Es importante, de acuerdo, pero de ahí a que para un gran porcentaje de jóvenes —sí, mujeres también— de hoy la satisfacción sexual sea el principal requisito a la hora de continuar con un nuevo rollete, se supone que con el fantasioso objetivo de casarse y tener hijos escondido en algún rincón del cerebro, hay un océano.
En esta estúpida Era Emocional en que vivimos lo queremos todo para ayer, se nos ha atrofiado la paciencia a base de recibir inmediatamente todos los caprichos materiales o psicológicos que se nos han antojado, en la mayor parte de los casos sin merecerlos, simplemente porque yo lo valgo.
¿Acaso corríamos y conducíamos coches cuando teníamos 6 meses de edad? ¿Nos habíamos graduado en una universidad con tres años? Visto desde la inmensa variedad de habilidades que poseemos en la actualidad, puede parecer que hace un siglo, pero la mayoría nos graduamos con poco más de veinte años, y se supone que un matrimonio dura toda la vida, o eso soñamos durante la enajenación mental transitoria de los primeros años (o meses, que los hay aún más primarios).
Es una cuestión importante sobre todo en el caso de la mujer, pues mientras para el varón vale casi todo sobre todo si es joven o simplemente un lujurioso, el placer femenino correlaciona con su entrega al macho, y para que una mujer se entregue deben darse varias circunstancias:
- Que sea una golfa recalcitrante, una ligera de cascos, y se abra de patas con el primero que le pone ojitos, sobre todo si está bajo los efectos del alcohol o las drogas.
- Que se enajene (enamore dirán los desinformados) de un tipo que le atrae irresistiblemente, al que no conoce en absoluto, y se la lleve al catre rápidamente. Porque tomarse tiempo para conocerse antes de mostrar y dejarse manipular las intimidades no encaja con el signo de los compulsivos tiempos en que vivimos. Hace poco me decía un joven familiar: —El sexo es una actividad más (esto ya lo había dicho yo de chaval, era muy listo también). A lo que yo respondí: —Claro, porque cuando vas a comprar el pan la panadera te enseña el ojete.
- Que sepa quién es su novio y futuro marido, y cuáles son sus intenciones, para confiar en que no es un picaflores que se vende muy bien y que se va a aprovechar de su enajenación para llevársela al huerto.
Una relación matrimonial tiene que estar bien fundamentada para no garantizarse el fracaso y con él el drama de la separación para los hijos. Bien fundamentada en los objetivos comunes, el primero de los cuales es el compromiso de amarse.
No de ser amados, porque no se obtiene satisfacción plena siendo amados, sino amando, porque si cada uno busca la satisfacción de ser amados, cuando uno no es amado, deja de tener interés en amar al otro, y el noviazgo o el matrimonio se van por el sumidero. (Pongo el verbo amar en cursiva porque, como es obvio, el 99% de la población mundial no tiene ni la más remota idea de qué es amar. Para salir de dudas o para desarrollar la habilidad de amar real consulta la sección El Arte de Amar en la columna de la derecha en tu ordenador)
Es comprensible, y en eso coincidiremos casi todos, que la satisfacción sexual sea importante, pero igual que aprendimos nuestras principales habilidades después de un largo tiempo de práctica y con un buen método, podemos desarrollar la de proporcionar más placer a nuestra mujer con el método cienorgasmológico, con la ventaja de que, al ser la Cienorgasmología un arte, siempre se puede mejorar.
La principal ventaja de practicar la Cienorgasmología es que, al contrario de lo que ocurre con otras actividades, siempre es placentero, más o menos, pero siempre placentero, y cada día un poco más.
La combinación de saber quién es cada uno, qué valores ha demostrado poseer y aplicar en su vida —no de cuáles presume, porque de esos es muy probable que se carezca— y qué objetivos tiene cada uno, antes de liarse a fornicar, y por supuesto saber qué es y comprometerse a amarse realmente, además de sumar a la ecuación la práctica de la Cienorgasmología aseguran una gozosa relación durante toda la vida y el disfrute al máximo de la sexualidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Opina o haz tu consulta: