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Matemática Cienorgasmológica

Sin ánimo de ser exhaustivos, podemos definir el orgasmo como un estado cumbre de placer psico-físico desencadenado a partir de la excitación sexual repetida. Sus consecuencias son varias, pero pueden englobarse fundamentalmente en dos categorías:

· Fisiológicas: Se produce un efecto rebote o boomerang que nos lleva de la cumbre de actividad física a la Fosa de las Marianas de relajación. Eso si nos deja la pesada de la parienta, que justo suelta la lengua cuando nosotros queremos desaparecer o fumarnos un pitillo para evadirnos un poco de su previsible verborrea. (Vale, sí, es un chiste malo)

· Neurológicas: Aquí podríamos diferenciar entre consecuencias psicológicas, afectivo-emocionales y cognitivas, pero para los propósitos de este post no nos extenderemos y las agruparemos en una única categoría claramente determinada por la secreción al torrente sanguíneo de las llamadas Betaendorfinas, unos opioides (sí, sí, producimos opio dentro de nosotros mismos) internos; aunque hay quien opina que pertenecen a la familia de los cannabinoides, drogas como la que procede de la marihuana que también fabricamos nosotros mismos y que nos inducen estados de felicidad. Para el caso, lo mismo.



las drogas esclavizan y animalizan al ser humano






Con el orgasmo ocurre algo similar a lo que experimentamos al terminar una actividad deportiva extenuante, aunque el proceso sea infinitamente más placentero en el caso de las relaciones sexuales. ¿O no?. Bueno, a veces ;-)

Pero no quiero ahora hablaros de orgasmos sino de matemáticas. Desconozco la cantidad de opiáceos y/o cannabinoides (O/C) que se secretan al torrente sanguíneo durante un orgasmo, así que voy a establecer una hipótesis con cifras básicas. Pongamos que durante un orgasmo producido en un encuentro no-cienorgasmológico, de aproximadamente diez segundos (normalmente menos; el orgasmo, claro), el organismo de la mujer secreta 1 unidad de estas flipantes substancias que le dejan en la gloria. Un cienorgasmólogo avanzado que pretenda alcanzar el primer escalón hacia la maestría producirá en su mujer, en una hora, sesenta orgasmos de diez segundos y consecuentemente 60 unidades de O/C.



Luego podemos inferir que durante un orgasmo de un minuto de duración provocado por un experto en la Cienorgasmología, la mujer verterá a su sangre 6 unidades de O/C (1 unidad por 6 veces 10 segundos); y durante dos minutos, 12 unidades (esta última cifra no la vamos a utilizar en el gráfico adjunto, para redondear nos quedamos con la de orgasmos de un minuto).

Siguiendo esta lógica, veremos que durante una sesión de sexo rápido en manos de un experto cienorgasmólogo, una de esas de diez minutos en la que caben hasta diez orgasmos de un minuto de duración, la mujer vierte a su sistema vascular ¡¡30 unidades!! de O/C. Y ¿qué pasa si el mismo experto se entrega a una sesión de una hora de duración en la que caben unos 60 orgasmos de un minuto? Que inundará su sangre con ¡¡¡360 unidades!!! de O/C.



como siempre, pulsa sobre el gráfico para verlo más grande


¿No es grandiosa la Cienorgasmología?


En otro post venidero hablaremos de los efectos del orgasmo.





Sin piedad. El encadenamiento de orgasmos (y 2)

En este segundo capítulo del encadenamiento de orgasmos femeninos vamos a profundizar con varios ejemplos prácticos de como lograr anular sus periodos refractarios para que nada más terminar un orgasmo tenga ganas del siguiente. Y si en anteriores capítulos hemos utilizado la metáfora de las orquestas, en este daremos una alegría a los más jóvenes discotequeros con algo más movidito.


Dj Cienorgasmos ??


La técnica del scratching cienorgasmológico requiere un buen dominio de los ritmos, para que nuestra mujercita no sienta paradas bruscas −no realizadas ex profeso− que le hagan perder el compás y a nosotros el control de su mente. Para empezar a practicar deberías combinar ritmos lentos, intermedios, rápidos, suaves, rotundos, etc., de manera que quede un todo continuo como en esta discotequera pieza. Por ejemplo:


  • Utiliza un orgasmo suave −es más fácil empezar con este tipo−, uno de esos a los que le llevas con toques cariñosos y blanditos que tanto les gustan a veces, y cuando sientas que está terminando pon atención; justo cuando acabe (más o menos) aplica un toque de pelvis más intenso y rápido, para un instante frenando la retirada a la mitad, mira, y si ves que le ha cogido por sorpresa y gustado, sigue con otro igual de intenso y rápido, para un instante, mira, y si sientes que te sigue ya la tienes dispuesta para el encadenamiento del siguiente orgasmo.

