El orgasmo sísmico

En una reciente sesión cienorgasmológica, una de mis partners y yo descubrimos una nueva variante orgásmica femenina. Una variante, que no un tipo de orgasmo, para añadir a la lista que elaboramos en este post anterior, y al que pusimos por nombre "orgasmo terremoto" u "orgasmo sísmico", cuando nos pusimos a recapitular sus características, en un momento de descanso.

La sesión comenzó de forma magistral, con un orgasmo brutal producido simplemente por manipulación oral de uno de sus pezones ―así, de entrada―, que comenzó en menos de un minuto después de iniciado el trabajito. Todavía estábamos en pie, ya sin ropa, pero yo estaba lo suficientemente atento para darme cuenta de que aquella cienorgasmology session iba a ser gloriosa. Y ambos muy, muy excitados, deseosos de encontrarnos después de quince días sin vernos, lo cual, por supuesto, ayudó en cierta medida a que se resolviera tan rápida y fácilmente, aunque no de forma decisiva. En otras ocasiones me ha costado algo más, para ser sincero, pero nunca más de cinco minutos; me aburre mortalmente dedicar más tiempo a generar un orgasmo del tipo que sea.

El caso es que el abrumador éxito inicial me llenó de seguridad y confianza, las suficientes para permitirme centrarme sin miedos bloqueantes ―es importante que vayas quitándotelos a medida que entrenas― en la que ha sido una de las mejores sesiones de nuestra corta historia, con una gran variedad de orgasmos manipulados a mi voluntad, alguno dejado al azar... y la mayoría brutales, algunos de ellos de esos en los que te pide por tus muertos que pares, incapaz de seguir soportando tanto placer. Y entre ellos, el que nos ocupa hoy: el orgasmo sísmico.

 

El orgasmo sísmico es una variante cuantitativa del orgasmo vibrante, que surge normalmente por causualidad. Éste término, causualidad, designa una realidad que es en parte una casualidad porque surge de una súbita inspiración, un insight que acontece sin prepararlo; en un momento en el que uno, el cienorgasmólogo, se da cuenta de que le apetece probarlo y que es posible lograrlo o viceversa.  Y por otra parte es una causalidad, uno se convierte en su causa, en el hipocentro del seísmo que sacude a la mujer hasta llevarla al paroxismo. Pero si uno no ha hecho en su vida más que orgasmos al azar, mecánicamente, de los típicos logrados a base de frotar y frotar, raca-raca-raca, es casi imposible que pueda desarrollar la idea de generarlo así, voluntariamente, siendo la causa consciente del placentero fenómeno. Pero cuando uno lo experimenta... se da cuenta de que el placentero esfuerzo de entrenar ha merecido la pena.

Como decía, el orgasmo sísmico es un orgasmo vibrante con un poco más de amplitud de movimiento pélvico, pero sigue siendo un orgasmo monocorde, sin variaciones de ritmo. Es como si a uno le diera un tembleque incontenible, pero generado conscientemente. Y como orgasmo monocorde que es, es esencial, absolutamente esencial, que el varón se encuentre en un momento de alta seguridad y confianza en su habilidad, lo cual impedirá que la mujer pueda desarrollar la más mínima duda sobre el resultado.

Pero si el varón vacila por un momento, ella percibirá su inseguridad y el orgasmo se irá al garete arrastrado por el miedo al fracaso. Ésto no es un inconveniente para un cienorgasmólogo, por supuesto, porque si sucede, en un minuto o menos puede generar a su compañera un orgasmo diferente; pero la frustración del intento puede generar un condicionamiento de evitación de volver a intentarlo en el futuro, y no creo que a muchas mujeres les resultase agradable perderse una experiencia semejante, sabiendo que existe, así que mejor no probarlo hasta que uno esté suficientemente entrenado. Según las palabras de mi partner, ha sido uno de los orgasmos más bestiales que ha disfrutado, porque se sentía sacudida por las ondas de placer, atrapada sin poder escapar de la frecuencia vibratoria, desesperada como el público en una Dj Session enganchado en el ritmo repetitivo de un scratching que parece inacabable... previo al estallido liberador que desata la locura.

Si eres capaz de forzar ese frenético enganche orgásmico un par de minutos, haciéndola sufrir de gozo, y al final, cuando tú lo decides porque percibes que está a punto de un infarto y ella no lo espera, encadenas algo más movido y potente para culminar el orgasmo sísmico, puedo asegurarte que será una de las experiencias cumbre de vuestra vida sexual. Te sentirás demoledor como un seísmo. Y ella... que te lo cuente después.

Así que si te apetece probarlo, espera al momento ideal, un día en el que estés especialmente seguro de ti mismo y de tu habilidad, espera a hacer media docena de orgasmos variados antes para confirmar que estás en buena forma, y haz disfrutar a tu chica de una vivencia sin igual.

 

 

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4 comentarios:

  1. Jajajajajajajajajajj!aaaaaaaa

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  2. jajajajjajajjjjaa... si Yo te contara...

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  3. Muy buenoooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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