El hombre que vio masturbarse a doscientas mujeres
Casi un tercio de los españoles chinga menos de una vez al mes
Bobadas pseudocientíficas sobre el clítoris
La mente de la mujer megaorgásmica
En cuanto a las parejas estables, que lo tendrán más fácil, recordaréis de los primeros capítulos del Manual de la Cienorgasmología que la entrega de la mujer al varón es directamente proporcional a la facilidad para acceder al orgasmo y a la intensidad del mismo. Y eso sin necesidad de usar ninguno de los cachivaches o juguetes sexuales que se ofrecen por ahí -en tiempos de crisis no está mal ahorrarse unos eurillos- y de cuya utilidad existen al menos incertidumbres lógicas.
Hablando del tema con mi poupee, me explicó que para alcanzar la megaorgasmia, la actitud mental femenina debe reunir estas dos características:
- Desinhibición absoluta: esto significa que con toda seguridad no todas las mujeres tienen la capacidad de ser megaorgásmicas si mantienen tabúes, inseguridades, vergüenzas, pudores, etc., que provoquen que su atención se distraiga hacia lo que se quiere esconder, que su musculatura se tense y se sature el procesador del cerebro con información que no ayude precisamente a lograr el éxito. Obviamente, la mujer en general tiene más capacidad de desinhibición pasada la cuarentena (de edad) y especialmente la menopausia, momento en el que los factores afectivo-emocionales disminuyen su importancia, cediéndola al puro disfrute físico, aunque tampoco es descartable encontrarse con -sobre todo jovencitas- más deshinibidas que las más mayores. Esto no sé si es bueno o malo, seguramente lo último; el caso es que es así hoy en día.
- Alta capacidad de concentración: si existen dudas con respecto al varón, a lo que se le va a "entregar", o se tiene miedo al embarazo, o si el lugar que se elige para la faena es expuesto, o si te pueden escuchar los de la habitación de al lado, será más difícil concentrarse en dejarse mecer por las olas de placer que van surgiendo sucesivamente y nunca iguales hábilmente generadas por el Eolo particular de cada una.
Es obvio que ambas características se retroalimentan recíprocamente de forma relativa, pues la concentración implica desinhibición, pero la desinhibición no necesariamente implica capacidad de concentración, lo que impide unirlas en una sola categoría, sde modo que habrá que observar ambas para alcanzar el éxito.
En fin, os cedo el testigo, si alguna tiene otra experiencia, que lo diga. Espero que os sea útil.
¿Autocontrol de la publicidad? ¡Menos guasa!
- Si lo mejor pa la pepitilla es frotarse una guindilla que has metido previamente dos minutos en agua hirviendo, siempre se ha dicho.
- Vamos que es más o menos lo de la leyenda urbana: practicar sexo oral después de comerte un caramelo de menta.
- Me pregunto que pasará si le como el coño ¿se me pondrá la lengua como un tomate?
- Y una preguntilla, ¿en dónde anda el clítoris???
- ¿Y si me pongo el Play cero en el ídem? (Zero-lo, el maricón inefable)
La Cienorgasmología sigue aumentando el goce sexual (estadísticas de éxito)
De 2 a 40 orgasmos/hora en un pis-pás. Entrevista a la segunda mujer cienorgásmica.
- PREGUNTA: Para ir haciendo boca, cuéntame, ¿cuál es aproximadamente vuestro récord de orgasmos por hora?
- RESPUESTA: Puff!! Difícil decirlo, suelo perder la cuenta pronto, y él tampoco tiene el número controlado, pero el récord andará por los 30 ó 40... número que sería mayor si yo no le mandase parar... es que verás, una tiene que ir adquiriendo también algo de entrenamiento para esto, ¿sabes?
- P: ¿Creíste realmente en vuestros primeros contactos con la Cienorgasmología que podrías conseguir ser cienorgásmica, o por el contrario lo dudaste?
- R: Por supuesto que no lo dudé, yo ya creía en la Cienorgasmología antes de que mi novio empezase a practicarla, lo que pasa es que yo ya estaba mentalizada de que llevaría su tiempo y su esfuerzo. Es importante que la mujer también tenga fe en que se haga realidad, porque eso anima al hombre a continuar si éste no consigue de primeras lo que se propone.
- P: Ya, pero creo que os costó algo más que a los primeros cienorgásmicos del blog ¿no?. ¿A qué se debió? ¿a la novedad y dificultad de contener la pasión inicial, a ese cambio de chip mental o a qué?