  • También con un orgasmo suave y superficial, aprovecha que esté acabando para hacer una penetración muy profunda −una de esas con las que empujas hacia arriba todo su cuerpo cuando ya has hecho tope con su pubis− pero sin brusquedad. Para un instante, mira, si ves su cara de sorpresa (y no de desagrado), sigue con otro más o menos igual hasta que sientas que entra otra vez en barrena.


  • Puedes también hacer una travesura, siendo menos sutil, y probar a no tener piedad, como avanzamos en el capítulo anterior. Utiliza un orgasmo cualquiera, por ejemplo uno normal o intenso, y cuando acabe, sigue como si nada, atízale una sucesión de mandobles pélvicos ponga la cara que ponga; si te pide que pares, no lo hagas, sigue dándole hasta que le arranques el siguiente. Es muy importante que pongas intención de hacerle otro orgasmo −no la puñeta− y que conectes tu cola con tu cabeza en lugar de moverte mecánicamente, sintiendo cada empujón, con sonrisa de suficiencia y expresión de dominio de la situación. Quizá no te salga perfecto pero ya estás sembrando la semilla del encadenamiento.

  • Es muy útil probar con un toque diferente, por ejemplo, si ha tenido su orgasmo con toques pélvicos rectos, utiliza uno circular amplio restregando tu pubis contra el suyo, corta bruscamente y sigue por el otro lado. En cuanto sientas que te sigue, continúa con toques rectos o combina rectos con circulares.



Ahora unas advertencias importantes para tu tranquilidad:

- No intentes encadenar todos los orgasmos, a estas alturas ya sabes que para conseguir formar parte de la élite cienorgasmológica no debes ser mecánico sino director de orquesta, de modo que debes intentarlo sólo cuando percibas que vas a tener éxito, porque tu intención será más consistente que si lo haces por sistema, se la transmitirás mejor y tendrás mayores posibilidades de éxito.

- Si ves que no lo enlazas en unos diez segundos (diez empujones), no sigas intentándolo, tu capacidad de atrapar su mente −y la tuya− ha fallado en esta ocasión.

- No te va a salir siempre bien, tranquilo, a todos nos ocurre. Tampoco pasa nada, al fin y al cabo, a los quince segundos ya le has hecho otro nuevo aunque haya pasado por la fase refractaria.

- No por hacer el animal y dislocarle la cadera vas a conseguir recuperar un eslabón perdido, también aquí hay que advertir que en ocasiones esta estrategia funciona, pero en otras no, así que trata de no hacer el ridi empujando como un Miura o golpeando su pubis como un salvaje si no te sigue. Alguna vez puede funcionarte, pero si abusas infrustuosamente perderás tu aura de dominator y te ganarás la de zarpas.


Hala, ahora a practicar.




Sin piedad - El encadenamiento de orgasmos (I)

El de este post parece el título de una película de Clint Eastwood o alguna triste realidad de los carniceros de turno, pero nada de eso va a haber. Seguramente algún sinmente me acusará de incitar a la violencia machista; de dar pie a la violencia por utilizar un lenguaje manifiestamente violento. Quizá sean los mismos que acusan de incitar al maltrato doméstico a los que critican que se elija un gobierno en función del número de orificios anatómicos de sus componentes, en lugar de por su experiencia, conocimiento, madurez, solvencia, credibilidad, prudencia, etc., etc., así que perfectamente puede mandárseles a paseo como a una pesada mosca cojonera, porque como la opinión aún es libre en esta parte del mundo precivilizado, mal que le pese al amigo Gaspi, voy y digo lo quiero decir.

Así que vamos a explicar sin lenguajes políticamente correctos una de las claves de la Cienorgasmología. Como siempre, alguno os habréis adelantado a este post, pero a los que aún no han llegado les vendrá de perlas.



Una hora = sesenta minutos

Después de un orgasmo, tanto hombres como mujeres sufrimos un periodo en el que no nos apetece que nos toquen por ahí, los hombres particularmente solemos quedarnos KO y las mujeres con el chirri y aledaños hipersensibles, de forma que si les tocamos el clítoris puede pegar un brinco de desagrado. Nos sentimos tan refractarios al contacto y al movimiento como a volver al trabajo un lunes después de las vacaciones.

