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El hombre que vio masturbarse a doscientas mujeres

Me ha llamado hoy la atención este artículo


Por varias cosas. La primera es comprobar cómo se tira el dinero en el campo de la investigación científica. ¿Cómo es posible -me pregunto- que un investigador se pase gran parte de su vida -y tiene 68 años- gastando dinero en una tontería semejante? Porque a lo que se dedica Komisaruk es a comprender los mecanismos que disparan este estado de entusiasmo, qué papel juegan las hormonas, los péptidos y las neuronas, y cómo se podrían provocar esas sensaciones de forma más intensa. Pero sobre todo porque asegura que: «Quiero encontrar una manera de aumentar el placer en la vida de la gente». Viagra, abuelo, lo que necesitas se llama Viagra.

Vamos a ver, caballero, una cosa es que usted quiera comprender esos mecanismos fisiológicos, y otra muy diferente es encontrar la manera de aumentar el placer en la vida de la gente, porque ¿pretende que nos pasemos orgasmeando todo el día? ¿Cómo que en la vida? Será durante las relaciones sexuales, ¿no?. Porque ya me dirá a mí usted quién iba a trabajar si pudiésemos provocarnos tan intensos placeres a voluntad, ¿el primero, el segundo o cuál?. 

Estos salvadores del mundo me enervan, poco, pero me enervan. Me da que es otro frustrado como aquel idiota del que nos reímos hace tiempo, que decía haber encontrado ¡por fin! el Punto G. Su mujer todavía debe estar esperando a ver si aprende a echarle un casquete decente, porque resulta que el dichoso punto ¡va y no existe!. 

¿Y cuál va a ser la manera de aumentar el placer en las relaciones sexuales? ¿Va a desarrollar nuevos modelos de cachivaches consoladores? ¿Alguna pastilla? ¿O sistemas de estimulación cerebral de las áreas del placer no invasivos? 

Eso ya está hecho, aunque con un método más cruento: electrodos en el cerebro de monos. El experimento consistió en colocar a los monos en jaulas con dos palancas, una de ellas activaba un mecanismo que abría el comedero y el bebedero, la otra estimulaba esas áreas del placer. 

¿El resultado? Los monos morían de inanición. Este capullo, porque no merece otro nombre, está tan entusiasmado por que al fin le hagan una entrevista en su puñetera vida, con lo listo que él se cree, que delira. Cada loco con su tema

De modo que incluiremos a Komisaruk en la sección de "La tontería regre de la semana" y de paso el daremos el premio al gilipollas del día, del que hace entrega, como siempre, Su Majestad el Rey Juan Carlos I de España.



Casi un tercio de los españoles chinga menos de una vez al mes

En Elconfidencial.com acaban de publicar un interesante artículo -que además cita este otro en el que se anunciaba que los españoles somos los mejores amantes del mundo (¿Será la Cienorgasmología es ya más conocida de lo que alguno supone?)- sobre la baja frecuencia sexual media de las parejas españolas. 

¿A alguien le extraña con la que nos está cayendo y el panorama que nos espera con el inútil de ZP? 

Ya os había contado en este post que también en mi caso había disminuido últimamente, aunque ello no implicara algún tipo de insatisfacción, sino todo lo contrario, un alivio. 

En honor a la verdad he de decir que cometí una imprecisión al escribirlo, porque no di cifras concretas, así que ahora preciso: si bien ya no cienorgasmologueo todos los días varias veces, lo hago unas cuatro veces por semana -que no es moco de pavo, visto lo visto-, por lo que mi mujercita sigue disfrutando de orgasmos discrecionales una o varias veces al día. Alguna vez digitales, otros orales, y otros acariciándole los pececillos.  
Y, aún cuando la pobrecilla no guarda las proporciones clítoris-vagina necesarias para disfrutar, y un servidor es un pobre necio desconocedor del esencial ¡¿Punto U?!, la pobre infeliz tarda cero coma en empezar a orgasmear, lo que me permite no dedicar más tiempo y energías de las imprescindibles para mantenerla más que satisfecha. ¿Me estoy haciendo viejo o vago?. 

Y a propósito de esto de la frecuencia sexual, hace unos días estuve viendo un programa muy interesante del inefable Fernando Sánchez Dragó en el que entrevistaba a un reputado urólogo, que afirmaba que con el famoso Cialis uno podía disponer en cualquier momento de toda su artillería en perfecto estado de revista. 

Muy curioso, porque Cialis, a diferencia de la Viagra, puede consumirse diariamente sin ningún efecto secundario adverso -eso dicen, yo no lo sé- y no sólo media hora antes del casquete, lo que desde el frecuentemente romántico punto de vista de la mujer anula cualquier vestigio de la mínima espontaneidad deseable. Tanto como pararse a ponerse un condón. 

