



Quizá el sábado es el momento ideal para hacerle a la reina de la casa un orgasmo de más de diez minutos, si te dejan los jodíos críos, claro. Si no, tendrás que esperar a que tengan quince años y se larguen con sus amiguetes al cine, o a las vacaciones para mandarles con los abuelos y poder practicar sin molestias varios días seguidos. Ésta última posibilidad es la ideal, porque si fallamos en el intento el primer día podemos volver a intentarlo el siguiente y así sucesivamente hasta que nos salga. Porque si sólo disponemos de un día y no sale, la posibilidad de que el virus del fracaso se nos grabe en el disco duro es bastante alta; así que estad atentos, y tranquilos, que no se hizo Zamora en una hora. Lo conseguís fijo.

Como ya vimos en la introducción a este tema, conviene aprovechar la siesta para aumentar las posibilidades de lograrlo. Empezaremos después de la comida haciéndole una buena tanda de orgasmos, en este caso utilizando especialmente cienorgásana. Digo especialmente porque si te has metido una suculenta paella regada con un par de jarras de tinto de verano helado en un chiringuito de la playa, tendrás la panza como el bueno de Sancho y corres el riesgo de provocarte una hernia de hiato −no es broma, os lo aseguro− si te tumbas sobre la parienta y empiezas a apretar la barriga. Como en cienorgásana el cuerpo está en posición vertical y no presionamos el abdomen, no corremos tanto riesgo de que parte del estómago se nos salga por el hiato esofágico del diafragma. Esta hernia afortunadamente suele tener fácil solución con una sesión de osteopatía −también os lo aseguro, aunque el centro que aparece en el vínculo no lo conozco y para los amigos lectores de otras partes del mundo mundial es como si nada− así que si bien no hay que alarmarse, más vale prevenir que tener la paella dando vueltas en el estómago hasta la hora de la cena y una acidez que os fastidie el plan.



PRIMERA ETAPA
Bueno, vamos al tajo: dale un repaso cienorgasmológico antes de la siesta, déjala exhausta, y tú resérvate si puedes para no perder ni un ápice de interés. El sueñecito a continuación es como estar en las nubes, abrazándola por detrás o despatarrados sobre las sábanas si hace mucho calor. Una maravilla, pero tú no vas a poder desconectar. ¿¿Qué quéee?? Si, hijo, sí; A quien algo quiere, algo le cuesta, y si quieres hacerle un gigaorgasmo de más de diez minutos tendrás que despertarte antes de que ella lo haga. Esto tiene múltiples compensaciones, de ellas hablaremos en otro post, así que merece la pena el sacrificio, aunque te resulte más duro que ponerte un cilicio, ya verás.
Como ya sabemos, cuando ella experimenta muchos orgasmos se queda como drogada, sin tensión arterial ni muscular, anestesiada. Y como lo hacemos después de la comida, la digestión va a contribuir a secuestrar sangre del resto del cuerpo y el cerebro. O sea, que la tenemos a punto de caramelo.

SEGUNDA ETAPA
Déjala dormir, quédate con ella un rato porque se dormirá más a gustito aún, tú relájate pero no desconectes totalmente −o si sabes usar tu despertador interno prográmalo para que te avise una media hora después (esto es facultativo)− porque toca volver al trabajo mientras ella duerme o está justo despertándose.
Este es un trabajo fino, en el que tienes que adaptarte lo más posible a ella, a sus ritmos y movimientos, así que pon todo tu amor y tacto en la obra, porque a estas alturas ella tiene desconectado el Sistema Nervioso Periférico (SNP) y si haces el zarpas frustrarás el plan reconectándolo otra vez. Si está tumbada de lado −la postura ideal para este menester− o boca abajo, actúa desde atrás; si boca arriba desde delante. Toca con cuidado, como si fueras a desactivar una bomba; si tocas cualquier parte del cuerpo ajena a su rajita estás haciendo que conecte su Sistema Nervioso Central (SNC) con esas sensaciones de esas partes del cuerpo, la sacarás del trance y a tomar por saco el experimento.
Toca suavemente su vulva, pero no el clítoris, sino más bien la entrada a la vagina, acariciándola con consistencia (suaveee) e intención, no vaya a pensar que tiene una mosca rondándole por ahí; recuerda que estará saliendo del plácido sueño y no sabrá muy bien qué está pasando. Ahora que todo su SNP duerme, su SNC sigue en stand by, por lo que estás activando únicamente la parte del SNP que inerva el área genital, con lo que su experiencia de la realidad se reduce únicamente a los inputs que le llegan por ahí. ¿Te imaginas lo que puede estar sintiendo? ¡Puff! Ella no está, ni tú, no están sus brazos, ni sus piernas, ni su cuerpo, relajada completamente, desconectada... Y ahí está únicamente su sexo enviando información placentera al cerebro. Alucinante ¿verdad?.
Sigue tocándole como tú sientes que tienes que hacerlo en cada instante, incluso metiendo uno dedo en su agujerito, para estimular la conexión chochete-cerebro; pero no aceleres ni seas brusco en ningún momento o le provocarás el típico orgasmo de pico con su consiguiente caída rápida. No te preocupes de si está teniendo o no orgasmos, recuerda a Bruce Lee. Simplemente sé agua por el cauce que ella te va mostrando.