No es estrictamente obligatorio que ocurra así, aunque reconociendo que desconozco las razones de la Madre Naturaleza para disponer las cosas de este modo, hay que decir que sí es estrictamente lo normal, la norma. A fuerza de tiempo y práctica, esos esquemas se consolidan hasta el punto de hacernos creer que tienen que ser así y sanseacabó, no hay más opción. Pero no.

Y entonces, si hay período refractario de ese ¿cómo narices conseguimos meter cien orgasmos en una hora? Treinta en una hora vale, pero si una hora tiene 60 minutos, tendremos que hacerle uno cada menos de un minuto, si cada orgasmo requiere un mínimo de tiempo de preparación, tiene una duración y después de cada uno le gusta estar un rato descansando y sintiéndote dentro pero sin que te muevas... pues no salen las cuentas, es absolutamente imposible.


El camarote de los hermanos Marx

Ya sabemos que hay quien opina que los modelos clásicos deben ser erradicados en aras de una mayor satisfacción en los encuentros sexuales. Debe ser que no funcionan más que de forma mediocre en la cama y al desconocer las soluciones apropiadas, andan cavilando si sentar a Fernando Alonso mirando hacia atrás a ver si así queda más adelante en las carreras, o hacerle sacar el brazo del cockpit para señalizar con prudencia un adelantamiento para que le dejen pasar. Son nuestros ilustres espertos sesuales que niegan la evidencia porque hacerlo significaría darnos la razón a los cienorgasmólogos, reconocer que son expertos de la nada, de la indefinición, de la desorientación, de lo políticamente correcto como muestra de que uno puede ponerse sin rubor por montera la cita célebre de Marx (el bueno): “Estos son mis principios, pero si no te gustan tengo otros”, ora potenciando los aspectos románticos de la sexualidad, ora promocionando la viagra o un papel más activo de la mujer o el uso de cachivaches sexuales. O sea, que como no tienen ni idea de qué va la historia, se limitan a recomendarlo todo, y si no funciona una cosa, pues te proponen probar la contraria. Pero que conste que han estudiado una carrera universitaria, ¿eh?.


Sin piedad

El secreto de la Cienorgasmología y concretamente el del encadenamiento de orgasmos femeninos no reside en la indefinición, en la ambigüedad, sino en dejar de escurrir el bulto y reconocer lo obvio: con las lógicas excepciones que construyen las reglas, la responsabilidad de la satisfacción sexual de la pareja recae indudablemente en el hombre. Es el hombre el hacedor y la mujer la receptora.

Así que a riesgo de que los Torquemadas laicistas me quemen en la pira de lo políticamente correcto tengo que decir las cosas como son: para incrementar exponencialmente la satisfacción sexual hasta límites insospechados, la clave es no tener piedad con nuestra mujercita, no respetar sus periodos refractarios en los que le apetece relajarse. De ninguna manera y pase lo que pase. Ya sé que suena muy fuerte y que alguien puede pensar que es una atrocidad o un imposible, de hecho en las primeras ocasiones en que se practica puede llegar a desagradar bastante porque se rompe un hábito muy consolidado, pero tened en cuenta que más allá de la frontera que nadie se atreve a franquear, sólo para los elegidos, está el éxito.

La mujer puede sentirse realmente molesta y pedirte que pares, tú tendrás tentaciones de parar porque como sabes que a ti no te gusta que te incordien después de correrte, te ablandarás, porque para eso tienes neuronas espejo. Pero no cedas, no tengas piedad aunque te implore que pares por tus muertos. En un par de días lo verá normal; es más, ya no perderá el deseo en ningún momento y a la larga no querrá que te detengas a menos que esté absolutamente exhausta físicamente.

Hoy me despido hasta un próximo post en el que ahondaremos en los modos de lograrlo, no sin antes recordar que el encadenamiento de orgasmos es una de las claves con mayúscula de la Cienorgasmología. Así que permanezcan atentos a sus pantallas si no quieren perdérselo.



Sábado sabadete, kiki, siesta y diez minutos de orgasmete



Quizá el sábado es el momento ideal para hacerle a la reina de la casa un orgasmo de más de diez minutos, si te dejan los jodíos críos, claro. Si no, tendrás que esperar a que tengan quince años y se larguen con sus amiguetes al cine, o a las vacaciones para mandarles con los abuelos y poder practicar sin molestias varios días seguidos. Ésta última posibilidad es la ideal, porque si fallamos en el intento el primer día podemos volver a intentarlo el siguiente y así sucesivamente hasta que nos salga. Porque si sólo disponemos de un día y no sale, la posibilidad de que el virus del fracaso se nos grabe en el disco duro es bastante alta; así que estad atentos, y tranquilos, que no se hizo Zamora en una hora. Lo conseguís fijo.