Es evidente que para un impotente -disfunción eréctil se llama ahora- es preferible chingar con horario preestablecido que no hacerlo, así que no nos pongamos puntillosos con la vencida Viagra, no vaya a ser que de tanto escupir al cielo acabe cayéndonos el gargajo encima. Sin embargo no está de más seguir recomendando el mejor método conocido hasta la fecha para satisfacer sexualmente a la mujer y para reforzar positivamente la erección masculina: la Cienorgasmología. 

Porque un hombre en condiciones no implica una mujer disponible. Como hemos repetido en tantas ocasiones, la calidad es preferible a la cantidad, y si el varón es torpe, la mujer estará tentada a cambiarle la Viagra por una inocente Aspirina a ver si hay suerte, el manazas no se entera de la jugada y la deja tranquila una semana más.

Bobadas pseudocientíficas sobre el clítoris

En verano la mayoría nos encontramos disfrutando de nuestras vacaciones, y los periodistas también. Seguramente sea esa la razón por la que se publican bobadas para rellenar las páginas de los periódicos, como esta que descubrí por aquí:

Kim Wallen, profesor de psicología de la Universidad Emory (EEUU), lleva ya tiempo ocupado haciendo los cálculos que le han permitido averiguar la piedra angular del goce femenino. Según el investigador, y más allá de la posición exacta del famoso punto G, ha descubierto una sencilla regla fisiológica que determina si una mujer tiene más o menos facilidad para conseguir un orgasmo. El quid de la cuestión está en la distancia que separa al clítoris de la vagina. Ese número, medido en centímetros, determina la facilidad para conseguir orgasmos por estimulación del pene, sin ayuda de lengua, dedos o juguetes sexuales. Según Wallen, para ser la agraciada, la distancia entre el clítoris y la vagina debe ser menor de 2,4 cm, aproximadamente la longitud desde la punta del dedo pulgar hasta su primera articulación. Cualquiera que tenga esta medida, está capacitada para producir orgasmos fiables durante una sesión de sexo con penetración.



Tras recuperarme de la impresión, ni corto ni perezoso, agarré uno de esas cintas métricas de papel que regalan en IKEA (¿Qué pensábais, que iba a usar un calibre digital?) para medirle la distancia entre ambos puntos mi señora. 

La sorpresa que me llevé fue mayúscula, porque una de las mujeres -no profesionales- que más orgasmos y de más larga duración experimentan en el planeta ¡¡¡Tiene una distancia de cuatro centímetros y medio entre el glande del clítoris y el borde anterior de la entrada de la vagina!!! Lo que según la "piedra filosofal" descubierta por el amigo Wallen debía incapacitar totalmente a la pobre desagraciada para experimentar orgasmos. 

Supongo que más de uno de los practicantes de sexo anal habrá pensado al leer el estudio que a mayor distancia está el ojete, y a nadie se le ocurre dudar de que su estimulación produce orgasmos enormemente placenteros. 

Es más, entre el clítoris de mi contraria y sus pezones hay todavía más distancia, más de medio metro, y tiene orgasmos igualmente cuando se los acaricio. 

Puesto inmediatamente en comunicación con el Palacio de la Zarzuela para abordar la cuestión, Juancar y yo hemos decidido por unanimidad conceder el premio "¿Por qué no te callas?" del verano de 2009 al "investigador" Kim Wallen, ex aequo con el autor del brillante artículo, honor del que hace entrega su majestad a continuación:




La mente de la mujer megaorgásmica



Los que ya habéis superado el primer nivel de la Cienorgasmología entenderéis de lo que voy a hablaros; para el resto de las mujeres -este post está dirigido especialmente a vosotras- quizá sea aún una incógnita. El caso es que recientemente hemos comentado en algún post que alguno de vosotros tiene relaciones esporádicas con diferentes personas con notable éxito. Lo que aún no sabemos es si alguna persona que tampoco tenga relaciones duraderas ha sido capaz de lograr un megaorgasmo o ultraorgasmo en alguna pareja ocasional. Yo no he probado, la verdad, pero aún siendo algo a priori muy difícil, no dudo que algún buen director de orquesta podría lograrlo.

En cuanto a las parejas estables, que lo tendrán más fácil, rec
ordaréis de los primeros capítulos del Manual de la Cienorgasmología que la entrega de la mujer al varón es directamente proporcional a la facilidad para acceder al orgasmo y a la intensidad del mismo. Y eso sin necesidad de usar ninguno de los cachivaches o juguetes sexuales que se ofrecen por ahí -en tiempos de crisis no está mal ahorrarse unos eurillos- y de cuya utilidad existen al menos incertidumbres lógicas.