TERCERA ETAPA
Es el momento de la penetration. Smooth penetration más bien. Trata por todos los medios de que la única parte de tu cuerpo que toque el suyo sea tu cola durante los primeros tres o cuatro minutos. Mójatela bien con saliva para asegurarte de que no haya ninguna tirantez desagradable producto del secado de los flujos del kiki pre-siesta. Penetra y muévete suavecito sin hacer tope con su pelvis. Recuerda: olvídate de su orgasmo y concéntrate en lo que ella te transmite en cada momento. Relájate tú también para aumentar tu sensibilidad a sus señales. Tarde o temprano entrará en un suave orgasmo que continuará durante su ensueño hasta que quieras.


Ah, recuerda que debes advertirle antes de la siesta lo que te propones, porque puede asustarse si siente que no puede moverse mientras el éxtasis le lleva a las puertas de la pérdida de consciencia. Si tras unos minutos de suave orgasmo sientes que está empezando a sentir ansiedad o miedo porque le es imposible bajarse de la nube voluntariamente, tú tranquilo, no pasa absolutamente nada; acelera, profundiza, hazle subir a un pico orgásmico intenso y déjala caer o, según percibas cuál de las dos será mejor estrategia, para. Háblale suavemente dándole confianza, acaricia su cuerpo y prepárate para alucinar con su relato de la experiencia. La primera vez es para recordar toda la vida.


¡¡Advertencia importante!! 

No empieces a practicar estas técnicas sexuales in antes leer este post. Podrías sufrir serios inconvenientes en tu vida sexual.

 



Capítulo 10 (y 3) - Ora(l) et Labora. El sexo oral estilo Bruce Lee



En esta bruceleeana tercera parte del capítulo ORA(L) ET LAVORA voy a tararear el fragmento inicial de un concierto oral que pueda serviros como modelo para mejorar vuestro ‘do’ de pecho y favorecer la consiguiente cosecha de aplausos entre vuestro público rendido a vuestro arte. Tened en cuenta que cada una de vuestras interpretaciones será diferente de las demás −y de las de los demás− aunque manteniendo patrones comunes con el resto de tenores y momentos.


Yo no te estoy enseñando nada,
sólo te ayudo a que te conozcas a ti mismo.


Aprovecho para recordar que en los conciertos orales, el dominio de las intensidades y silencios es más importante que en los conciertos pélvicos porque en éstos la penetración pone su granito de arena en aras del orgasmo. Entonces, en las fases de aprendizaje de el lavado de bajos cienorgasmológico es especialmente importante prestar atención a la técnica porque hay menos recursos... aparentemente...


Un combatiente debe alcanzar un buen nivel de capacidad técnica
antes de que pueda aplicar las tácticas con éxito.




...para dejar paso posteriormente a la interpretación libre, en la que simplemente fluyas por su cauce vulvar... acompasándote a las reacciones que cada toque maestro provoca e ella.



Vacía tu mente; se amorfo, moldeable, como el agua.
Si pones agua en una taza se convierte en la taza.
Si pones agua en una botella se convierte en la botella.

Si la pones en una tetera se convierte en la tetera.
El agua puede fluir... o puede golpear. 

Sé agua amigo mío.



Pero eso será más adelante. Ahora toca practicar la técnica rompiendo tus patrones ineficientes, tus esquemas mecánicos automatizados. Y para lograrlo ¡sorprende!, no sigas el esquema habitual boca-cuello-domingas-vientre-entrepierna. El objetivo no es hacerle orgasmos, porque cuando lo es, tu mente se pone en modo medio plazo y se olvida de prestar atención al corto. De hecho no hay objetivos distintos de estar presente en cada instante. Vacíate de ti mismo haciendo de su entrepierna lo único existente en ese momento.


Vacía tu copa para que pueda ser llenada;
quédate sin nada para ganar la totalidad.


Vamos allá, no sin antes recordar que no debes tocar su clítoris hasta que te lo reclame, y que todo este proceso que pongo como ejemplo tendrá una duración de menos de un minuto, el resto es cosa tuya:

- Colócate de forma diferente, como no acostumbras a hacerlo. Toca diferente. Sé consciente. Mete tu cara entre sus muslos y roza suavemente uno de ellos con la comisura de tus labios y tu mejilla en dirección a su entrepierna.
- Inspira mientras lo haces llenándote de su excitante aroma —ella lo notará (ya la tienes) y tú percibirás que lo nota— mientras describes un semicírculo con la cabeza de modo que tu nariz roce sutilmente sus labios mayores.
- Siente. Ya estás atrapando su mente.


Debemos sorprender a nuestro contrario
y aprovechar el momento de su desvalimiento.




- No hagas paradas bruscas que corten el movimiento de tu cara; en lugar de ello, desacelera gradualmente sin parar hasta el siguiente blanco. Pasa ahora tus labios por su vello púbico pero casi sin rozar su piel... mientras espiras acompasando la expulsión del aire por la nariz sobre su vulva con el movimiento de tu cabeza.

Ya no hay tú. Sólo hay ella. Tú eres un instrumento de su orgasmo, no el hacedor. No intentes doblar la cuchara; eso es imposible. En lugar de eso intenta comprender la realidad: Que no hay cuchara. Si lo haces verás que no es la cuchara la que se dobla, sino tú mismo.




La verdad es la relación con el contrario;
constantemente en movimiento, vivo, nunca estático.



- Sigue inspirando en dirección hacia abajo, rozando suavemente con tu nariz y hasta tus cejas una de sus ingles. No se te ocurra hacer lo mismo por el otro lado, olvídate de las simetrías y quédate con el percibir qué hacer en cada momento.



Si sigues los modelos clásicos, estas comprendiendo la rutina, la tradición, las sombras,
pero no estas comprendiéndote a ti mismo.



- Ahora que tus ojos han llegado a la altura de su vulva acaríciala con ellos moviendo la cabeza de un lado a otro. Primero uno, luego el otro pasando por la raíz de la nariz. Sólo una vez, o como máximo dos si cambias el ritmo de la segunda con respecto a la primera. Adapta la respiración al movimiento y verás como ella se adapta enteramente a ti.
- Roza ahora sutilmente la unión de sus dos labios mayores con la nariz desde la raíz a la punta. Para e inspira sonoramente. Cambia de posición tus manos sobre su cuerpo de modo que sienta el contacto consistente, firme pero suave, consciente. Ya tienes su oído, el ritmo, intensidad y tres áreas de su cuerpo acaparando su memoria de trabajo (RAM).



Mezcla y varía tus paradas
de forma que el contrario no pueda fijar un plan de ataque
.




- Toma ahora entre tus labios uno de sus labios mayores como si estuvieses chupando un cono de cremoso helado, pero no lo humedezcas con tu saliva. Dale un par de chupadas.
- Vuelve a restregar −acariciando− tu cara y nariz por su vulva y sus ingles en un movimiento circular acompasando tu respiración. A tu aire.
- Para. Míralo. Tiene un aspecto delicioso y su aroma es simplemente sublime. Sonríe aunque ella no te vea, porque lo siente.
- Toma ahora ambos labios mayores y repite la chupada. ¡Mmmmm! Disfruta.




El entrenamiento no trata con un objeto,
sino con el espíritu humano y con las sensaciones humanas.



Bueno, basta de ñoñerías, ¿no? Cambia de registro.

