Escuela de Padres. Primera Regla: El Refuerzo Positivo 2.0 (Aplicación práctica)
Salvo circunstancias como la incomodidad, molestias y dolores, hambre, sueño, soledad o miedo a algo real o a alguna pesadilla, los niños no lloran. ¿Por que iban a llorar sin un motivo para hacerlo? Mientras comen no lloran, mientras ríen tampoco. ¿Tú te quejas cuando lo estás pasando bien? Pues eso. Empecemos sintonizando el cerebro con la lógica simple.
Recuerdo de muy pequeño, unos tres o cuatro años, mirar fascinado los escaparates de El Corte Inglés del pueblo en el que nací (era un pueblo importante en los 60) en Navidad. Recuerdo especialmente quedarme pegado al cristal mirando un precioso cochecito de esos de pedales, con una reluciente pintura y brillantes cromados por todas partes. Por supuesto que se lo pedí a mis padres, pero para mi tristeza me advirtieron de que no tenían tanto dinero como para comprármelo. No recuerdo si lloré, o si pataleé o si simplemente me entristecí, pero sí recuerdo que aquellos argumentos me convencieron. ¿Por qué iban a negármelo si me daban todo lo que necesitaba y yo sabía que se esforzaban en hacerlo?
¿Tengo algún trauma? Ese tipo de desvaríos psicoanalíticos hay que ir tirándolos al cubo de la basura de la historia de la locura humana. Lo que sí tengo es un especial interés en poder comprar a los míos todo lo que quieren especialmente, no los caprichos y mucho menos mediante chantajes, y por eso llevo toda la vida afanándome por ir ascendiendo económicamente. Así que no seamos ñoños, tampoco es un drama no haber tenido alguno de tus juguetes soñados (hablaremos de los regalos en otra entrada). Se supera, de verdad, salvo que tu bobez tenga además de esa el resto de las causas del catálogo.
El motivo
Si el motivo del llanto es lógico, como hemos señalado en el primer párrafo, cualquier padre digno de tal nombre atenderá a su hijo en su necesidad, intentando mitigar su desagrado, y aguantando todo lo que tenga que aguantar teniendo en cuenta que el llanto del bebé es uno de los sonidos más desquiciantes que existen, y que a esa cacofonía estridente se le suma el miedo a que le esté ocurriendo algo malo, así que si no estás dispuesto a soportarlo, porque te va a tocar con toda seguridad, no tengas hijos. No obstante hay trucos sorprendentes como el ruido blanco, el om (sin que se te vaya la olla, es una vibración como otra cualquiera, no algo sagrado ni nada por el estilo) o el ea, ea, ea... de toda la vida mientras le meces o acunas, o sus versiones tecnológicas. Pruébalo, y si para de llorar es que no le duele nada.
Antes de decidiros a ser padres, si tenéis dudas, os recomiendo una sesión de 15 minutos dos o tres veces por semana escuchando a volumen natural el llanto de un bebé (busca en Internet, hay muchos)
Pero ¿qué otros motivos mueven a un niño a llorar? El más habitual, cuando ya no son tan pequeños es salirse con la suya, tomar el poder, imponer sus caprichos.
¿Y cómo distinguir si está llorando porque tiene alguna molestia o quiere salirse con la suya? Si has pasado el suficiente tiempo con tu hijo ya has notado las diferencias, porque es algo bien notorio, aunque difícil de explicar con palabras, igual que explicar la pieza musical Romance Anónimo, por ejemplo, una de mis favoritas, o el trino de un jilguero.
Ante la duda, siempre opta por la protección a tu hijo, pero si se repite el llanto en circunstancias similares y notas que grita lo más fuerte que puede para molestar, tienes un problema que has ido generando por tu torpeza: hasta que aprenda a hablar, te va a estar reventando los tímpanos a ti y a tus vecinos cada vez que le apetezca.
Reentrenar a tu hijo
La forma de entrenar a tu hijo para que no llore sin motivo justificado es siempre la ausencia total de respuesta, porque responder, sea de la manera que sea (ya has visto que basta el ruido del secador de pelo para calmarle), es siempre reforzar positivamente su estrategia. Y la forma de reentrenarlo, exactamente la misma, aunque no te va a dar resultado tan rápido como si lo hubieras hecho bien desde que nació.
Pero cuidado, porque ausencia total de respuesta significa ausencia-total-de-respuesta.
Me explico: Si dejas que tu hijo llore como si le estuviera comiendo las tripas un alien porque pretende forzarte a que hagas lo que quiere, y después de aguantar estoicamente un buen rato su pataleta se calla y vas y le concedes lo que quería, orgulloso porque en tu ignorancia crees que no has claudicado a su estrategia de llanto, acabas de demostrarte que ciertamente eres tan ignorante como se suponía. No te has dado cuenta de que has claudicado a su estrategia de llanto.
Ausencia-total-de-respuesta significa hacer como si no pasara nada, seguir haciendo tu vida tan ricamente, sin inmutarte, ni hacer ningún gesto, ni de frustración ni de indiferencia: como si no estuviera pasando nada, como si no estuviera berreando. Habla con el mismo tono, sigue haciendo lo que estabas haciendo... y cuando termine de llorar, nunca, bajo ninguna circunstancia, concederle el capricho. Si tu negativa es lógica (y por lo tanto no eres el típico idiota irrecuperable adicto a la playstation, sino que tienes arreglo), no tienes ningún problema, no vas a ceder a su capricho.
Pero me apuesto lo que quieras a que aún no lo has entendido. Vamos a hacer una prueba. ¿Crees que después de que pare la pataleta conviene que vea que te alegras de que se haya tranquilizado? ¿Crees que estaría bien reforzar positivamente que se haya callado con unos mimos y unas carantoñas? ¿Crees que estaría bien que le hicieras una fiesta porque se ha callado? ¿O unas explicaciones si ya es mayorcito? Pues si crees que sí, ciertamente no lo habías entendido, melón o melona. Ausencia-total-de-respuesta es hacer como si no hubiera ocurrido, ni para bien ni para mal, ha sido un aparte en el transcurso de la vida.
Si lo haces, como yo lo hice en su momento, te encontrarás que tu hijo no volverá a llorar injustificadamente nunca, será un adulto alegre, mentalmente sano, equilibrado, no un vampiro de los demás, un manipulador, un chantajista emocional, sino un amador de sus prójimos, incluyéndote a ti cuando lo necesites.
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