 En los megaorgasmos de más de diez minutos este axioma se torna esencial, especialmente al inicio de su práctica. Quizá yo lo tenga más fácil porque mi contraria es una auténtica poupee pasiva -lista ella, ¿para qué se va a esforzar?- y yo soy claramente dominante, lo cual no significa que una vez alcanzado el dominio de la técnica, uno o una puedan cambiar de postura sin interrumpir el orgasmo, que se puede, por supuesto; pero en los estadíos iniciales, recordad que conviene ceder el control al director de la orquesta en lugar de pretender tomar el mando.


Hablando del tema con mi poupee, me explicó que para alcanzar la megaorgasmia, la actitud mental femenina debe reunir estas dos características:


  • Desinhibición absoluta: esto significa que con toda seguridad no todas las mujeres tienen la capacidad de ser megaorgásmicas si mantienen tabúes, inseguridades, vergüenzas, pudores, etc., que provoquen que su atención se distraiga hacia lo que se quiere esconder, que su musculatura se tense y se sature el procesador del cerebro con información que no ayude precisamente a lograr el éxito. Obviamente, la mujer en general tiene más capacidad de desinhibición pasada la cuarentena (de edad) y especialmente la menopausia, momento en el que los factores afectivo-emocionales disminuyen su importancia, cediéndola al puro disfrute físico, aunque tampoco es descartable encontrarse con -sobre todo jovencitas- más deshinibidas que las más mayores. Esto no sé si es bueno o malo, seguramente lo último; el caso es que es así hoy en día.


  • Alta capacidad de concentración: si existen dudas con respecto al varón, a lo que se le va a "entregar", o se tiene miedo al embarazo, o si el lugar que se elige para la faena es expuesto, o si te pueden escuchar los de la habitación de al lado, será más difícil concentrarse en dejarse mecer por las olas de placer que van surgiendo sucesivamente y nunca iguales hábilmente generadas por el Eolo particular de cada una.

Es obvio que ambas características se retroalimentan recíprocamente de forma relativa, pues la concentración implica desinhibición, pero la desinhibición no necesariamente implica capacidad de concentración, lo que impide unirlas en una sola categoría, sde modo que habrá que observar ambas para alcanzar el éxito.

En fin, os cedo el testigo, si alguna tiene otra experiencia, que lo diga. Espero que os sea útil.

Advertencia importante: No empieces a practicar estas técnicas sexuales in antes leer este post, podría causar serios inconvenientes a tu vida sexual.


¿Autocontrol de la publicidad? ¡Menos guasa!

Va una de humor tomado de un sitio guarro a propósito del anuncio de marras:
  • Si lo mejor pa la pepitilla es frotarse una guindilla que has metido previamente dos minutos en agua hirviendo, siempre se ha dicho.
  • Vamos que es más o menos lo de la leyenda urbana: practicar sexo oral después de comerte un caramelo de menta.
  • Me pregunto que pasará si le como el coño ¿se me pondrá la lengua como un tomate?
  • Y una preguntilla, ¿en dónde anda el clítoris???
  • ¿Y si me pongo el Play cero en el ídem? (Zero-lo, el maricón inefable)
No viene mal un poco de humor para entrar en el calor -yo me caliento, lo reconozco- del debate, no acerca de un producto que a todas luces parece una bobada más en la escalada de la adicción al sexo para insatisfechos, sino de hasta qué punto somos capaces de convertirnos en una sociedad indolente, indiferente a cualquier aberración. ¿Para qué narices tenemos ese ente autodenominado "Autocontrol de la publicidad"? Menos mal que se autocontrolan, porque si no lo mismo nos ponían el manual de usuario con imágenes y todo hasta del papel higiénico. ¿Es aceptable moralmente que se hable de orgasmos en horario en el que puede haber niños viendo la tele? 


Ganas me dan de poner una queja en la castaña esa del "autocontrol". ¿Y el anuncio del KIA Soul? ¿Y los de Media Markt y Axe? ¿Es que se les han fundido las neuronas a los creativos publicitarios de tanto porro y no les queda más que el recurso al pueril caca-pedo-culo-pis?

¡Tócate los cojones, Mari Loli!! 


Post relacionados: LAS SEÑORAS DE LOS ANILLOS


La Cienorgasmología sigue aumentando el goce sexual (estadísticas de éxito)

Ya que se aproxima el final del año 2008, creo que ha llegado el momento de hacer un repaso a las estadísticas en las que los usuarios informáis de vuestros progresos. Han pasado nueve meses desde el primer hito y, aunque ya sabemos que el formato de encuesta no es demasiado correcto metodológicamente hablando y la encuesta ha perdido frescura, sí que nos permite comprobar que la Cienorgasmología sigue aportando satisfacción en las relaciones sexuales.
No he cumplido la promesa de hacer una evaluación mensual porque tampoco ha habido tantos movimientos, y tampoco he incorporado a ningún experto estadístico que hiciera un trabajo más profesional, pero la diferencia que reflejan los datos iniciales y actuales es más que significativa. Vamos a resumir los datos más relevantes.