Como ya vimos en la introducción a este tema, conviene aprovechar la siesta para aumentar las posibilidades de lograrlo. Empezaremos después de la comida haciéndole una buena tanda de orgasmos, en este caso utilizando especialmente cienorgásana. Digo especialmente porque si te has metido una suculenta paella regada con un par de jarras de tinto de verano helado en un chiringuito de la playa, tendrás la panza como el bueno de Sancho y corres el riesgo de provocarte una hernia de hiato −no es broma, os lo aseguro− si te tumbas sobre la parienta y empiezas a apretar la barriga. Como en cienorgásana el cuerpo está en posición vertical y no presionamos el abdomen, no corremos tanto riesgo de que parte del estómago se nos salga por el hiato esofágico del diafragma. Esta hernia afortunadamente suele tener fácil solución con una sesión de osteopatía −también os lo aseguro, aunque el centro que aparece en el vínculo no lo conozco y para los amigos lectores de otras partes del mundo mundial es como si nada− así que si bien no hay que alarmarse, más vale prevenir que tener la paella dando vueltas en el estómago hasta la hora de la cena y una acidez que os fastidie el plan.



PRIMERA ETAPA
Bueno, vamos al tajo: dale un repaso cienorgasmológico antes de la siesta, déjala exhausta, y tú resérvate si puedes para no perder ni un ápice de interés. El sueñecito a continuación es como estar en las nubes, abrazándola por detrás o despatarrados sobre las sábanas si hace mucho calor. Una maravilla, pero tú no vas a poder desconectar. ¿¿Qué quéee?? Si, hijo, sí; A quien algo quiere, algo le cuesta, y si quieres hacerle un gigaorgasmo de más de diez minutos tendrás que despertarte antes de que ella lo haga. Esto tiene múltiples compensaciones, de ellas hablaremos en otro post, así que merece la pena el sacrificio, aunque te resulte más duro que ponerte un cilicio, ya verás.
Como ya sabemos, cuando ella experimenta muchos orgasmos se queda como drogada, sin tensión arterial ni muscular, anestesiada. Y como lo hacemos después de la comida, la digestión va a contribuir a secuestrar sangre del resto del cuerpo y el cerebro. O sea, que la tenemos a punto de caramelo.

SEGUNDA ETAPA
Déjala dormir, quédate con ella un rato porque se dormirá más a gustito aún, tú relájate pero no desconectes totalmente −o si sabes usar tu despertador interno prográmalo para que te avise una media hora después (esto es facultativo)− porque toca volver al trabajo mientras ella duerme o está justo despertándose.
Este es un trabajo fino, en el que tienes que adaptarte lo más posible a ella, a sus ritmos y movimientos, así que pon todo tu amor y tacto en la obra, porque a estas alturas ella tiene desconectado el Sistema Nervioso Periférico (SNP) y si haces el zarpas frustrarás el plan reconectándolo otra vez. Si está tumbada de lado −la postura ideal para este menester− o boca abajo, actúa desde atrás; si boca arriba desde delante. Toca con cuidado, como si fueras a desactivar una bomba; si tocas cualquier parte del cuerpo ajena a su rajita estás haciendo que conecte su Sistema Nervioso Central (SNC) con esas sensaciones de esas partes del cuerpo, la sacarás del trance y a tomar por saco el experimento.
Toca suavemente su vulva, pero no el clítoris, sino más bien la entrada a la vagina, acariciándola con consistencia (suaveee) e intención, no vaya a pensar que tiene una mosca rondándole por ahí; recuerda que estará saliendo del plácido sueño y no sabrá muy bien qué está pasando. Ahora que todo su SNP duerme, su SNC sigue en stand by, por lo que estás activando únicamente la parte del SNP que inerva el área genital, con lo que su experiencia de la realidad se reduce únicamente a los inputs que le llegan por ahí. ¿Te imaginas lo que puede estar sintiendo? ¡Puff! Ella no está, ni tú, no están sus brazos, ni sus piernas, ni su cuerpo, relajada completamente, desconectada... Y ahí está únicamente su sexo enviando información placentera al cerebro. Alucinante ¿verdad?.
Sigue tocándole como tú sientes que tienes que hacerlo en cada instante, incluso metiendo uno dedo en su agujerito, para estimular la conexión chochete-cerebro; pero no aceleres ni seas brusco en ningún momento o le provocarás el típico orgasmo de pico con su consiguiente caída rápida. No te preocupes de si está teniendo o no orgasmos, recuerda a Bruce Lee. Simplemente sé agua por el cauce que ella te va mostrando.