- R: Sí, así es, pero es sobre todo porque ellos convivían desde hacía tiempo cuando empezaron a practicarla, mientras que nosotros, aún no convivimos, por lo que asumimos que el primero de la semana no puede ser cienorgásmico, porque a él le cuesta mucho contenerse... En ése aspecto ha ido mejorando mucho, eso es cierto, pero me parece muy comprensible por su parte. No es fácil tener el control mental que tiene Jack Hammer, sinceramente, porque nadie tiene su formación y experiencia (y edad, jejeje) sobre ese tipo de cuestiones y hay que entender que es muy difícil cambiar eso en un hombre si él mismo no quiere.
- P: Supongo que habrás tenido que superar más de un problema ¿Qué dificultades encontraste al principio de la práctica? ¿Mentales? ¿Físicas?
- R: Bueno, al principio me costó un poco adaptarme a la postura porque no sabía muy bien cómo colocarme, pero me fui dando cuenta pronto de ciertos detalles que facilitaban su “trabajo”. Desde el punto de vista mental, he tenido que cambiar el chip de esperar “sólo un orgasmo o dos”, y eso tampoco es tan fácil como parece. Por otra parte, he de reconocer que aún hoy me cuesta algo resistirme a coger la batuta.
- P: Es muy posible que a estas alturas puedas volver a tener una actitud más activa y dirigir tú algún concierto o parte de alguno ¿tienes miedo a probar?
- R: No, no tengo miedo a probar, de hecho a veces soy yo misma la que le pido que haga esto o lo de más allá. El problema es que entiendo la Cienorgasmología como algo de iniciativa masculina... ¿estoy equivocada? Cuando cojo la batuta solemos estar poco tiempo. Ambos nos hemos dado cuenta de que me gusta más cuando dirige él el concierto, y soy la primera que lo admito. También admito que cuando cojo la batuta sigue con los toques, lo cual me impide continuar dirigiendo nada.
- P: Por lo que dice el jefe, una vez alcanzada la maestría, la mujer también puede dirigir conciertos sin perjudicar el resultado. Bueno, y ahora que ya nos has contado los problemas que encontrasteis dime: ¿Si lo hubo, cuál fue el punto de inflexión a partir del cual se desencadenó tu llegada a la cienorgasmia? ¿Qué pasó?
- R: El punto de inflexión fue probar la famosa postura en el sillón en “L”. A partir de ahí hubo una serie de cosas que descubrimos que me hacían lubricar más y mejor. Fue emocionante descubrir lo que eso significa para mí, pero también para él, porque le animó aún más para continuar practicando la Cienorgasmología. Lo curioso es que la cienorgasmia al principio llegaba sin que lo esperásemos, y eso también es importante en los inicios, anima mucho.
- P: O sea, que a pesar de la resistencia del chip mental antiguo (Decías antes: “tampoco es tan fácil como parece”) empezaste a multiplicar tu número de orgasmos ¿simplemente cambiando las posturas tradicionales por Cienorgásana? ¿simplemente con la esperanza? o ¿qué?.
- R: Sí, simplemente cambiando las posturas tradicionales por Cienórgasana ya cambiaron algunas cosas. La esperanza es esencial, y también la paciencia. Cienórgasana tiene muchos detalles que, aunque parezcan nimios, son realmente importantes, marcan la diferencia.
- P: ¿Te ha servido el Blog como manual de consulta o no lo has necesitado?
- R: Confieso que algo he mirado, sobre todo en lo referente a la postura, pero nada más, el resto ya lo había leído antes. Pero no lo volví a leer porque considero que es mejor que la mujer no lea lo que le espera para no generar expectativas muy elevadas, no vaya a ser que el hombre se sienta presionado de veras y luego no sea capaz de hacerlo sólo de pensar que su mujer/novia puede saber lo que hará. Consideré mejor no leer mucho más porque así él va a su ritmo.
- P: Pues no te ha ido nada mal a pesar de tener información previa, parece que ha quedado claro que el hecho de que la mujer conozca el método previamente no necesariamente dificulta el logro de la maestría. Desde tu experiencia ¿qué aspectos clave del método resaltarías y te gustaría recomendar a los demás? ¿Cuáles son tus post favoritos?
- R: ¿Claves? Creo que la clave está en la perseverancia masculina por hacerlo bien, intentar las cosas una y otra vez hasta que salgan bien. Del método resaltaría que es muy completo porque se dedica al plano físico pero dándole la misma importancia que al mental; de esa manera, aparentemente sería fácil que el hombre le diese lo que necesitase a su mujer en cada momento del acto sexual. En cuanto a mis post favoritos no sabría qué decirte, porque realmente los que más me gustan son los referentes al “Arte de amar”. De los referentes a la Cienorgasmología eso debes preguntárselo a él, parece que ahora sabe él mejor que yo lo que más me gusta en ése aspecto, jajaja.