EL VARÓN, A LA CHITA CALLANDO

Los vergonzosos varones −salvo excepciones como la de Cienorgásmico y algún otro− no suelen comentar los post que hacen referencia al método, mostrándose más activos en los que tocan temas políticos, sociales, etc., pero aun no comentando, sí que han estado dispuestos a participar en su encuesta.
Lo más importante es que el porcentaje de varones que aún no han conseguido ningún éxito ha bajado del 23% al 18%, mientras que el porcentaje de éxitos totales ha subido del 3% al 10%. También ha subido el de éxitos relativos. Así que ¡bien por vosotros, chicos!, os habéis aplicado.





LA MUJER SIGUE BATIENDO RÉCORDS

El porcentaje de nuevas cienorgásmicas no se ha movido, sigue siendo un 7%, sin embargo, en términos absolutos podemos estar satisfechos, pues hay cinco nuevas disfrutonas en el mundo. Como ha habido un significativo aumento −de 41 a 104 votos− en la participación, sólo se me ocurre pensar que las cosas han mejorado sensiblemente en todos los rangos (no sé por qué ha desaparecido el voto de “Entre 30 y 40”), especialmente en el porcentaje de las pocoorgásmicas, que ha pasado del 21% al 17%. Lo que parece claro es que en el momento en que pilláis el truco a la Cienorgasmología, ya no os conformáis con miserias y pasáis directamente a los “Más de 50”.





En cuanto a la encuesta más antigua, la inexplicable desaparición de votos (estos de Blogger...) hace irrelevante la encuesta, así que aunque os la pongo a la vista, ni la comentaremos.



CONCLUSIÓN

Al trantran, poquito a poco, la Cienorgasmología va abriéndose camino entre la mediocridad en las relaciones sexuales, disminuyendo la insatisfacción estrictamente sexual y ayudando a eliminar una de las causas más importantes de la insatisfacción conyugal. 

Gracias a todos por aportar vuestros granos de arena.




De 2 a 40 orgasmos/hora en un pis-pás. Entrevista a la segunda mujer cienorgásmica.


Cada vez que una pareja de amigos se inicia en el método de mi amigo Jack Hammer es un momento especial porque estoy contribuyendo a su calidad de vida, aunque reconozco que suele quedarme en uno de esos rincones de la mente el miedo a su fracaso como si fuese mío. 

No debía temerlo porque a estas alturas ya se ha demostrado sobradamente que la Cienorgasmología es tan poderosa como parece. Hoy vamos a publicar la primera parte de la entrevista a una de esas nuevas parejas de satisfechos y aplicados cienorgasmólogos que han llegado a dominar la ciencia, técnica y arte, aterrizando directamente y en poco tiempo entre lo más selecto de la élite: los orgasmos de larga duración reservados para los VCP (Very Cienorgasmic Person). Imagino que tendréis curiosidad por conocer su historia, así que empecemos ya, y primero por la señorita.