TERCERA ETAPA
Es el momento de la penetration. Smooth penetration más bien. Trata por todos los medios de que la única parte de tu cuerpo que toque el suyo sea tu cola durante los primeros tres o cuatro minutos. Mójatela bien con saliva para asegurarte de que no haya ninguna tirantez desagradable producto del secado de los flujos del kiki pre-siesta. Penetra y muévete suavecito sin hacer tope con su pelvis. Recuerda: olvídate de su orgasmo y concéntrate en lo que ella te transmite en cada momento. Relájate tú también para aumentar tu sensibilidad a sus señales. Tarde o temprano entrará en un suave orgasmo que continuará durante su ensueño hasta que quieras.


Ah, recuerda que debes advertirle antes de la siesta lo que te propones, porque puede asustarse si siente que no puede moverse mientras el éxtasis le lleva a las puertas de la pérdida de consciencia. Si tras unos minutos de suave orgasmo sientes que está empezando a sentir ansiedad o miedo porque le es imposible bajarse de la nube voluntariamente, tú tranquilo, no pasa absolutamente nada; acelera, profundiza, hazle subir a un pico orgásmico intenso y déjala caer o, según percibas cuál de las dos será mejor estrategia, para. Háblale suavemente dándole confianza, acaricia su cuerpo y prepárate para alucinar con su relato de la experiencia. La primera vez es para recordar toda la vida.


¡¡Advertencia importante!! 

No empieces a practicar estas técnicas sexuales in antes leer este post. Podrías sufrir serios inconvenientes en tu vida sexual.

 



Fundamentos científicos del orgasmo de más de diez minutos


Una de las ventajas de la Cienorgasmología es que te brinda la posibilidad de modular a voluntad los orgasmos de tu mujer, encadenarlos, alargarlos, modularlos en intensidad.... Es importante empezar por advertir que aunque no es imposible hacer a tu mujer un orgasmo de más de diez minutos si aún no es cienorgásmica, es mucho más fácil conseguirlo si ya lo es o casi.

Para lograrlo es necesario entender algunos hechos fisiológicos y neurológicos que lo explican, posibilitan y facilitan.

1. Es preferible intentarlo cuando ya ha conseguido un buen número de orgasmos en la sesión, cuantos más, mejor. Uno de los efectos fisiológicos que produces al hacerle orgasmos es la secreción de betaendorfinas al torrente sanguíneo. Ten en cuenta que las betaenforfinas son opiáceos naturales cientos de veces más potentes que la morfina, con lo que lograrás en ella un estado de anestesia y analgesia intensos. Es fácil entender que si le has hecho ya cincuenta orgasmos, ella está “como drogada”.


2. Cuando la mujer alcanza ese estado, sumado al cansancio lógico de un traqueteo sostenido y la dejas descansar, se quedará en la misma posición, sin posibilidad de moverse e incluso se dormirá o dormitará en un estado de suave placer, una sensación de paz y seguridad cercana al gozo. Es también un estado similar al que se obtiene después de un buen rato de meditación en silencio, oración e inmovilidad: el Sistema Nervioso Periférico (SNP o nervios sensitivos y motores del cuerpo) deja de enviar señales de existencia (sensaciones de contacto, temperatura, posición, peso...) y se desconecta del Sistema Nervioso Central (SNC o encéfalo), quedando aislado del resto del cuerpo anestesiado porque no como recibe información, no existe para él. Algo parecido pero sin el recurso al sexo les ocurre a los grandes místicos como Santa Teresa de Jesús, a quienes las largas e intensas sesiones de oración e inmovilidad producen esa misma desconexión de su SNC del resto del SNP. Los místicos y santos suman normalmente a esta estrategia el ayuno prolongado y la mortificación. Cuando el ayuno prolongado se produce, el cuerpo desencadena una respuesta de supervivencia que retrae el flujo sanguíneo del cuerpo al SNC para ahorrar energía porque en el resto del cuerpo no es necesaria, contribuyendo a la desconexión del SNP. La mortificación hay que entenderla como práctica del Hatha Yoga, un método para trascender el cuerpo y sus sensaciones, como dicen los hindúes, para hacer al cuerpo permeable al prana, la energía universal. Entonces uno (la mente pura, el alma de cada uno) se queda sólo con su mente, el resto no existe para el SNC ni para la mente pura. Es una experiencia sin igual, de modo que es muy aconsejable experimentarla al menos una vez en la vida, sobre todo para entender lo que es el amor verdadero incluso a los enemigos.