- P: Se lo preguntaré. Dinos ahora cuáles son tus toques favoritos (los que él te aplica, claro)
- R: Los toques pélvicos en general y alguno de los manuales que él sabe muy bien combinar, todos ellos incluidos en el las lecciones del blog.
- P: ¿A qué distancia temporal del inicio de la penetración tienes tu primer orgasmo ahora? ¿Y antes de practicar la Cienorgasmología?
- R: Con la Cienorgasmología no tardo mucho, depende de algunas cosas, pero no tenemos un control real del tiempo; lo que sí está claro es que es mucho menor que sin ella realmente, eso está clarísimo.
- P: Vale, pero antes tenías el primer orgasmo a los x minutos de la penetración ¿y ahora? ¿Minutos? ¿segundos?
- R: Pues imagínate...si antes tardaba, por decir algo, 5 minutos, ahora tardo 1 ó 2 minutos, a veces incluso menos. Pero es que no sé decírtelo con exactitud, de verdad!
- P: ¿Has experimentado ya orgasmos de larga duración (un minuto ininterrumpido aproximadamente)?
- R: Sí.
- P: ¡Tajante! Y ahora que has vivido ambas experiencias ¿con qué te quedas? ¿Muchos orgasmos cortos seguidos u orgasmos de larga duración?
- R: Creo que prefiero los orgasmos de larga duración, pero hay que decir que cada una de esas experiencias tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Cada una viene en momentos distintos, al menos ésa es mi idea.
- P: Pregunta obligada ¿crees que la práctica de la Cienorgasmología es una demostración de amor por parte de tu novio?
- R: Por supuesto, pero yo tampoco se lo he exigido como si fuese obligatorio. Él mismo reconoce que lo hace porque me ama y quiere lo mejor para mí. Quiero destacar que el hecho de proponérselo pero no exigírselo le ha animado a practicarlo. Creo que ha sido importante de dejarlo a su ritmo, casi tanto como el poder comentar las cosas “después de”.
- P: Si no entiendo mal hacéis una evaluación “post-concierto” y esto le sirve a él para ajustar mejor su próxima actuación ¿no?
- R: Sí, para que vaya aprendiendo... eso le hace leer los capítulos que necesita más de una vez y perfeccionar la técnica. La verdad es que, entre tú y yo, está genial eso de tener el borrador del libro, sirve de consulta en cualquier momento. Lo imprimió, lo encuadernó y lo tiene en su habitación.
- P: Unas palabras para terminar
- R: Espero que gracias a mi experiencia con la Cienorgasmología se animen aún más parejas a practicarla y disfrutar de sus beneficios.
Un viaje por las cumbres de la Cieonorgasmología. Orgasmos con piloto automático.
El de ayer fue un día especial, frío pero especial, uno de esos días en los que uno no acaba de sentir una sensación térmica confortable en ningún momento. Pero a pesar de que en la calle la temperatura había bajado de los cero grados y una impoluta capa de nieve cubría cualquier superficie poco vertical, en nuestro sofá de esquina se había creado una especie de cocoon, un agradable microclima que permitía estar con el culo al aire sin temor a resfriarse aunque unos minutos antes hubiera que echarse encima la mantita para no sentir frío estando vestidos.
Ya sabía que la predisposición influye en la percepción subjetiva, como ocurre con el caso del sabor, pero nunca se me ocurrió pensar que también influyera en la sensación térmica. Y vaya si influye, porque en el momento en que surgió la chispa y voló la ropa, parecía como si nos hubiésemos colado por un agujero de gusano conectado con una soleada playa del hemisferio sur.
Como introducción sonaron tres fragmentos de un suave concierto oral, de un par de minutos de duración cada uno. Nada espectacular, ninguna preocupación especial por la técnica, sólo disfrutar de la visión, el sabor y la textura de esa región anatómica que de niños llamábamos "Orinoco"; eso sí, fueron seis minutos repartidos en tres orgasmos ininterrumpidos, consecuencia de haber alcanzado un elevado grado de maestría cienorgasmológica.
Pero lo que verdaderamente puede impresionar al lector no es el aperitivo, sino el pantagruélico festín que vino después, quizá el orgasmo más largo experimentado por mi contraria hasta la fecha. Tampoco hubo en este caso un alarde técnico por mi parte, sino movimientos y cambios de ritmo simples al alcance de cualquier -eso sí, desde la insuperble cienorgásana, por supuesto- mortal. Hasta a mí se me hicieron largos y algo aburridos los quince minutos de viaje por las cumbres del placer femenino. Hiciera lo que hiciera ella seguía ahí, en su particular nube, sin bajarse ni un momento hasta que unos espasmos nerviosos la devolvieron al suelo... durante unos breves segundos hasta que llegó el siguiente plato.