  • PREGUNTA: Para ir haciendo boca, cuéntame, ¿cuál es aproximadamente vuestro récord de orgasmos por hora?
  • RESPUESTA: Puff!! Difícil decirlo, suelo perder la cuenta pronto, y él tampoco tiene el número controlado, pero el récord andará por los 30 ó 40... número que sería mayor si yo no le mandase parar... es que verás, una tiene que ir adquiriendo también algo de entrenamiento para esto, ¿sabes?
  • P: ¿Creíste realmente en vuestros primeros contactos con la Cienorgasmología que podrías conseguir ser cienorgásmica, o por el contrario lo dudaste?
  • R: Por supuesto que no lo dudé, yo ya creía en la Cienorgasmología antes de que mi novio empezase a practicarla, lo que pasa es que yo ya estaba mentalizada de que llevaría su tiempo y su esfuerzo. Es importante que la mujer también tenga fe en que se haga realidad, porque eso anima al hombre a continuar si éste no consigue de primeras lo que se propone.
  • P: Ya, pero creo que os costó algo más que a los primeros cienorgásmicos del blog ¿no?. ¿A qué se debió? ¿a la novedad y dificultad de contener la pasión inicial, a ese cambio de chip mental o a qué?
  • R: Sí, así es, pero es sobre todo porque ellos convivían desde hacía tiempo cuando empezaron a practicarla, mientras que nosotros, aún no convivimos, por lo que asumimos que el primero de la semana no puede ser cienorgásmico, porque a él le cuesta mucho contenerse... En ése aspecto ha ido mejorando mucho, eso es cierto, pero me parece muy comprensible por su parte. No es fácil tener el control mental que tiene Jack Hammer, sinceramente, porque nadie tiene su formación y experiencia (y edad, jejeje) sobre ese tipo de cuestiones y hay que entender que es muy difícil cambiar eso en un hombre si él mismo no quiere.
  • P: Supongo que habrás tenido que superar más de un problema ¿Qué dificultades encontraste al principio de la práctica? ¿Mentales? ¿Físicas?
  • R: Bueno, al principio me costó un poco adaptarme a la postura porque no sabía muy bien cómo colocarme, pero me fui dando cuenta pronto de ciertos detalles que facilitaban su “trabajo”. Desde el punto de vista mental, he tenido que cambiar el chip de esperar “sólo un orgasmo o dos”, y eso tampoco es tan fácil como parece. Por otra parte, he de reconocer que aún hoy me cuesta algo resistirme a coger la batuta.
  • P: Es muy posible que a estas alturas puedas volver a tener una actitud más activa y dirigir tú algún concierto o parte de alguno ¿tienes miedo a probar?
  • R: No, no tengo miedo a probar, de hecho a veces soy yo misma la que le pido que haga esto o lo de más allá. El problema es que entiendo la Cienorgasmología como algo de iniciativa masculina... ¿estoy equivocada? Cuando cojo la batuta solemos estar poco tiempo. Ambos nos hemos dado cuenta de que me gusta más cuando dirige él el concierto, y soy la primera que lo admito. También admito que cuando cojo la batuta sigue con los toques, lo cual me impide continuar dirigiendo nada.
  • P: Por lo que dice el jefe, una vez alcanzada la maestría, la mujer también puede dirigir conciertos sin perjudicar el resultado. Bueno, y ahora que ya nos has contado los problemas que encontrasteis dime: ¿Si lo hubo, cuál fue el punto de inflexión a partir del cual se desencadenó tu llegada a la cienorgasmia? ¿Qué pasó?
  • R: El punto de inflexión fue probar la famosa postura en el sillón en “L”. A partir de ahí hubo una serie de cosas que descubrimos que me hacían lubricar más y mejor. Fue emocionante descubrir lo que eso significa para mí, pero también para él, porque le animó aún más para continuar practicando la Cienorgasmología. Lo curioso es que la cienorgasmia al principio llegaba sin que lo esperásemos, y eso también es importante en los inicios, anima mucho.
  • P: O sea, que a pesar de la resistencia del chip mental antiguo (Decías antes: “tampoco es tan fácil como parece”) empezaste a multiplicar tu número de orgasmos ¿simplemente cambiando las posturas tradicionales por Cienorgásana? ¿simplemente con la esperanza? o ¿qué?.
  • R: Sí, simplemente cambiando las posturas tradicionales por Cienórgasana ya cambiaron algunas cosas. La esperanza es esencial, y también la paciencia. Cienórgasana tiene muchos detalles que, aunque parezcan nimios, son realmente importantes, marcan la diferencia.
  • P: ¿Te ha servido el Blog como manual de consulta o no lo has necesitado?
  • R: Confieso que algo he mirado, sobre todo en lo referente a la postura, pero nada más, el resto ya lo había leído antes. Pero no lo volví a leer porque considero que es mejor que la mujer no lea lo que le espera para no generar expectativas muy elevadas, no vaya a ser que el hombre se sienta presionado de veras y luego no sea capaz de hacerlo sólo de pensar que su mujer/novia puede saber lo que hará. Consideré mejor no leer mucho más porque así él va a su ritmo.