3. De persistir ese estado de aislamiento del SNC, éste desplegaría estrategias para mover automáticamente alguna parte del cuerpo y recuperar la consciencia del mismo, retomar referencias de dónde estamos y lo que somos (seres físicos); lo habrás visto alguna vez en esos movimientos circulares de la cabeza y cuerpo que se producen en personas que han entrado en trance con ayuda de psicotrópicos, la danza de rituales iniciáticos y chamánicos, etc. En caso de persistir mucho tiempo (varias horas) el aislamiento del SNC, puede llegarse incluso a alcanzar la muerte voluntaria. Así que hay que poner atención, pero no preocuparse ni asustarse porque es un límite difícilmente alcanzable y de él se puede salir voluntariamente o impulsados por el miedo a entrar en el “túnel de luz”, también con la ayuda del marido que inducirá cariñosamente a su mujer a volver a un estado de consciencia ordinario si ella se queda en su gloria particular un tiempo sospechosamente largo, obviamente. Es importante que nuestra mujer esté advertida, porque puede asustarse al sentirse incapaz de salir de ese estado alterado, puede tener miedo si no sabe lo que le está ocurriendo. Lo mismo ocurre en los trances hipnóticos inducidos: la persona no puede mover ninguna parte de su cuerpo aunque lo intente y puede ser, incluso, intervenida quirúrgicamente sin notar el más mínimo dolor ni sensación.

Teniendo todo esto en cuenta, podemos pasar en un próximo post a explicar como provocar un orgasmo de más de diez minutos a tu mujer.




Capítulo 9 - Atrapar su mente: El Orgasmo de la Mujer (2)

Tras haber advertido en el capítulo anterior de las precauciones a tener en cuenta en la manipulación del orgasmo femenino, pasaremos a describir las variaciones que podemos acometer. Para facilitarlos, como siempre, te recomiendo la postura cienorgásana. Las diferenciaremos en varias categorías orgásmicas:

- HOMOGÉNEO: Sigue moviéndote al mismo ritmo monocorde: raca-raca-raca-raca. No hay mucho más que decir.

o Ventajas: Puede hacerlo hasta el más torpe entre los torpes. Puedes utilizarlo como “orgasmo de intermedio”: como el jengibre entre bocado y bocado de sushi sirve para des-saturar las papilas gustativas, con un orgasmo homogéneo rompes dinámicas anteriores y preparas a la mujer para experimentar las diferencias que existen con el siguiente orgasmo dirigido.

o Inconvenientes: Si es el único recurso produce monotonía, incapacidad de adaptarte a sus ritmos y de que consecuentemente su orgasmo sea incómodo, discordante con tu ritmo, con choques inarmónicos de pubis. Normalmente produce un clímax débil, moderado o frustrado. Si no atrapas tu mente y lo haces ex profeso sino que te dejas llevar, incrementas la probabilidad de irte antes de tiempo.


- IN CRESCENDO: En el momento en el que detectas que va a entrar o ya ha entrado en el punto de no retorno, aceleras más o menos progresivamente según percibas que su ritmo te lo va pidiendo.

o Ventajas: Garantiza un clímax de intensidad muy elevada.

o Inconvenientes: Querrás hacerlos siempre igual o abusarás de ellos, porque la llevas al paroxismo y eso estimula mucho, pone la autoestima por las nubes, pero puedes llegar a monotonizarte. Además, ten en cuenta que si te pasas del ritmo que ella es capaz de asumir, le provocarás un orgasmo incómodo y discordante.



- VIBRANTE: Suele seguir a procesos suaves, sensibles, con luces tenues, íntimos, generadores de intensas sensaciones de unión... Se realiza presionando con el pubis masculino contra el femenino sin desplazamiento del chisme. Es como si te castañetearan los dientes por el frío, pero con la pelvis. Conviene estar cerca pero no pegado a la mujer, pero también puede hacerse estando muy separados los torsos.

o Ventajas: Desarrolla sensibilidades abotargadas (como el jengibre) y permite una vivencia más sensual y menos sexual del polvete.

o Inconvenientes: Normalmente es el más difícil de generar. Primero porque es opuesto a la pasión que tiende a arrastrarnos. Segundo porque es el más proclive a cortarse si no estás muy atento a sus reacciones. Para evitar perderlo, en cuanto intuyas que va a suceder, introduce un toque rápido y muy superficial, un saca-mete que vuelva a atrapar su mente, dos como máximo. Si se te ha escapado sin remedio su mente, sigue con un crescendo o un tsunami para recuperarla y que termine su orgasmo sin frustración.


- TSUNAMI: Es como una poderosa ola generada por todo el cuerpo del hombre —no sólo por su pelvis— que arrastra el cuerpo entero de la mujer y hasta su mente, ambos experimentaréis sensaciones como si estuvierais montando en una montaña rusa. Imagina que es como un movimiento ondulatorio anteroposterior de break dance que empieza por los pies, pasa por todas las articulaciones de tu cuerpo y llega hasta tu coronilla. Conviene estar pegado a la mujer para transmitirle mejor el movimiento.

o Ventajas: Quizá sea el éxtasis mayor que pueda lograrse porque no se limita al placer puramente genital sino a todo el cuerpo y a la mente. Si se usa como colofón del kiki, sincronizando los orgasmos de los dos, es el máximo placer que puede llegar experimentarse (desde mi experiencia) y como os dejará medio mareados, es el preludio perfecto para un buen sueño.

o Inconvenientes: Es ciertamente complicado. Requiere una buena percepción de la oportunidad y un buen dominio de cienorgásana, además de una notable movilidad articular en la articulación coxo-femoral (cadera-muslo) y en la espalda. También se requiere un apoyo firme de los pies para poder transmitir todo el impulso desde ellos al resto del cuerpo y opcionalmente un buen asidero para las manos. El sofá de esquina facilita su ejecución. En la cama ten cuidado con la cabeza de ella o la estrellarás repetidamente contra la pared o el cabecero y harás un churro de orgasmo, así que deberás colocarla adecuadamente antes de empezar.


- SALVAJE: Se ejecutan fuertes y violentos golpes del pubis masculino contra el femenino. No hay mucho que explicar porque es bastante instintivo.

o Ventajas: La mujer suele pedirlo expresamente, es el opuesto al vibrante y al estático, y suele producir orgasmos brutales en ella.

o Inconvenientes: Si te pasas de fuerza o haces demasiados de este tipo, puede llegar a producir hematomas en las áreas genitales o dejarlas doloridas, y si tienes la pilila demasiado larga no puedes hacerlo sin causar dolor a la mujer. Implica un buen dominio de la oportunidad, si pretendes hacerlo cuando el ritmo de ella está pidiendo un orgasmo suave, provocarás frustración.


- ESTÁTICO: Es el más requetedifícil, mucho más que el vibrante, y sólo podrás conseguirlo accidentalmente o voluntariamente cuando tengas un dominio magistral de la Cienorgasmología. Consiste en aprovechar un kiki suave, por ejemplo ella sentada a horcajadas sobre ti igualmente sentado. A veces sale solo, pero si pretendes provocarlo y no te sale, como eres practicante de la Cienorgasmología no ocasionas una frustración enorme, le haces otro orgasmo diferente en diez segundos y listo.


o Ventajas: El orgasmo será suave pero muy profundo. Si hay un abrazo sólido y contacto boca-boca, la sensación de unión es muy importante.

o Inconvenientes: Aquí no tienes casi nada que hacer con el cuerpo, sólo con la mente y la respiración. Es importante prestar atención a sus gemidos o establecer una comunicación mutua a través de ellos. A veces es mejor dejar que ella lleve la batuta y que se mueva ligeramente.

No se me ocurre ninguno más, así que si notáis que falta alguno, me lo decís y lo añadimos a la lista. Lo mismo si tenéis alguna variación que sugerir, advertencias, experiencias, etc.





Capítulo 8 - Atrapar su mente: El Orgasmo de la Mujer 1

Seguro que los que ya habéis alcanzado un buen nivel cienorgasmológico, como El Cienorgásmico con sus más de cincuenta y más recientemente Messi y sus treinta golazos, habéis empezado ya a controlar los orgasmos de vuestra mujer; incluso muchos ya habíais logrado modularlos espontáneamente antes de conocer la Cienorgasmología. Algunos sin embargo puede que aún no sepan que pueden hacer virguerías con ellos.