Entonces ocurrió algo relativamente sorprendente, no porque no se hubiera experimentado antes, sino porque nunca hasta ese límite. En mitad del siguiente fragmento, el director tuvo que bajarse del atril porque la calefacción había hecho saltar un diferencial (romántico, ¿eh?), y mientras apagaba el radiador adicional que habíamos inútilmente conectado en previsión, iba hacia la caja de los interruptores eléctricos y volvía -total algo menos de un minuto- a entrar en harina... ¡ella siguió sin perderse una nota! Ella solita, sin moverse, tan relajada como sorprendida, continuó sonando a todo trapo sin ninguna dirección artistica, como si hubiera conectado el piloto automático del orgasmo para suplir mi ausencia.
El concierto culminó entre sinceros aplausos aproximadamente una hora después. minutos más tarde el público se retiró satisfecho, sin alharacas. Al fin y al cabo, cuando uno va a escuchar a una de las grandes orquestas bajo la dirección de un maestro, ya sabe lo que va a vivir.
Los peces de Paulov. (¿Los orgasmos de los peces?)
La Madre de Todos los Orgasmos
La Madre de Todos los Orgasmos
La confirmación científica de la Cienorgasmología
Estamos de enhorabuena. Desde los primeros capítulos de la Cienorgasmología, venimos sosteniendo la necesidad del hombre de atrapar la mente de su mujer con vistas a lograr que una anorgásmica o uniorgásmica pueda convertirse en multiorgásmica e incluso en cienorgásmica. Ahora la hipótesis se ve confirmada por unos recientes estudios científicos.
Gert Holstege, de la Universidad de Groningen, en Holanda, dirigió un experimento en el que pidió a los compañeros sexuales de doce mujeres que les estimularan los clítoris hasta que estas lograran el orgasmo mientras estaban en un Tomógrafo de Emisión de Positrones (PET). Los hallazgos confirmaron que se “apagaba” casi todo el cerebro, especialmente aquellas en el lóbulo frontal que controlan las inhibiciones, la pena, la vergüenza y el juicio crítico. También disminuyó la actividad en la corteza frontal medial, aquella que se dedica al juicio social y al razonamiento interpersonal. Además, se produjo una reducción en la actividad de la amígdala, que se relaciona con el miedo y la ansiedad. Por si esto fuera poco, también se observa una desactivación de la zona del cerebro responsable del movimiento.
Este estudio nos permite confirmar algo que ya habíamos comprobado empíricamente: que la eficiencia de nuestro revolucionario método es real por varios motivos...
1. Atrapar la mente de la mujer permite preparar el orgasmo, pues mantiene el cerebro (memoria operativa) ocupado mediante los toques: toques verbales, visuales, auditivos, pélvicos, ritmos, etc., que distraen posibles respuestas de inhibición como la vergüenza, el juicio, el miedo, la ansiedad e incluso la capacidad de razonamiento.
2. De no producirse ese apagado de esas partes del cerebro, la mujer podría mantener un control consciente de su raciocinio y juicio social sobre el hombre, impidiendo o dificultando por tanto el logro del clímax.
3. Este entrenamiento de la capacidad de atrapar la mente femenina desarrolla en ella la facultad de entregarse al cien por cien desde el primer instante en que la posibilidad del contacto sexual existe, posibilitando alcanzar un primer orgasmo en lapsos de tiempo increíblemente cortos e incluso sin contacto físico.
4. La predisposición positiva que se genera (condicionamiento) a través de la certeza del éxito refuerza positivamente a ambos y aumenta las posibilidades de éxito futuro, disminuyendo hasta prácticamente cero las de fracaso.
De modo que el debate generado en el anterior capítulo Matemática Cienorgasmológica ha quedado aclarado. No conocemos la cantidad de opiáceos y cannabinoides que se generan con un orgasmo para valorar sus efectos fisiológicos sobre la mujer, pero tampoco nos hace falta, pues sabemos con certeza las áreas del cerebro en las que disminuye la actividad o que se desactivan.
Y de todo ello podemos inferir que incrementar el número de orgasmos induce a la mujer a un mayor grado de reducción de la ansiedad, el miedo, la alerta, proporcionándole, más allá del simple placer, una auténtica estancia en un balneario de relajación, tranquilidad, seguridad, desconexión...