  • P: Pues no te ha ido nada mal a pesar de tener información previa, parece que ha quedado claro que el hecho de que la mujer conozca el método previamente no necesariamente dificulta el logro de la maestría. Desde tu experiencia ¿qué aspectos clave del método resaltarías y te gustaría recomendar a los demás? ¿Cuáles son tus post favoritos?
  • R: ¿Claves? Creo que la clave está en la perseverancia masculina por hacerlo bien, intentar las cosas una y otra vez hasta que salgan bien. Del método resaltaría que es muy completo porque se dedica al plano físico pero dándole la misma importancia que al mental; de esa manera, aparentemente sería fácil que el hombre le diese lo que necesitase a su mujer en cada momento del acto sexual. En cuanto a mis post favoritos no sabría qué decirte, porque realmente los que más me gustan son los referentes al “Arte de amar”. De los referentes a la Cienorgasmología eso debes preguntárselo a él, parece que ahora sabe él mejor que yo lo que más me gusta en ése aspecto, jajaja.
  • P: Se lo preguntaré. Dinos ahora cuáles son tus toques favoritos (los que él te aplica, claro)
  • R: Los toques pélvicos en general y alguno de los manuales que él sabe muy bien combinar, todos ellos incluidos en el las lecciones del blog.
  • P: ¿A qué distancia temporal del inicio de la penetración tienes tu primer orgasmo ahora? ¿Y antes de practicar la Cienorgasmología?
  • R: Con la Cienorgasmología no tardo mucho, depende de algunas cosas, pero no tenemos un control real del tiempo; lo que sí está claro es que es mucho menor que sin ella realmente, eso está clarísimo.
  • P: Vale, pero antes tenías el primer orgasmo a los x minutos de la penetración ¿y ahora? ¿Minutos? ¿segundos?
  • R: Pues imagínate...si antes tardaba, por decir algo, 5 minutos, ahora tardo 1 ó 2 minutos, a veces incluso menos. Pero es que no sé decírtelo con exactitud, de verdad!
  • P: ¿Has experimentado ya orgasmos de larga duración (un minuto ininterrumpido aproximadamente)?
  • R: Sí.
  • P: ¡Tajante! Y ahora que has vivido ambas experiencias ¿con qué te quedas? ¿Muchos orgasmos cortos seguidos u orgasmos de larga duración?
  • R: Creo que prefiero los orgasmos de larga duración, pero hay que decir que cada una de esas experiencias tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Cada una viene en momentos distintos, al menos ésa es mi idea.
  • P: Pregunta obligada ¿crees que la práctica de la Cienorgasmología es una demostración de amor por parte de tu novio?
  • R: Por supuesto, pero yo tampoco se lo he exigido como si fuese obligatorio. Él mismo reconoce que lo hace porque me ama y quiere lo mejor para mí. Quiero destacar que el hecho de proponérselo pero no exigírselo le ha animado a practicarlo. Creo que ha sido importante de dejarlo a su ritmo, casi tanto como el poder comentar las cosas “después de”.
  • P: Si no entiendo mal hacéis una evaluación “post-concierto” y esto le sirve a él para ajustar mejor su próxima actuación ¿no?
  • R: Sí, para que vaya aprendiendo... eso le hace leer los capítulos que necesita más de una vez y perfeccionar la técnica. La verdad es que, entre tú y yo, está genial eso de tener el borrador del libro, sirve de consulta en cualquier momento. Lo imprimió, lo encuadernó y lo tiene en su habitación.
  • P: Unas palabras para terminar
  • R: Espero que gracias a mi experiencia con la Cienorgasmología se animen aún más parejas a practicarla y disfrutar de sus beneficios.

Post by Traserete ;-)



Un viaje por las cumbres de la Cieonorgasmología. Orgasmos con piloto automático.

Supongo que muchos de los nuevos lectores, y más de dos de los antiguos, se preguntarán: "Bueno, y después de alcanzar los cien orgasmos por hora, ¿qué nos espera?" El que sigue es un relato metafórico de lo que queda por llegar.




El de ayer fue un día especial, frío pero especial, uno de esos días en los que uno no acaba de sentir una sensación térmica confortable en ningún momento. Pero a pesar de que en la calle la temperatura había bajado de los cero grados y una impoluta capa de nieve cubría cualquier superficie poco vertical, en nuestro sofá de esquina se había creado una especie de cocoon, un agradable microclima que permitía estar con el culo al aire sin temor a resfriarse aunque unos minutos antes hubiera que echarse encima la mantita para no sentir frío estando vestidos.

Ya sabía que la predisposición influye
en la percepción subjetiva, como ocurre con el caso del sabor, pero nunca se me ocurrió pensar que también influyera en la sensación térmica. Y vaya si influye, porque en el momento en que surgió la chispa y voló la ropa, parecía como si nos hubiésemos colado por un agujero de gusano conectado con una soleada playa del hemisferio sur.

Como introducción sonaron tres fragmentos
de un suave concierto oral, de un par de minutos de duración cada uno. Nada espectacular, ninguna preocupación especial por la técnica, sólo disfrutar de la visión, el sabor y la textura de esa región anatómica que de niños llamábamos "Orinoco"; eso sí, fueron seis minutos repartidos en tres orgasmos ininterrumpidos, consecuencia de haber alcanzado un elevado grado de maestría cienorgasmológica.