Una mujer no va a protestar si le hacéis cien orgasmos más o menos iguales en una sesión, os lo aseguro. Más que nada porque aun no prestándoles atención, el Caos pone a funcionar su compleja maquinaria produciendo las variaciones necesarias para que haya una infinidad de diferencias dependientes de varios factores y su combinación:

· La postura adoptada por la mujer.

· La vía: clitorídea, vaginal, anal u otras localizaciones y sus combinaciones.

· El momento del encuentro sexual: si se acaba de empezar la sesión, si es un momento intermedio, si es al final, si después de un cambio de vía...

· El momento del ciclo menstrual: si está menstruando, si ovulando, si antes o después de cada una de estas fases, si en fases intermedias...

· Su excitación previa y durante el encuentro...

· De ti mismo: posturas, toques de todo tipo, profundidad de la penetración, excitación...


Pero aun teniendo al Caos como aliado, no está de más dejarle menos responsabilidad y seguir desarrollando nuestra habilidad asumiendo un papel más activo en los orgasmos femeninos. Pero... ¿para qué modularlos si ella ya disfruta como una bellaca? Si aún no has visto a tu mujer disfrutar hasta el punto de eyacular a chorros o tener un orgasmo salvaje de un minuto aún no has visto más que la punta del iceberg.

Y ¿qué podemos hacer para conseguirlo? ¿Cómo podemos modular sus orgasmos? En este post responderemos únicamente a esta última pregunta –no vayamos a crear algún problemilla por no advertir los riesgos que os fastidien la noche- y dejaremos para el siguiente la descripción de todas las posibilidades de actuación.

Esta imagen se la copié a Soy Leyenda
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Podemos modular los orgasmos femeninos igual que modulamos el camino hacia ellos, a través de los distintos tipos de toques –manuales, pélvicos, verbales, rítmicos...-, pero obviamente en un orgasmo tenemos menos margen de tiempo para introducir variaciones, por lo que hay que ser aún más sutil y aceptar otorgar la cuasi exclusiva a los toques pélvicos. 

Recordad que sois directores de orquesta aplicando creativas variaciones personales -improvisadas o no- a una partitura que casi todos los demás interpretan de forma similar: raca-raca-raca..., y en la que prácticamente lo único que varía es el escenario musical: cama, sofá, coche, mesa, suelo, cocina, mañana, siesta, noche, con cachivaches sexuales, pelis... 

De modo que lo primero es plantearos qué efecto queréis conseguir en cada uno de sus orgasmos y dónde le vais a hincar el diente a cada uno.

Cuando digo cada uno soy consciente de que es excesivo, en realidad os recomiendo no pretender modularlos todos, porque hacerlo puede generar alguna frustración en vuestra mujer. Conviene dejar que alguno de ellos vaya al azar, que sea totalmente libre y espontáneo, al ritmo e intensidad que percibáis en ella. Así contribuís aún más a la variación. ¡Ah el divino Caos!, sin él no existiría la vida. Empezad por practicar sólo con uno o dos de cada diez de sus orgasmos, por ejemplo.

Estas son las advertencias que conviene tener en cuenta:

· Modificar un orgasmo implica un significativo riesgo de frustrarlo, en un instante podéis hacer que lo pierda; y aunque inmediatamente le hagáis otro, esta no es una de las experiencias favoritas para la mujer. Alguna vez os habrá pasado a vosotros con vuestros propios orgasmos, así que ya entendéis de lo que os hablo.

· Conviene a principio empezar modificando sólo el inicio del orgasmo, no su transcurso, y mantener aproximadamente la variación inicial durante todo su desarrollo. Ya comprenderéis en unos post más adelante por qué os digo esto. Más misterio.

· No debéis cambiar de forma abrupta el ritmo y la intensidad entre los momentos anteriores al orgasmo y el orgasmo propiamente dicho si no sois practicantes avanzados de la Cienorgasmología y estáis totalmente seguros de que controláis la situación y vais a mantener atrapada su mente.


Empezad por modular orgasmos que no coincidan con el vuestro, porque durante éste los hombres tendemos naturalmente a centrarnos en nosotros mismos y dar rienda suelta a nuestro placer, por lo que pensar demasiado en el suyo puede disminuir el nuestro y resultar nosotros frustrados y con menos posibilidades de repetir que ellas por aquello del periodo refractario (del que también hablaremos en post venideros). A la mujer normalmente le encanta sentir que nos corremos, así que si coincidimos con uno de ella, su placer está garantizado.