Mi ya larga experiencia como cienorgasmólogo se ha encontrado con un nuevo reto que para cualquier varón normal sería un muro de hormigón armado, como me ocurrió a mí en más de una ocasión cuando era más o menos normal en este asunto. En alguna ocasión me he encontrado con alguna mujer difícil de llevar al éxtasis, aunque los cienorgasmólogos, al estar hechos de otra pasta, transformamos las dificultades en desafíos.
Si la mujer me ha interesado lo suficiente nunca he rehuido el desafío, al contrario, las dificultades precisamente están ahí para que las superemos y alcancemos gracias a ello un nuevo nivel de excelencia. Pero si la mujer no me ha interesado, lo he dejado pasar.
En los últimos tiempos he conocido a una mujer difícil, pero de esas que enganchan a causa de sus varios encantos, tanto personales como físicos. Guapísima, con un cuerpo notable, divertida, culta, sensible... ¡Demasiado sensible!
¿Cómo "demasiado sensible"? ¿Cómo puede ser eso un problema? ¡Al contrario! ¿No?