Pero lo que verdaderamente puede impresionar al lector no es el aperitivo, sino el pantagruélico festín que vino después, quizá el orgasmo más largo experimentado por mi contraria hasta la fecha. Tampoco hubo en este caso un alarde técnico por mi parte, sino movimientos y cambios de ritmo simples al alcance de cualquier -eso sí, desde la insuperble cienorgásana, por supuesto- mortal. Hasta a mí se me hicieron largos y algo aburridos los quince minutos de viaje por las cumbres del placer femenino. Hiciera lo que hiciera ella seguía ahí, en su particular nube, sin bajarse ni un momento hasta que unos espasmos nerviosos la devolvieron al suelo... durante unos breves segundos hasta que llegó el siguiente plato.

Entonces ocurrió algo relativamente sorprendente, no porque no se hubiera experimentado antes, sino porque nunca hasta
ese límite. En mitad del siguiente fragmento, el director tuvo que bajarse del atril porque la calefacción había hecho saltar un diferencial (romántico, ¿eh?), y mientras apagaba el radiador adicional que habíamos inútilmente conectado en previsión, iba hacia la caja de los interruptores eléctricos y volvía -total algo menos de un minuto- a entrar en harina... ¡ella siguió sin perderse una nota! Ella solita, sin moverse, tan relajada como sorprendida, continuó sonando a todo trapo sin ninguna dirección artistica, como si hubiera conectado el piloto automático del orgasmo para suplir mi ausencia.

El concierto culminó entre sinceros aplausos aproximadamente una hora después. minutos más tarde el público se retiró satisfecho, sin alharacas. Al fin y al cabo, cuando uno va a escuchar a una de las grandes orquestas bajo la dirección de un maestro, ya sabe lo que va a vivir.




Advertencia importante: No empieces a practicar estas técnicas sexuales in antes leer este post, podría causar serios inconvenientes a tu vida sexual.




Los peces de Paulov. (¿Los orgasmos de los peces?)

Ya, ya sé que lo de Pavlov son los perros, no los peces, pero ya sabéis que esto de los titulares tiene su intríngulis. Un titular adecuado puede suscitar la curiosidad del lector y animarle a adentrarse entre los mares de verdanas 10, hipervínculos y demás cachivaches digitales hasta la última línea, y con este cambalache verbal espero haberla suscitado. Bueno, a lo que vamos.

No voy a extenderme para repetir que la Cienorgasmología logra predisponer a la mujer al orgasmo como la campana de Pavlov predisponía a los canes a segregar saliva predigestora incluso sin existir comida a la vista a base de asociar sonido con plato de carne, pero sí lo haré para señalar que la predisposición al orgasmo femenino no requiere tampoco de un entorno “sexual”, cuerpo masculino desnudo, pilila enhiesta o cualesquiera otro de los disparadores habituales de la excitación precursora del orgasmo. 


Una vez establecido el condicionamiento: toque cienorgasmológico = comienzo inminente de la lidia (es que eso de corrida queda muy soez ¿verdad?), cualquier toque que a un experto cienorgasmólogo se le ocurra puede dispararla. Y digo “cualquier” porque nunca habíamos hablado extensamente de la posibilidad de provocar un orgasmo de un minuto de duración únicamente acariciando uno o ambos pezones ¿verdad?. 

Pues ahora ya entenderéis mejor el título del post, sobre todo si os cuento el chiste: - ¿Cuál es el último pez? - El delfín (del-fin, por si no has caído aún) - ¿Y el más grande? - El pezón :-) :) :)




Como suele suceder habitualmente, lo descubrí por causualidad; era el típico día de vacaciones de verano en que ella acababa de quitarse la parte superior del bikini, aún húmedo después del baño, y se había puesto una de esas finas camisolas playeras tan seductoras. No os voy a seguir dando detalles porque esto no es un blog marrano, no vaya a ser que a alguno/a se le caliente la CPU y se nos pire a una web porno... “por no” tener otra cosa mejor que llevarse al coleto (¡Uy qué chiste más malooo!). 

El caso es que, con la sensibilidad a las respuestas de placer femeninas como premisa esencial, uno puede ir ajustando los toques, comprobando que funcionan, hasta que se obre el orgasmo. 

Puede parecer increíble, pero con el simple roce suave de las manos por encima de la ropa, podéis marcar un gol que ni Raúl en los buenos tiempos, aunque también, puestos a experimentar, podemos hacerle otro tanto de campeonato simplemente haciendo suaves círculos con la lengua alrededor de un pezoncillo desnudo. 

Pero ojo, no garantizo que logréis perforar limpiamente la portería contraria si antes no os habéis convertido en pichichis a base de entrenar la Cienorgasmología como campeones.