- Toma uno de sus labios mayores por la parte inferior y dale un buen chupetón estirándolo con cuidado mientras te desplazas hacia su parte media. Suelta. Levanta la cabeza. Mira. Sonríe, pon cara de pillo o de malo. Sopla largamente mientras acercas tu cara otra vez y cuando llegues...
- Encadena tres chupetones con lengua en tres partes diferentes de sus labios mayores e incluso aplica uno de ellos a sus labios menores.
- Saca la lengua y pásala suavemente por la parte interna de uno de sus labios mayores moviendo tu cabeza hasta que la lengua aterrice en la entrada de su vagina.
- Haz un círculo o semicírculo y sube hacia su clítoris, rózalo suavemente y vuelve a bajar hasta la entrada de la vagina.
- Repite una única vez el movimiento anterior un poco más rápido y empieza a acelerar, ya es tiempo de hacerle el primer orgasmo. A estas alturas ya debes haber sentido dónde y cómo atacar, si le apetece un orgasmo global, focalizado en su clítoris, en la vagina, en un labio mayor, menor... más intenso, menos... porque has notado su respuesta a cada uno de tus toques. Eres como Miguel Ángel quitando la piedra que sobraba para dejar ver la figura que había dentro; quita lo que estorba el advenimiento de su orgasmo.



Coordina toda la potencia para atacar su punto débil.



- Llévala al éxtasis convirtiéndoos en uno, vaciando tu mente y abriéndola a sus sensaciones, tu entusiasmo al percibir su acercamiento al orgasmo os enganchará en un círculo virtuoso de retroalimentación hasta que finalmente sobrevenga.







¿Ya sabes Kung-Fu, Neo? Espero que lo hayáis disfrutado. Si tienes alguna duda, aquí estamos para ayudarte. Pero recuerda que yo sólo puedo mostrarte la puerta, eres tú quien debe cruzarla.







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Capítulo 10 (y 2) - Ora(l) et Labora: Los Toques Orales en el sexo femenino


En esta segunda entrega del Sexo Oral Cienorgasmológico vamos a hacer una recopilación de los toques orales más eficientes de cara a proporcional la máxima satisfacción a la mujer. Empezaré por volver a recordar que hay que olvidarse de la lengua no porque no deba usarse, sino porque abusar de ella limita la aplicación de otros toques más eficientes. Recuerda también que en todos los toques orales hay que poner intención en lugar de hacerlos mecánicamente: o lo haces con firme consistencia mental del propósito que buscas o le harás cosquillas, le dará la risa y a ti se te bajará la moral y la pilila. También hay otros asuntos que tener en cuenta de capítulos anteriores y que conviene repasar: aquí y aquí.

Una advertencia esencial: ten en cuenta que normalmente a las mujeres les molesta que les toquen el clítoris directamente cuando aún no están muy excitadas. Esto no es una regla general, pues depende de que ya hayas o no conseguido atrapar su mente a voluntad y de que seas o no capaz de aplicar una firme intención en lo que vas a hacer; es decir, que si lo tocas prematuramente por torpeza, la cagaste Burt Lancaster, como dicen los Hombres G (lo siento, no he encontrado el vídeo de la canción); pero si lo haces con la intención concreta de atrapar su mente y con la técnica adecuada, conseguirás rendirla a tu dirección artística.

Que ella escuche tus ronroneos o el sonido húmedo de tu lengua por sus abajos contribuirá a atrapar su mente más eficazmente porque estás produciendo la activación de dos áreas: sensitiva y auditiva. Tampoco hace falta que te pongas a dar un concierto ¿eh? Todo en su justa medida.
Puede ser recomendable empezar por las ingles, incluso por los muslos antes de llegar a ellas para ir cogiendo temperatura, pero cuando consigas dominar la técnica podrás empezar por donde consideres en cada ocasión, en función del momento, la excitación, etc., incluso directamente sobre el clítoris y con una presión fuerte.


TOQUES EN LA VULVA: Se aplican a toda el área genital femenina, fundamentalmente a la parte más externa: los labios mayores.

