Es obvio que, igual que ocurrió con el SIDA (VIH) y otras epidemias de las hoy llamadas ETS (enfermedades de transmisión sexual), vulgarmente venéreas, como la sífilis, la gonorrea, las ladillas, el virus del papiloma humano, el coronavirus Sars-Cov-2 va a hacer que muchas cosas cambien en lo sexual copulativo y sus sucedáneos. Pero no tantas ni durante tanto tiempo, porque todo volverá a la normalidad normal, no a ese engendro fantástico que llaman nueva normalidad con el que se pretende que nos sometamos a una tiranía so pretexto de nuestra seguridad: así tendrás que vivir si no quieres morir contaminado o ser encarcelado para evitar contagiar a los demás.
Dejando aparte estas cuestiones, si han leído de corrido el título de esta entrada, que está copiado literalmente del original, quizá no se hayan percatado de la barbaridad que implica, digna del nivel intelectual de su autora, a la sazón, pásmense, presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología. Vale que esto no es mucho más que ser presidente de la asociación de vecinos de su edificio, pero sus opiniones de usted, cuando le toque serlo, no saldrán en el ABC tal que ex cathedra.
Sexo Vs. Vínculo emocional
No es una novedad que estos que tienen todo el día el palabro emocional en la boca no son más que pobres pedantes que no saben de qué hablan pero cuando lo hacen, de esos que se deleitan escuchándose, de los que gustan de distinguirse con palabros que con un poco de suerte generen en el escuchante la interpretación que está ante alguien que sabe mucho o que es de los buenos. Porque como sus mamás ya no les dicen que son lo más bonito y listo de este mundo y hay una enorme competencia entre los miles de millones de botarates ansiosos de que se note que era en su mamá y no en otra en quien recaía el acierto diagnóstico, cada vez que pueden se lo recuerdan: ¡Yo, yo, era yo la que su mamá tenía razón!
Pero si a alguien le cabe duda —porque es uno de los botarates, lamento señalárselo porque preferiría que fuera de los listos— de que el sólo título ya permite deducir que su autora es una ignorante de manual, echémosle un vistazo:
"Tras el coronavirus habrá menos sexo esporádico y más vínculo emocional", dice la ¡¡Doctora!! (supongo que será en psicología, que es más o menos como ser nada) Francisca Molero que es el destacado personaje en cuestión, y se queda tan ancha ella, como si nos hubiese descubierto América sin los Reyes Católicos, la Santa María, la Pinta ni la Niña, ella solita.
Pero vamos a ver, señá doztora, ¿es que acaso la cópula sexual normosexual y sus sucedáneos anormosexuales no se produce en virtud de un vínculo emocional de esos? ¿O usted se pone a revisar la factura de la luz en pleno tórrido agosto con el aire acondicionado tocando a rebato y se pone como una moto como cuando en aquellos buenos viejos tiempos deseaba que su macho le arrimara la cebolleta? ¿Se vincula usted con el recibo de la compra del Mercadona o las instrucciones del robot aspirador?
Si no fuera doctora, pues oye, es una cuñá más y aquí no pasa nada, pero es que después de este despliegue de erudición inicial va y se pone a darnos lecciones que, si no fuese porque la mayoría pensamos pobrecita mía que no tiene quién la escuche, la de tonterías que dice podríamos llegar a pensar que sirven para algo más que darme un motivo para escribir esto y, espero, reírnos juntos un rato, o al menos dejar salir alguna sonrisa.
¿No podía haber dicho la Paca que tras la pandemia se va a reducir la promiscuidad en la sociedad? Pues no, porque pa la Paca, la promiscuidad no es algo malo, sino poliamog, y eso es güeno... salvo cuando es a su contraparte a quien se cepilla toda la comunidad de vecinos y uno luce más cuernos que un saco de caracoles.
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