La Madre de Todos los Orgasmos

Si Saddam Husseín (Dios tenga misericordia de su alma) amenazaba a Los Aliados con “La madre de todas las batallas” en un claro farol que por supuesto no sirvió para amedrentar al ejército más dotado y poderoso del mundo, este humilde creador de la Cienorgasmología servidor de ustedes, pone a prueba los métodos que propone antes de divulgarlos, para no ir de farol. De modo que hoy vamos a hablar con toda propiedad del orgasmo femenino más bestial que imaginarse pueda.

 

La Madre de Todos los Orgasmos

¿Cómo lo imagináis? ¿Más largo que intenso? ¿O más intenso que largo? ¿Uno de esos en los que vuestra mujercita eyacula un potente chorro de ese líquido cuasi indeterminado? ¿O de esos en los que grita como una posesa hasta el punto de desconcentraros a vosotros y alarmar a los vecinos?
 
Para no elucubrar, debería ser la mujer quien lo definiera, así que yo me he dedicado a recopilar los comentarios a posteriori de mi señora. Y lo que refiere la afortunada es un estado de desconexión externa absoluto, −esto ya lo intuíamos, porque sabemos que el placer intenso “atrapa su mente”, disminuye o anula la presencia de pensamientos parásitos saturando la memoria operativa humana− sumado a una sensación de imposibilidad de soportar el placer que llega en la mayor parte de las ocasiones a provocar una sensación de imposibilidad de respirar, una sensación de morir de placer sin posibilidad de detener el tránsito hacia el túnel de luz. 

La confirmación científica de la Cienorgasmología

Estamos de enhorabuena. Desde los primeros capítulos de la Cienorgasmología, venimos sosteniendo la necesidad del hombre de atrapar la mente de su mujer con vistas a lograr que una anorgásmica o uniorgásmica pueda convertirse en multiorgásmica e incluso en cienorgásmica. Ahora la hipótesis se ve confirmada por unos recientes estudios científicos.


Gert Holstege, de la Universidad de Groningen, en Holanda, dirigió un experimento en el que pidió a los compañeros sexuales de doce mujeres que les estimularan los clítoris hasta que estas lograran el orgasmo mientras estaban en un Tomógrafo de Emisión de Positrones (PET). Los hallazgos confirmaron que se “apagaba” casi todo el cerebro, especialmente aquellas en el lóbulo frontal que controlan las inhibiciones, la pena, la vergüenza y el juicio crítico. También disminuyó la actividad en la corteza frontal medial, aquella que se dedica al juicio social y al razonamiento interpersonal. Además, se produjo una reducción en la actividad de la amígdala, que se relaciona con el miedo y la ansiedad. Por si esto fuera poco, también se observa una desactivación de la zona del cerebro responsable del movimiento.



Este estudio nos permite confirmar algo que ya habíamos comprobado empíricamente: que la eficiencia de nuestro revolucionario método es real por varios motivos...

1. Atrapar la mente de la mujer permite preparar el orgasmo, pues mantiene el cerebro (memoria operativa) ocupado mediante los toques: toques verbales, visuales, auditivos, pélvicos, ritmos, etc., que distraen posibles respuestas de inhibición como la vergüenza, el juicio, el miedo, la ansiedad e incluso la capacidad de razonamiento.

2. De no producirse ese apagado de esas partes del cerebro, la mujer podría mantener un control consciente de su raciocinio y juicio social sobre el hombre, impidiendo o dificultando por tanto el logro del clímax.

3. Este entrenamiento de la capacidad de atrapar la mente femenina desarrolla en ella la facultad de entregarse al cien por cien desde el primer instante en que la posibilidad del contacto sexual existe, posibilitando alcanzar un primer orgasmo en lapsos de tiempo increíblemente cortos e incluso sin contacto físico.

4. La predisposición positiva que se genera (condicionamiento) a través de la certeza del éxito refuerza positivamente a ambos y aumenta las posibilidades de éxito futuro, disminuyendo hasta prácticamente cero las de fracaso.


De modo que el debate generado en el anterior capítulo Matemática Cienorgasmológica ha quedado aclarado. No conocemos la cantidad de opiáceos y cannabinoides que se generan con un orgasmo para valorar sus efectos fisiológicos sobre la mujer, pero tampoco nos hace falta, pues sabemos con certeza las áreas del cerebro en las que disminuye la actividad o que se desactivan.

Y de todo ello podemos inferir que incrementar el número de orgasmos induce a la mujer a un mayor grado de reducción de la ansiedad, el miedo, la alerta, proporcionándole, más allá del simple placer, una auténtica estancia en un balneario de relajación, tranquilidad, seguridad, desconexión...


Seguiremos hablando de este interesante tema en el futuro, extrayendo nuevas implicaciones de los hallazgos de la Cienorgasmología confirmados por las investigaciones de Holstege.