- El hipopótamo: Se trata de abarcar toda la vulva con la boca. Es un buen toque para empezar porque evitas tocar el clítoris directamente, pero sirve para cualquier momento. Mueve sus gitanales con tu boca como si estuvieses amasando o comiéndote una gran bola de helado blandito, cambia de posiciones.
- El tiburón: Es como el hipopótamo, pero con dientes ;-) No sé si a todas las mujeres les gusta, pero a algunas sí. Que muerdas (¿Te advierto que con control o ya lo has supuesto, Einstein?) cambiando de lugar, transversalmente, longitudinalmente; también en la zona base del clítoris (cogiendo mucho cacho carne, no se te ocurra morderle la pepitilla o te atizará un guantazo) incluso la zona donde se asienta el vello púbico. Puede gustarle mucho, sobre todo si los ánimos anticipan un kiki “fuerte”, de los de macho posesivo y mujer poseída.
- La brisa: Consiste en soplar suavemente. Es una técnica muy útil para los intermedios entre toque y toque o para kikis sensibles (de esos que algunas se empeñan en asimilar al amor). Especialmente útil para refrigerar sin enfriar o para incrementar su sensibilidad. Vale para los labios menores y vagina.
- Pepe Pótamo: Consiste en aplicar hiposoplidos huracanados, fríos (poniendo la boca como para silbar) o cálidos (con la boca abierta, como echándole el aliento). Muy útiles para calentar, para incrementar su sensibilidad a los contrastes y para enfriar, especialmente en verano, cuando tiene la almeja a la marinera de tanto metesaca, o cuando de repente un día pillas el truco a la Cienorgasmología y le metes 100 goles sin casi sacarla mientras ella no da crédito a lo que está pasando. En casos extremos un poco de agua fresca, una lata fría de cocacola (ponerle la lata, no echarle encima la cocacola, animal) o un abanico tampoco vienen mal ;-) Vale también para los labios menores y vagina.
- El ñoño: Consiste en dar suaves besos por toda la zona. Pon intención, o pensará que eres un adolescente primerizo y blandengue agradecido por sus favores y que tu libro favorito es El Principito. Es decir, proyecta “energía mental” activamente, no la absorbas a lo vampiro.
- El zalamero: Aplicar la lengua como si estuvieras dando lenguetadas a una gran piruleta, por donde percibas que tienes que hacerlo.
- El mamón: Lo conseguiremos atrapando con tus labios cualquier parte de o toda la vulva y succionando como si mamáramos. Igual que en el caso del ñoño, ten en cuenta que como se te ocurra volver a la infancia te perderá el respeto para siempre ;-)
- La pedorreta: No te rías, no, jejeje, que va en serio. Se trata de hacerle pedorretas con la boca rozando levemente su piel para hacerle unas agradables cosquillas. Es muy importante mirarla con seguridad al hacerlo (si la postura te lo permite), o creerá que estás haciendo el ganso y se te escapará su mente, incluso puedes levantar la cabeza para ver si su respuesta es la que buscas o la has pifiado. También pueden hacerse más bestias si la ocasión lo permite, por ejemplo si hay risas y tal y cual.
- El jeta: frota toda tu cara contra toda la zona, nariz incluida. Ten cuidado si tienes la barba de tres días dura como un cepillo de alambre o le harás un doloroso peeling que le dejará el territorio escocido un par de días.


TOQUES EN LA VAGINA (Puedes separarle o no los labios mayores)

- El oso hormiguero: Consiste en introducir la lengua en la vagina como hace el plantígrado, pero en lugar de buscar hormigas, tú busca el fondo. No vas a conseguir nada por tener la lengua más larga, lo que está sintiendo la mujer es todo tu morro apretándole la vagina y la vulva, así que mueve la lengua con intención, pero mueve los hocicos también como un cerdo hozando en busca de una trufa.
- El alfarero: Ve metiendo progresivamente la lengua en su agujerito haciendo círculos como si fueses un alfarero haciendo la boca de un vaso de arcilla, o como si fuese tragada por un remolino, desde afuera hacia adentro. La velocidad e intensidad dependen del momento que quieras crear. Puedes ir de fuera adentro y de dentro afuera, pero como siempre, no maquinalmente.
- El puñetero: Pásale largamente la lengua por un lado de la entrada a la vagina, ella pensará que el siguiente lenguetazo irá al mismo sitio, así que haz una pausa y cambia de lado.


TOQUES EN EL CLÍTORIS

- El golosón: aplica toda la lengua, no la punta, a los lados del clítoris, a un lado y al otro, a la raíz y a la parte opuesta. No siempre del mismo lado, no repitas mecánicamente.
- El pornstar o clásico: Ya lo sabes, sacas la lengua y le das caña por donde quieras hacerlo.
- El finolis: Si eres de los exquisitos que sólo quieren lo mejor, descubre el clítoris apartando su prepucio con dos dedos y pásale la lengua suavemente. Si no está muy excitada, a ella le dará un calambre y ella a ti otro guantazo. También puedes aplicar aquí La Brisa.
- El pez grande o pezón: Trátalo como si fuese un pezón, chúpalo como si estuvieses mamando de la teta. Le puedes hacer un orgasmazo increíble sólo con ésta técnica, pero que no sea el primero.
- El desdentao: Muérdelo suavemente protegiendo tus dientes con los labios.

La mayoría de estos toques se pueden combinar con toques digitales libres particularmente introduciendo uno o dos dedos en su vagina para estimular el punto G (no tiene nada que ver con los Hombres G, ¿eh?), que no es otra cosa que parte de la rama que inerva la sínfisis del pubis procedente del mismo nervio (nervio pudendo) que inerva el clítoris (nervio clitorídeo) en la pared anterior de la vagina (¡Tanto misterio y tanta leche, hombre!).

Con este exhaustivo pero no absoluto repertorio podrás hacer maravillas; combina los toques como te parezca que debes hacerlo en cada momento, las intensidades, las pausas, los ritmos... Y en el próximo capítulo veremos ejemplos concretos de conciertos orales.




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Eso llamado el enamoramiento. Crónica de una humanidad prehistórica


Siento decepcionar a más de uno con este artículo; ya sé que soy algo aguafiestas, pero… ¿y si no lo dijera? ¿Y si siguiéramos basando nuestras relaciones en la química, en los flechazos y demás fantasías románticas que nos lleven casi con total seguridad de fracaso en fracaso hasta que se nos pasa el arroz? ¿Y si no terminamos por entender lo que es el arte de amar y pasamos por la vida sin experimentarlo? Si ya sabes que los Reyes Magos son los padres, va siendo hora de que te caigas también del guindo del enamoramiento.

Mientras la neurociencia sigue avanzando a buen ritmo e imparable, se mantiene vigente gracias al eco de medios de comunicación −revistas de psicología y autoayuda, magazines para adolescentes cronológicos y otros ya maduritos, medios de comunicación y quizá el peor enemigo: la descerebrante música moderna− este tópico fantasioso, pueril e idealista que además de confundir las mentes de los incautos, termina por convertir personas en meros objetos, las nuevas playstations de carne y hueso para entretener aburridos humanos poco evolucionados. ¿Quién dijo que los robots eran las únicas máquinas con inteligencias incipientes? Luego pasa lo que pasa.

El enamoramiento es un proceso perfectamente descriptible y que tiene tanto de similar con el amor como el tocino con la velocidad. No es broma, está claro que el tocino puede servir para engrasar los ejes de un carromato para que ruede más rápido. Igualmente el enamoramiento puede dar paso al amor, pero a palo seco tanto el tocino como el enamoramiento no sirven más que para llenar de residuos tóxicos las arterias en el primer caso y la mente en el segundo, convirtiéndonos éste en animales que se mueven según el viento que sople en lugar de decidir activa y reflexivamente a dónde uno se dirige.

Pero pasemos de la introducción a la descripción del proceso concreto del enamoramiento. Porque lo primero que hay que tener en cuenta es que no es algo etéreo, y mágico, procedente del arco de Cupido, sino un simple y hasta cutre proceso que sucede en los seres humanos como ocurre el proceso de alimentarse y es igual en las personas que en las vacas, los pájaros, los cerdos... ¿Maravilloso? Pues como que no.



El enamoramiento: EL PROCESO


1ª Fase: LA MOTIVACIÓN.

¿Cuáles son los motivos que nos impulsan a enamorarnos? Dejando aparte otras consideraciones como las similitudes anatómicas con los respectivos progenitores, en el estilo del vestuario, complementos, peinado, etc.; el individuo enamorable experimenta (sí, sí, no te engañes) alguna vivencia de carencia, como la soledad, el deseo de cambio en el caso de estar ya emparejado, el desvalimiento, las necesidades reproductivas, la inseguridad (oculta o no bajo un disfraz de seguridad u otros) y tiene en superar esas carencias los motivos para desplegar la segunda fase:


2ª Fase: LA APERTURA.

El individuo emisor muestra una apertura mediante su comunicación gestual y corporal: la mirada a los ojos, fugaz repaso visual a la anatomía del otro, contoneos, postura erguida, expresión de sumisión, victimismo...

Si el otro no muestra apertura ante nuestros mensajes no verbales, el proceso de enamoramiento se frustra limpiamente.

Si el receptor no encaja con el mensaje del emisor, las posibilidades de continuar el proceso también disminuyen.

Si el emisor encaja con el mensaje: algunos buscan inseguridad en el mensaje del otro, pero otros buscan seguridad, si el otro es la pieza del puzzle que se necesita, la pareja pasa a la siguiente fase:


3ª Fase: EL FANTASEO.

Ambos individuos fantasean brevemente acerca del otro, mientras tanto se disparan las secreciones de neurotransmisores relacionados con la sexualidad que predisponen a continuar el ritual. En la mayoría de los casos el fantaseo tiene una relación directa con el apareamiento, sea o no consciente o aceptado: miradas a las partes-diana (culos, tetas, entrepiernas…) u otras señales externas.


4ª Fase: LA CONFIRMACIÓN DE LA APERTURA.

Es quizá la fase más crítica, la verdadera piedra de toque de la continuidad de la protorelación. Suele presentarse también de forma no explícita: sostenimiento de la mirada a los ojos, gestos de invitación, acercamiento en el caso de los más osados, inicio de la conversación… 

En ocasiones esta fase se difiere si hay garantías de volver a ver a esa persona, a la espera de una nueva confirmación que nos evite el mal trago de un fracaso (¿Para qué si no están las discotecas, los bares de copas, las fiestas… verdaderas actualizaciones de las antiguas fiestas populares rurales agitadoras de la estabilidad y productoras de Caos?). 

En caso de que no existan esas garantías, el fantaseo termina diluyéndose con el paso de los días, aunque pueden quedar restos que se reactiven si accidentalmente uno vuelve a tropezarse con la otra persona.

Fijaos que hasta este momento −normalmente− cada uno no conoce del otro más que su aspecto exterior en un nivel consciente y de sus necesidades y apertura en un nivel inconsciente. De esta cuarta fase se pasa a la culminación del proceso:





5ª Fase: EL INICIO DE LA RELACIÓN.

Pensaréis a primera vista que aquí se mantienen muchas posibilidades de frustrar la relación, pero en realidad no es así. Aquí es donde la mayoría discreparéis conmigo, porque... ¿Y si descubro que el otro no es como yo imaginaba?

Es difícil que se frustre, porque ya he percibido de forma no verbal que el otro y sus necesidades encajan conmigo y con las mías.

Más difícil aún, porque como advierte Fromm en El arte de amar, es el momento de vestir el escaparate que mostramos al exterior con las mejores galas. Aquí mentimos como bellacos, no somos nosotros mismos, disimulamos, pasamos por alto cosas que en ningún caso aceptaríamos, nos adaptamos… todo con tal de continuar la relación.

Otro elemento añadido: la feniletilamina, esa dichosa hormona (la química) que nos sube a las nubes y nos mantiene allí durante dos años haciéndonos verlo todo de color de rosa y pasar al otro por el mismo tamiz.

La espera de la relación sexual: la expectativa cierta de lograr la consumación sexual hace que pasemos por alto desplantes, tensiones, desacuerdos, futuros poco alentadores…

La relación sexual consumada. La hiperdisponibilidad sexual de los comienzos establece un vínculo potentérrimo, en parte porque proporciona satisfacción a través de la secreción de hormonas que producen placer y relajación, en parte porque más vale lo malo conocido que volverse al mercado de las relaciones y experimentar de nuevo el vacío que el otro parecía que iba a llenar.

Ya lo veis, nada de mágico, ni romántico ni ideal, sino todo lo contrario. El enamoramiento es uno de los procesos más simplones de la existencia humana y sin embargo atrapa a la mayoría en una sucesión de enamoramientos-desenamoramientos inacabable, ávidos del siguiente tiro que nos lleve al éxtasis temporalmente, y más propio de personas sin más principios que el logro de su propia satisfacción que abundan en los tiempos que corren, que de la supuesta cumbre de la evolución animal: el ser humano. Gana poder aceptando la realidad.


Ahora, sed sinceros. ¿Cómo ha sido vuestro (último) proceso de enamoramiento? ¿Habéis sido capaces de pasar del enamoramiento al amor? ¿O pasáis de un enamoramiento a otro buscando la quimera de la “media naranja”? Yo entono el mea culpa para que nadie se sienta disminuido, que lo mío es la maestría en la Cienorgasmología, pero en esto del enamoramiento… soy (o era) un gilipollas más.

















Antes te hablaba de los Reyes Magos, ahora te pregunto ¿Te habías creído que lo del corazoncito y la flecha son realmente eso? Hace unos días hablábamos del Tantra ¿Te habías creído que ese símbolo es un tres con unos garabatos por la derecha?

¿Ya lo has pillado?